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—Hermanito, sabes que aunque tuvieras uno y quisieras escapar con él no podrías —siguió burlándose —. YiBo te buscaría y te mataría. O mejor aún, si él no lo hace, papá lo haría y te llevarías unos hermosos golpes.

Seon tenía razón. Si Zhan escapara y tratara de esconderse no podría, el señor Xiao era un hombre con muchos contactos, fácilmente lo podría localizar y atraparlo, posteriormente se llevaría un fuerte golpiza por parte de éste.

—No tengo a nadie —susurró Zhan.

Seon sólo lo ignoró volviendo a mirar los detalles del hogar de Zhan.

[...]

Hace más de media hora el señor Xiao se había marchado pero sin Seon, ya que ella tenía "asuntos" de que hablar con YiBo mientras Zhan se había quedado solo en la sala, aburrido y cansado.

Zhan se puso de pie dispuesto a irse, pero un fuerte mareo hizo que nuevamente se sentara. Poco después empezó a toser bruscamente, con una de sus manos tapó su boca y se dirigió hacia el baño.

[...]

Cuidadosamente cerró la puerta del baño. La tos había sido tan fuerte que incluso hizo que su garganta doliera.

Zhan había olvidado tomar las medicicinas que el doctor le había recetado para que los síntomas no se presentarán constantemente y no sean tan dolorosos.

Zhan se forzó a caminar hasta la habitación matrimonial donde había dejado los frascos de pastillas.

Al pasar por la oficina de YiBo no pudo evitar escuchar la conversación que éste tenía con Seon.

Qué es lo importante que debes decirme—era la voz de YiBo.

Zhan se sintió un poco avergonzado al estar escuchando una conversación que no era suya, así que decidió seguir su camino, pero el comentario de Seon nuevamente lo detuvo.

YiBo, ¡estoy embarazada! —la voz de Seon sonó emocionada.

«¿embarazada? Pero, ¿Qué tiene que ver YiBo con el embarazo de Seon?» pensó Zhan.

Detesto las bromas —la voz de YiBo era fría.

YiBo, no es una broma. Eres el único hombre con el que he estado.

Zhan quedó perplejo.

Además, el contrato que tú y padre tienen pronto expirará. Ya no estarás casado con la escoria de Zhan y para ese entonces nuestro hijo nacerá, luego nos casaremos —Zhan podía jurar que ella mujer que se hacía llamar su hermana estaba sonriendo.

Sin darse cuenta, Zhan ya estaba llorando en silencio, ¿por qué la vida era tan cruel?

Mnh.

Con el ánimo por los suelos, llorando, el corazón roto y con un odio inmenso a sí mismo, Zhan retomó su camino hacia su habitación.

Ese día se lloraba hasta no poder más.

 Miserable || YiZhan ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora