Capítulo 65: Sorpresa.

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(Xenia)
Después del jueves de la semana de Silverstone, hace 12 días, no he vuelto a tener ningún susto. Pero eso no me tranquiliza. Mañana Marc y Àlex se van a Austria. Y este fin de semana cumplo 38 semanas, así que me pone nerviosa que ellos se vayan. Queda muy muy poco tiempo ya. Y podría ser que ellos cojan el avión a Austria, y con las mismas me vaya yo al hospital a parir.

No sé si podré con esto sola. Necesito a alguno de los dos cuando pase. Cuando lleguen las contracciones reales, cuando rompa aguas, y cuando Axel salga a empujones al mundo.

Sé que no tiene por qué ser esta semana. Lo sé. Todavía quedan dos más, incluso podrían llegar a ser cuatro si Axel no tiene prisa. Lo malo es que, si no nace esta semana, también podría nacer nada más salir de cuentas. Y saldré de cuentas el sábado del GP de San Marino. Así que, si se empeña en ser puntual, les pillara fuera del país igual que si se adelantase para este fin de semana.

Tengo todo preparado. Las dos bolsas están en la entrada de casa desde hace dos semanas. Y sé lo que tengo que hacer. Pero preferiría que Marc no estuviera fuera cuando ocurra. Pensar en estar sola en el hospital con lo poco que me gustan. Retorciéndome de dolor con las contracciones, esperando a que mi hijo esté preparado y listo para salir. Y pasar por todo eso sin que nadie esté a mi lado. No sé. No puedo imaginármelo. Sé que puedo hacerlo sola. Pero no logro imaginarme el momento sin Marc a mi lado en el quirófano.

Hoy es festivo. El festivo nacional de la primera quincena de agosto. Asunción de María. Y no puedo evitar pensar en María. En que todos los años lo celebrábamos juntas. Y este año no será así. Y muchos más igual. No sé nada de ella desde hace mucho. Al igual que de Pablo. Voy a tener un bebé pronto y mi mejor amiga de toda la vida y mi hermano pequeño no le conocerán. Mejor no pensar en ellos.

Marc ha pasado algunas noches y tardes aquí en casa. Y la verdad es que mentiría si no dijese que con él aquí me siento más tranquila. Más relajada. Cómo si me quitara un problema de encima al estar él aquí. Y supongo que mi relax es por saber que si me pongo de parto él estará aquí para nosotros. Qué se ocupará de todo y nos acompañará hasta que todo acabe. Hasta que Axel esté en sus brazos y por fin pueda llamarse papá. Lo sé. Tiene que ser eso, porque cuando acaba de salir por la puerta el peso vuelve a recaer sobre mis hombros. Vuelve a entrarme el miedo de que no pueda avisarle si ocurre algo.

Hoy quería venir a estar conmigo. Y aunque me he muerto por decirle que sí, que viniera, qué nos cuidase. No lo he hecho. Le he pedido que fuera a entrenar con Àlex. Mañana se van a Austria. No puede descuidarse por mí. Y no. No ha accedido rápido. He tenido que pedirle ayuda a Àlex para convencerle. Y he tenido que prometerle que sí notaba algo. Aunque fuera una patada dudosa, últimamente son tan fuertes y me dejan sin respiración. Así que podría confundir una patada con una contracción. Le he prometido que le avisaría a la más mínimo. Así que al final ha ido a correr con Àlex.

Tengo un dolor de espalda horrible. Este bebé me está dejando cada día más sin poder moverme lo más mínimo de la cama. Apenas puedo ir al baño y muy poco más.

Intento incorporarme en la cama. Y en el mismo instante en que lo intento me atraviesa un dolor. No sé distinguir muy bien lo que es. Pero dudo que sea algo importante. Axel tiene mucha facilidad para decirme cada vez que me muevo que está incómodo ahí dentro. Así que me quedo quieta y dejo que pase el dolor. Las últimas semanas ha aprendido a hacerlo si no quiero morir a base de patadas.

Media hora más tarde, sin moverme, el mismo dolor atraviesa de nuevo. Me llevo la mano al vientre en busca del pie de Axel. Pero no está dónde lo busco. No ha sido una patada. Aunque no tengo que asustarme. Solo ha sido una. Con una sola no hay problema.

Con una no. Pero con algunos más sí me empiezo a preocupar. En un transcurso de hora y media desde este último dolor, noto otros 4-5. No son muy muy cercanos. Pero están por debajo de los 20 minutos. No sé qué hacer. ¿Y si es un error de nuevo? No quiero ir al hospital de nuevo para nada. Y, sobre todo, no quiero asustar a Marc para que luego solo sea un susto sin importancia. Está entrenando.

Márquez² (TM 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora