Ana la dejo a un lado, mientras que su maestra siguió bebiendo. La menor esperaba ansiosa a que respondiera la pregunta que la tenia impaciente desde el inicio del día, pero simplemente no había nada de su parta.
Pensó que había elegido no responder, así que lo olvido por unos segundos. segundos antes de que el celular de su maestra empezara a sonar por algún, lado pero se percato de que esta corto la llamada sin atender.
-¿No va a contestar?-pregunto con el ceño fruncido.
-No, no puedo contestar si aun le debo una respuesta a alguien mas.-guardo su celular y se giro a verla con una sonrisa disimulada.
-Créeme, no lo es.-termino lo poco que quedaba en su copa y la dejo a un lado también.
Ana no insistió mas y se conformo con su respuesta. Bebió de su copa, esperando entonces que continuara hablando.
-Me gustaría hablar de eso contigo en otro lugar, si podría ser en tu casa o si quieres que vayamos a la mía, no tengo problema.-Dijo seriamente, mirándola a los ojos.
-Por mi esta bien, podemos ir a la mía.-respondió nerviosa.-Pero me deja un poco intrigada tanta seriedad, ¿pasa algo malo?
Vero bajo su cabeza y soltó una pequeña risa con mas aire de suspiro que otra cosa.
-No, Ana. Esta todo bien, es solo algo que me pone un poco nerviosa y aun no se como decirlo, así que prefiero que sea en un lugar mas tranquilo.
Ana lo entendió, pero aun así no evito que se preocupara un poco. Debido a esto, decidieron retirarse del restaurante luego de que su maestra pagara la cuenta, a lo que le agradeció muchas veces por la invitación y todo lo demás.
En el auto, Ana volvió a tomar el ramo de flores blancas que la mayor le había regalado al inicio de la velada, lo puso sobre sus piernas y noto por primera vez que había una pequeña carta dedicatoria al medio. La tomo, la abrió para leerla y sus mejillas se pusieron coloradas al instante.
Para mi alumna favorita, y la mas hermosa sin duda. Espero que la hayas pasado muy bien hoy, te mereces lo mejor y mas. Si lees esto, me debes un beso. Att. V.C
Apretó sus labios con emoción y no dijo nada, solamente volvió a colocar la notita en su lugar y volteo hacia su maestra, quien estaba concentrada en la carretera, tarareando por lo bajo la canción que sonaba de fondo.
Para su suerte, estaba a tan solo unos segundos de su casa, por lo que llegaron pronto a estacionarse al frente. Vero apago el auto, se bajo y se apresuro a llegar al otro lado para ayudar a Ana con las flores y para que pudiera bajar con facilidad.
Tomo el ramo y lo coloco sobre el techo del auto, para luego brindarle su mano a la menor para que pudieran bajar. Le agradeció luego de esto y se hizo a un lado para que pudiera cerrar.
-Verónica-llamo
-Dime.-aseguro el auto y luego intento tomar el ramo de arriba del auto, pero antes de hacer nada fue interrumpida.
Aprovechando la cercanía, Ana había colocado ambas manos a los lados de su cuello, atrayéndola a si para poder unir sus labios en un beso. La mano de Vero que había intentado tomar el ramo quedo apoyada sobre el borde de la puerta del auto, formando una especie de acorralamiento entre sus cuerpos, mientras que la otra se dirigía por inercia hacia su cintura.
Ana comenzó con un pequeño beso tierno sobre la comisura de los labios ajenos, para después subir un poco hasta abarcarlos completos con los suyos, en donde quiso iniciar algo mas deseoso.
Hasta el momento, Vero no había correspondido en su totalidad, se había quedado esperando con malicia lo siguiente que haría la menor. La dejo tener el control de la situación, lo cual la llevo al preciso momento en el que sintió como sus labios empezaron a buscar ansiosos una respuesta de su parte. Fue ahí cuando decidió corresponder gustosamente.
Entreabrió sus labios también, colaborando para que se iniciara un beso lento y controlado. Ambas sentían la necesidad de mantener el contacto entre sus deseos de probar a la otra.
Ana no despegaba sus manos del cuello de la mayor, sino al contrario, hacia todo lo posible para seguirla manteniendo cerca, a la cual Vero no tenia ninguna refutación y le resultaba placentera deseo de un beso entre ellas. Sin mencionar que le hacia sentir mas confiada el hecho de que ella tomara la iniciativa también.
El beso continuo por unos segundos mas en los que sus lenguas no lograron intervenir, pues no hizo falta debido a lo agradable que resultaba el roce de sus suaves labios contra la otra . Amaban empaparse en el sentimiento de suavidad, lujuria y atracción que les generaba esta acción.
Ana fue quien decidió separarse con un pequeño tirón del labio inferior de su maestra al ultimo, sonriendo apenada y abrazándola inmediatamente para esconder su rostro.
-Creo que ya pague mi deuda.-dijo en suave susurro sobre la oreja de la mayor, quien sintió su cuerpo estremecerse entre el tomo de voz en que su alumna había hablado directamente hacia ella.
Vero asintió con su cabeza y rio para disipar todo síntoma físico que le causaba la situación, pues la que se encontraba nerviosa esta vez era ella.
Intento distraer el sentimiento con un nuevo beso que robo de los labios contrarios en cuanto logro que sus caras estuvieran frente a frente otra vez. Ana acepto de nuevo la unión de sus labios y sintió tocar el cielo por milesia vez.
Ambas se separaron asustadas al escuchar la puerta de un auto ser cerrada con brusquedad. El auto de atrás precisamente, el cual ninguna había notado que estaba estacionado ahí desde que llegaron.
-¡¿Ana, que demonios estas haciendo?!
Cuando la mencionada reconoció la voz, ni siquiera tuvo el valor de voltear a ver a la persona que acaba de gritarle. No podía.
Verónica, por su lado, abrió sus ojos con sorpresa al verla acercarse a ellas con una evidente molestia. Conocía esa voz, conocía ese rostro, pero sobre todo, conocía lo que estaba a punto de pasar.
Aún así, las palabras de la menor salieron apenas de sus labios por el escalofrió que invadió hasta la punta de sus dedos en el ultimo segundo.
-D-Dayana, yo...puedo explicarlo...
Hola, perdón por andar desaparecida. Pero estoy en mi etapa *Feliz* Mañana les publico otro ¿Qué creen que pasara?