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—Eres lindo —continuó con los halagos.

Sin entender nada de lo que le pasaba en ese momento, Zhan sintió sus mejillas calentarse.

—¡te sonrojaste! —Jackson exclamó emocionado.

Con una leve sonrisa Zhan nuevamente negó.

—Vamos, Zhan, no digas que no —siguió el de cabello castaño oscuro empezando a reír. Su risa era tan contagiosa que Zhan no pudo evitar seguirle en un tono bajo.

¿Por qué ese chico hacía que Zhan se sienta tan bien?

Pero su risa duró poco ya que el repentino dolor en su abdomen hizo que Zhan callara y soltara una pequeña queja de dolor.

Jackson inmediatamente calló y lo miró con preocupación.

—Zhan, ¿Qué pasa?, ¿te encuentras bien?

Zhan asintió al mismo tiempo que el dolor reducía.

—D-debo irme —Zhan avisó mientras soltaba el aire acumulado. Jackson fue más rápido poniéndose de pie y cuidadosamente, como si fuera lo más frágil del mundo, lo tomó del brazo para ayudarlo a ponerse de pie.

Apenas sus piernas se enderezaron éstas perdieron fuerza haciendo que por poco caiga, pero los brazos del chico lo sostuvieron.

—¡Zhan!

Un segundo después su vista se volvió borrosa y las nauseas se hicieron presentes, como si fuera poco su teléfono móvil empezó a sonar.

Casi inconsciente, Zhan empezó a buscar su teléfono.

Cuidadosamente Jackson lo recostó en el suelo e hizo que su frágil cabecita se recostara en sus piernas.

—Zhan —lo llamó. Zhan no lo escuchaba, lo único en que estaba concentrado era en contestar su móvil, sabía que era YiBo, él era la única persona que lo podía llamar.

Agarró el dispositivo y vio la pantalla, definitivamente era Wang. Antes de poder tirar del círculo verde, Zhan se desmayó.

[...]

Los señores Xiao y Wang hablaban de asuntos que a YiBo no le importaban en lo absoluto, lo único que al castaño le importaba era saber donde estaba su esposo.

A medida que los minutos pasaban, la paciencia de YiBo se estaba agotando. Odiaba que lo hagan esperar, y más si estaba muy cansado y con un dolor de cabeza.

Volvió a marcar al número de Zhan y no obtuvo respuesta. Su paciencia estaba acabada. A pasos grandes se dirigió a la entrada, estaba enojado, ¿quién se creía Zhan como para hacerlo esperar?

Al abrir la puerta lo primero que vio fue a un Zhan inconciente en los brazos de su primo.

—¡YiBo, Zhan de ha desmayado! —rápidamente Jackson entró a la mansión.

Los mayores que hablaban tranquilamente en la sala lo miraron desconcertados, bueno, a excepción de los señores Xiao. Para ellos no era sorprendente ver a su “hijo” desmayado, o incluso golpeado, después de todo aveces era ellos quienes provocaban esas reacciones.

Con suavidad, Jackson lo recostó en uno de los sofás disponibles.

YiBo lo observó desde el mismo lugar anterior, no se había movido ni un paso. Ver a Zhan en ese estado no le provocaba nada, ni tristeza, ni dolor, mucho menos preocupación.

 Miserable || YiZhan ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora