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A pesar de haber dormido mucho más tiempo de lo normal no podía reponer sus fuerzas, y tener que limpiar todo su hogar no le ayudaba en nada.

El señor Xiao iba a visitarlo, bueno, no precisamente a Zhan sino a YiBo, supuestamente para hablar de negocios.

Zhan quería tener su casa limpia, no sólo por la visita, sino que también porque ya no lo había hecho hace días y era muy obvio que ya estaba empolvada.

Escalón por escalón, Zhan bajó hasta la sala. Toda su casa estaba en silencio, como siempre. YiBo se encontraba en ella pero estaba encerrado en su despacho haciendo cualquier cosa o esperando a su "suegro".

Zhan estaba obligado a hacer todos los quehaceres de esa casa, sino le iría muy mal como aqulla vez que no lo hizo y recibió una gran paliza por parte de YiBo.

Dejando sus recuerdos a un lado, se acercó al pequeño cuarto donde se guardaban las cosas de aseo. Sacó unas cuantas materiales y ya se sentía cansado. Era normal, el doctor Lin le había advertido sobre ello; efectos secundarios.

[...]

Hace más de una hora su padre había llegado, y no venía solo, Seon lo acompañaba.

Mientras los dos hombres de negocios hablaban, Seon y Zhan se habían quedado sentados en la sala. Lo único que Zhan hacía era analizar su manos con la mirada baja, claramente incómodo.

—Hermanito, tú casa es linda -Seon rompió el silencio —, pero es una lástima que tú vivas en ella —se burló.

Zhan no respondió.

—Hermanito, ¿cómo te fue la vez que YiBo se enteró que saliste de casa y te perdiste por días? —fingió preocupación para luego reír —, y me pregunto, ¿qué pasaría si YiBo se volviera a enterar que antes de ayer te perdiste todo el día?

Zhan rápidamente la miró, ¿cómo sabía sobre aquel día?

—¿Q-qué?

—No te hagas el tonto, Zhan, sé muy bien que te fuiste en la mañana y regresaste muy tarde, ¿acaso tienes un amante? —ríó.

 Miserable || YiZhan ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora