CAPÍTULO 54

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Un chica rubia caminaba elegantemente por el vestíbulo del lugar para luego adentrarse al ascensor y bajarse en el décimo piso, a paso seguro se dirigió hacia la oficina del hombre que tanto le gusta.

¿Del hombre que le gusta?

Si, así era desde siempre, ella había quedado enamorada de Park Jimin desde el momento en que se conocieron en aquella fiesta de fin de año hace cinco años, la rubia aún lo recordaba como si fuera ayer.

- Hola ¿Estas solo? _ preguntó la rubia al guapo hombre que se encontraba bebiendo solo en la barra del bar _ ¿O viniste con algún amigo?

- Hola, si vine solo _ contestó con una sonrisa.

- Ya veo _ sonrió victoriosa _ soy Rose _ se presentó alzando su delicada mano.

- Un gusto hermosa _ respondió besando está _ yo soy Jimin _ ¿Y tú viniste sola?

- En realidad vine con algunas amigas _ dijo apuntando hacia un grupo de chicas _ y tú ¿De verdad viniste solo?

- Si, en realidad solía venir con mi mejor amigo, pero se acaba de casar _ empezó a contar _ ahora está rumbo a su luna de miel _ suspiro.

- Entiendo _ se acercó más al rubio _ ¿Y necesitas compañía? _ preguntó de forma seductora llevando sus manos hacia los hombros y cuello del rubio.

- Claro, un poco de compañía no me vendría mal _ contestó agarrando a la chica de la cintura _ pero ¿tus amigas no se molestarán si no vas con ellas?

- Para nada _ se encogió de hombros _ entonces ¿Nos vamos?

- Claro, pero antes quiero decirte algo importante _ dijo el rubio.

- ¿Qué es?

- No estoy en busca de una relación ni nada serio _ advirtió.

- Yo tampoco hermoso _ contestó con una sonrisa ladina _ así que no hay problema.

- Perfecto, entonces vámonos _ habló antestes de abrazar a la rubia y salir del lugar.

Así había empezado todo entre ellos. Pero claro, el rubio siempre había dejado en claro sus intenciones, y aún que la chica dijo estar de acuerdo en ese entonces, ahora deseaba todo lo contrario y quería al rubio solo para ella.

¿Acaso se había enamorado?

Según ella, si estaba enamorada de Jimin, lo amaba; que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por tenerlo a su lado, aún que el contrario se resistiera. Ella iba a tenerlo para ella sea como sea.

Lástima que lo que ella sentía no era específicamente amor, si no más bien una obsesión que había desarrollado por la atención que le brindaba el rubio; nunca nadie la había tratado tan lindo. Pero para Jimin eso se llamaba ser gentil y amable, él siempre había actuado de esa forma con todas sus aventuras. Pero lastimosamente Rose había mal interpretado la situación y había quedado fascinada con tal trató.

Durante el transcurso de estos cinco años muchas veces trato de confesarse al rubio, pero no lo hacía por miedo al rechazo; entonces se dijo así misma que lo enamoraría, y cuando talvez pensó que así lo había hecho decidió irse por un tiempo para ver si el rubio la llamaba para tenerla devuelta, pero eso nunca pasó, Jimin no la había llamado en ningún momento y cuando ella decidió regresar, Jimin había salido con que se iba a casar y con otro hombre.

Eso la enfureció ¿Cómo Jimin podría casarse con otro hombre? Se preguntó ella, por esa razón decidío separarlos. Y aún que ella pensó que así fue, al ver a Yoongi irse del departamento. Pero el resultado no cambio, Jimin se había ido tras él pálido dejándola a ella sola, eso la enojo más.

Su siguiente plan nació al ver el contrato, y al momento de ser hechada del departamento del rubio rápidamente puso manos a la obra, y envío el documento directo hacia el padre de Jimin. Según ella sus planes estaban yendo de maravilla, ya que él día de ayer el padre del rubio les había visto en una situación comprometedora, eso le había dado algo de ventaja.

Ahora se dirigía hacia la oficina de Jimin para ofrecerle una buena propuesta.

- ¿Disculpe, usted es...? _ preguntó alguien a la rubia.

- No te interesa _ contestó con desinterés.

- Resulta que si me interesa, porque soy la secretaria del doctor Park _ dijo cruzandose de brazos.

- Ayer no te vi... ¿Por qué no te pierdes? _ habló arrogante.

- ¿Cómo? _ dijo sorprendida.

- Piérdete, no tengo tiempo para hablar con personas insignificantes _ dijo antes de caminar rápidamente hacia la oficina del rubio y adentrarse.

Caprichos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora