CAPITULO 45

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Decir que se sentía vacía era decir poco, sentía que su alma no estaba en ella y que ese cuerpo no le pertenecía, su mundo enteró se detuvo en un instante. La vida era cruel y oscura, nunca supo cómo lidiar con la perdida de sus padres y no estaba preparada para el golpe que sería perder algo tan suyo. Se llevaba una mano al estómago, pero no se sentía igual porque su mente le decía que lo que buscaba ya no estaba en ella. Cubría su rostro con su otra mano y lloraba con amargura sintiendo débil y perdida.

-Sarah- escuchaba la puerta abrirse -Estoy aquí-

-Emma...- susurraba y se abrazaba a la primera amiga y casi hermana que tenía.

-Te darán el alta pronto- decía sentándose a su lado -¿Has comido?- negaba y se limpiaba el rostro con la sábana blanca -¿Por qué no? Mira que la gelatina de fresa es rica-

-Dime...- pedía apretando su mano -¿Co...Como estuvo el jui...juicio?- enfocaba los ojos verdes que solo le recordaban a Verónica –¿Termino?-

-Si- escuchaba a su cuñada -20 años- cerraba los ojos tratando de contener las lágrimas -Georgina dijo que apelaría para una reducción y que...-

-Está bien- decía apretando la delgada mano de Emma -Esta todo bien... Se lo merece ¿no? Verónica no vale la pena... Y lo único que valía la pena ya no está aquí- susurraba.

-¿Qué quieres hacer?- preguntaba su cuñada apartando el cabello de su rostro.

-Quiero irme lejos... Y olvidarme de todo- confesaba con un hilo de voz -Quiero desaparecer... Quiero sanar, eso quiero, quiero volver a sentirme yo-

-Y lo lograras- prometía Emma -Tomará tiempo, pero lo lograrás y no estarás sola- escuchaba -Las puertas de la hacienda están abiertas para ti, si un día quieres un cambio llámame y con gusto vendré por ti-

-¿De...De verdad? ¿Qué hay de tu esposa?- la veía sonreír un poco y supo que estaba más que enamorada -Será incómodo para ella...-

-Para nada- escuchaba -Fue ella quien me dijo que si necesitabas alejarte de toda esta situación, podiamos preparar algo para ti en la hacienda- escuchaba sin creerlo -Tu solo tienes que decirme-

-Lo pensaré...- decía -¿Shannon ha regresado?-

-Si- respondía Emma -Pero se queda en el pasillo esperando, no se atreve a entrar-

-Pediré una orden de alejamiento- musitaba con seriedad -No puede hacerme más daño del que ya hizo... No quiero ni pensar en ella... Tampoco deseo regresar a esa casa-

-Entonces quédate en la mía- escuchaba -Los únicos que pasan en casa son Betty y Travis, son esposos y son muy buenas personas, tu empleada puede quedarse contigo si gustas-

-Emma... ¿Por qué haces esto?- preguntaba conmovida -¿Por qué?-

-Porque quiero que te saques de la mente esa idea de que estás sola- sentía la caricia en su mejilla -Eres mi familia ahora Sarah, eres el regalo más bonito que Verónica nos ha dado-

-Emma...- se lanzaba a abrazarla y a llorar sobre su hombro porque nunca nadie le había dicho cosas así.

-Ya Sarah...- sentía como la envolvía -Tendrás la casa para ti sola y cuando estés lista para viajar solo tienes que llamarme, estoy segura que Chris estará feliz con la idea-

-Christina y tu han sido mis ángeles... me gusta tenerlas cerca- confesaba y acordaba pasar un tiempo en la casa de Emma, la cual se encontraba frente a la de sus padres, pero poco le importaba eso. Christina le ayudaba a vestirse y si algo había aprendido era que esa mujer era más fuerte de lo que pensaba. La veía siempre sonriente al lado de esa asquerosa gorda sin imaginar que cuando se encerraban la hacía vivir un verdadero tormento, pero que a pesar de todo su brillo seguía en ella, sonreía y se veía muy feliz.

Volveré Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora