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El mayor lo miró desconcertado. No esperaba una reacción así por parte de su hijo.

—¿Zhan...? —el hombre lo llamó al ver que el pelinegro se quedó viendo la caja perdido en sus pensamientos.

Un par de segundos después el menor Xiao lo miró. Apenado se disculpó.

—Disculpe. Y-yo... gracias, pero-

—Ya entiendo —el hombre interrumpió al recordar el por qué de la reacción de su hijo —. Es mi culpa, Zhan. Ahora recuerdo el por qué dejaste de pintar —empezó a llorar —. Zhan, perdón.

Zhan lo miró sorprendido y rápidamente se acercó al hombre.

—N-no, no fue su culpa, y-yo... —se quedó callado.

De nada le serviría decir que no, que lo que su padre le hizo era justificable porque no lo era.

—Hijo —sorpresivamente el hombre tomó la mano derecha de Zhan. Inconscientemente el menor dió una pequeño brinco y se alejó.

Las lágrimas del señor Xiao se intensificaron.

Estaba tan arrepentido de cómo había tratado a su hijo.

—P-padre, debo volver al hospital —avisó caminando hacia la caja abierta y volver a guardar todas las cosas en la caja,

—Zhan, ni en cien vidas podré enmendar mis errores —confesó. Vio a su hijo quedarse quieto.

Las lágrimas del menor Xiao no pudieron ser retenidas. Caminó hacia la ventana así evitando la mirada de su padre. No quería que lo viera llorando, sin embargo ya era tarde ya que la culpa de su padre se hizo más grande al verlo llorar.

Su padre odiaba que los hombres lloren.

Pero odiaba más que su hijo llore. Según el hombre sólo los débiles lloraban.

«en eso nunca se equivocó, padre, yo soy una persona demasiado débil. Tan débil que no soy capaz de odiarlos».

Pensó Zhan limpiando su rostro.

Unos segundos después caminó hasta quedar frente a su padre.

—Le pido disculpas por no quedarme a acompañarlo. Tengo que volver —fingió una pequeña sonrisa y abrió la puerta. Antes de salir su padre le habló.

—Ya no me trates de usted, Zhan, eres mi hijo.

Zhan lo miró de reojo y muy decaído asintió, aunque claramente no podría hacerlo.

Él le había obligado ha hacerlo, ¿por qué ahora quería que lo tutee?

Desde muy pequeño le hablaba a su padre formalmente, puesto a que si no lo hacía era castigado.

—Vendré a visitarlo otro día, padre —se despidió y salió.

Soltó un suspiro entrecortado y las lágrimas nuevamente se delizaron por su rostro.

[...]

Después del incómodo momento, Zhan decidió dar algunas vueltas a la pequeña plaza que estaba cerca.

Después de un par de vueltas se sintió cansado y decidió sentarse en un banca.

El aire era fresco. Cerró los ojos y lo disfrutó.

¿Hace cuánto no hacía eso? La última vez que lo hizo fue hace muchos años atrás, en ese entonces todavía no era una persona mayor, era un joven soñador. Una persona que tenía muchas ganas de vivir y cazar sus sueños.

Pero ahora ya no había nada de ese chico soñador.

Para Zhan ese chico era un iluso.

Demasiado soñador como para no saber que la vida real era demasiado cruel. Aunque para él desde que nació la vida lo trató cruelmente.

 Miserable || YiZhan ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora