♟ DONNIE ♟
«MICKEY»
Adoro a mis hermanos, desde siempre, desde que los cuatro fuimos abandonados y criados en ese viejo orfanato de duchas heladas y, a veces sucias, rodeados de ratas de campo y maestros abusivos, educados y encarcelados por esa mujer vieja y sin articulaciones. Eso nos obligó a hacernos fuertes, a perseguir nuestras metas, y a salir de ese agujero que ellos nos dijeron que llamáramos «hogar». Al menos, crecer en ese lugar tuvo sus cosas buenas, encontramos nuestra propia familia. Yo encontré a mi familia, a esos idiotas, inmaduros e impulsivos a quienes... llamé hermanos, cuando me di cuenta de que la misma mujer, que me secuestró de mi hogar adoptivo, para retenerme a la fuerza en su orfanato «Las cuatro estaciones», les haría lo mismo a otros tres niños que llegaron conmigo esa mañana.
Nos bautice con nuevos nombres, para honrar el nuevo comienzo.
—No estén tristes —les dije. Abracé a mis tres hermanos necios de ojos tristes y hambrientos. El orfanato no tuvo provisiones esa semana—. Todos vamos a estar bien. Vamos a salir de aquí muy pronto. Lo prometo.
Miré a Elias, Ethan y Noah.
—Ya tengo listo el té para la señorita Walter —informé—. Mañana se acaba esta pesadilla.
Ethan fue el único quien levantó sus ojos azules hacia mí y sonrió. Él se encargó de conseguirme los frutos de Belladona, en una de sus expediciones al bosque. Su rostro usualmente apagado, se iluminó por la emoción.
—Ya es hora —dijo.
A él, más que a nadie, le urgía saciar su instinto asesino por Amanda Walter.
Guardar ese secreto nos convirtió en hermanos, en una familia. Hicimos un pacto de sangre, una promesa. Somos los cuatro contra el mundo.
Pero..., a veces, me sacan de mis casillas, más el psicópata de Mike.
—¿Así vas a estar? —me pregunta el rubio, sentado frente a mí. Tiene el labio partido y el pómulo enrojecido. Aun así, luce su característica sonrisa de lado y humorística—. ¿Sigues enojado conmigo por lo que le hice a mi Belladona?
—No es tuya por completo, Mike —le recrimina Allen.
Mi hermano pone los ojos en blanco, Allen se sirve una copa de vino, Jared viene bajando las escaleras, y yo continúo mi juego de ajedrez contra mí mismo. Muevo a la reina del tablero en un movimiento arriesgado, mientras mi oponente se queda quieto, sin miedo, pero tampoco con las agallas de intentar moverse.
—Es nuestra —le recuerda Jared.
Mike vuelve a poner los ojos en blanco.
—¿Cómo está? —pregunto.
—Estable. No está sangrando, por sí a alguien le interesa.
—¿Ya despertó? —le pregunta Allen.
—Crucen los dedos —dice mirando con reproche a Mike.
—¿Qué? —espeta el rubio—. ¿Quieres decirme algo Jared? —lo reta, pero no lo mira, sigue con los ojos puestos en mí. Está de espaldas, por lo que es imposible que Jared vea su cara.
—Fuiste demasiado lejos —recrimina.
—Sí, bueno, es fácil agotar mi paciencia. No es mi culpa. Todos aquí lo saben.
—¡¿Y ella cómo iba a saber eso?!
—No preguntó —se encoge de hombros.
—Tampoco le avisamos.
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Dos están bien, pero... ¿cuatro? [Poliamor #2] (BORRADOR) ✔️
Teen FictionSucedió durante la noche de graduación, la noche en la que me creí invencible, la noche en la que creí que cambiaría mi vida para bien, no para mal, la noche en donde conocí a aquellos cuatro misteriosos con caras de lobos que me arrebataron mi vida...