Capítulo 26

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«OTRAS INTENCIONES»

Silencio... No hubo más que silencio después de haberles preguntado si me querían.

Me asustaba, pero ansiaba escuchar sus diversas contestaciones. No porque crea que tienen razones suficientes para encubrir su obsesión por mí, es porque quiero creer que, si es verdad que me aman, entonces me dejarán ir para seguir adelante con mi vida.

Creeré sus estúpidas respuestas, si con eso consigo que ellos confíen, aunque sea un poco, en mí.

—¿Y eso, amor? —Rompió el silencio Donnie—. ¿A qué viene esa pregunta?

—Curiosidad.

Pero, como al listo de Mike, no se le escapan ni los gases que suelto mientras duermo, no se conforma con mi mundana respuesta y decide presionar, —O... —dice él—, ¿quieres una ventaja para acercarte a nosotros, y así despistarnos?

Mierda.

—Justo eso es en lo que estaba pensando, hermano —dice Donnie, siguiéndole la corriente a su paranoia.

Mierda.

Se acercan a mí. Él y el moreno. Ambos. Jared y Allen quedan en segundo plano. Es como si Mike y Donnie fueran invaluables e inseparables. Son un equipo, ahora lo entiendo.

—Tal vez tengamos que recordarle a quien le pertenece su cuerpo y mente —dice Allen, metiéndose sin invitación en la conversación.

¡HIJOS DE...!

—No soy una propiedad —espeto en sus direcciones. Por el modo en cómo me miran, como si quisieran comerme, sé que no han oído mi claro aviso de: ¡NO PISAR EL CÉSPED! Menos si es mi cuerpo el que planean marcar—. Y no soy suya, animales rabiosos. Nunca lo seré.

—¡Bu, qué dramática! —dice Jared—. Hace unos minutos decías lo contrario en la cocina.

—Y en la habitación, y en la ducha... —secunda Mike, enlistado los lugares en los que le he dicho: «Soy tuya».

Maldito cabrón. ¿Cómo es que para algunas cosas es discreto, y cuando se trata de echar tierra al asunto (o a una persona) se comporta como un chismoso tipo portero?

—Cállate, entrometido —le ensarto mis palabras, cuando lo miro—. Y tú también Jared —espeto en su dirección.

El rizado sonríe, fingiendo que he herido sus sentimientos, y establece contacto visual conmigo, —Aww, ¿ya no soy tu rizado?

¡Me indigna! ¿Cómo se atreve a soltar el apodo cariñoso con el que decidí llamarlo? ¡No tiene respeto!

—Vete a la... —mascullo, pero Donnie no me deja terminar de insultarlo.

—No te atrevas a concluir esa blasfemia, amor —me advierte.

Lo fulmino con la mirada, a él y a todos, —Y tú no vuelvas a decirme lo que puede o no salir de mi boca.

—Si tengo que poner cinta adhesiva en tus labios: lo haré. No me retes.

—Y tú a mí tampoco —contraataco.

Si las miradas matasen... Los dos estaríamos en el suelo.

Jared es quien rompe el silencio esta vez, —Déjala, Donnie. Ret puede decir lo que quiera siempre y cuando no involucre la palabra con M. —Lo miro—. Sus deseos son órdenes, mi vida. No volveré a entrometerme —me promete.

Nuestros corazones laten al mismo tiempo. Lo sé. Lo siento en mi pecho. Es como en mi sueño: no deja de mirarme, no dejo de importarle.

—Yo no te prometo nada —dice Mike, interrumpiendo el momento entre Jared y yo.

Dos están bien, pero... ¿cuatro? [Poliamor #2] (BORRADOR) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora