Márquez² (TM 2)

Capítulo 59: Buscando un nombre.

Los bodys que trajo Marc sigue en el salón. No soy capaz de guardarlos. No vaya a ser que guardarlos haga que ya no los vaya a necesitar. Prefiero tenerlos a la vista. Aunque todavía queden muchos meses para poder darle uso.

Creo que ha llegado el momento de empezar a buscarle nombre a este pequeño bebé. Porque como lo siga dejando, lo tengo en brazos y sigo sin saber cómo llamarlo. Pero, claro, no puedo elegir yo sola el nombre. Me guste o no, Marc es el padre de este bebé, y como padre debería opinar sobre el nombre. Lo que me pone más difícil la decisión del nombre. Nunca llegamos a elegir nombre para el otro bebé, principalmente porque no sabíamos que sexo tenía. Pero sí recuerdo que no teníamos ideas para nada parecidas entre nosotros.

No sé de otra manera de hacerlo, así que le aviso por WhatsApp de que debemos ponernos de acuerdo con el nombre cuando sea posible.

Después de mandar los WhatsApp no es que esté atenta a que me responda. Pero me es inevitable ver que no los ha ni leído. No esperaba quizás que respondiera. Pero sí que al menos los mirase. Bueno, ya lo hará. ¿Qué prisa hay? Ni que tuviéramos que elegirlo hoy.

Un par de horas más tarde. Cuando estoy empezando a pensar que hacer de comer, suena el timbre en la puerta. No sé si ir a ver quién es o que hacer. No tengo ganas de hablar con ningún vecino. Y si no es un vecino podría ser cualquiera. Desde un fan que sepa dónde vivo, a alguien de la prensa. O quizás pueda ser Àlex o Leticia que hayan pillado a alguien entrando o saliendo y aprovechasen para subir sin llamar al portero.

Me acerco muy despacio e intentando hacer el menor ruido posible y cuando miro por la mirilla casi me muero. Abro la puerta, arrastro dentro a la persona que hay esperando y cierro rápido de nuevo.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto.
-Me has mandado un WhatsApp.- responde Marc enseñándome la conversación de WhatsApp.
-¿Dónde pone ahí que vinieras?
-Ehh... Bueno, creí que era mejor en persona. Y he traído comida.

Miro las bolsas que lleva en la mano y en las que no me había fijado hasta ahora y mis tripas responden por si solas. Si ya tenía hambre hace 5 minutos, ahora tengo mucha más.

-Perfecto. Pues comamos.

Marc empieza a sacar tuppers con comida mientras yo solo pienso en que no podría haber llegado en mejor momento. Cada vez me rugen más las tripas. Y eso que he desayunado tarde.

-Coge lo que quieras de todo eso, este es para mí.- dice después de dejar al menos 6 o 7 tuppers encima de la mesa del salón.
-¿Todo esto es para mí?
-No tienes que comértelo todo. Solo he traído variedad.

Asiento y empiezo a comer como si fuera a venir alguien y fuera a quitarme la comida en cualquier momento. Marc intenta contener la sonrisa, pero sé que se muere por reírse viéndome comer de esta manera.

-Lo siento.
-Nada. Tú come cómo quieras. Me gusta verte comer.

Me pongo cómo un tomate y yo ya no digo nada más. Solo me dedico a comer hasta no poder más. Y luego ya no sé qué hacer cuando me doy cuenta de que tengo a Marc mirándome desde hace un buen rato.

-¿Ya has pensado en alguno?- le pregunto.
-¿Qué?
-Qué si ya has pensado en algún nombre para el bebé.
-Pues...
-No lo vamos a llamar Marc. Así que piensa bien lo que ibas a decir.
-No he pensado ninguno.

Me sale sola la sonrisa. Sé que iba a soltar el llamarle como él. Era la opción rápida y cómoda. Pero no va a admitirlo así de fácil.

Tras la comida empezamos a buscar nombres y a ponerlos en común. Pero como ya me veía venir, no estamos de acuerdo con ninguno. Ni yo con los suyos, ni él con los míos.

Mis opciones hasta ahora han sido: Airam, Jonay, Antoine, Noah, Andrea, Fabio, Luka y Marco. Las de Marc han sido: (Marc) Jordi, Joan, Adrià y Xavi.

No es que no me gusten del todo la verdad, pero es que él niega todos los míos rotundamente. Así que si no estoy del todo convencida con sus propuestas no se las voy a aceptar. Aunque Marc y Marco sean absolutamente lo mismo, pero en distinto idioma (o con una o de diferencia)

Seguimos buscando con cada vez menos ganas y de repente aparece el nombre. Y lo sabemos porque ambos lo decimos a la vez. Así hemos estado toda la tarde, cada vez que nos gustaba uno lo decíamos en alto y debatíamos hasta decir que no. Pero esta vez no podemos decir que no. Lo hemos dicho a la vez.

-¿Y Axel?- preguntamos ambos a la vez.

Nos miramos y asentimos. Tenemos nombre. Además, el significado literal de Axel es hacha de guerra. Algo que podría significar que por fin puede acabar la guerra entre nosotros. Enterrar por fin el hacha de guerra gracias a nuestro hijo.

-Axel Márquez Márquez.- digo.
-Sí. Axel Márquez².

Por un momento me olvido de que odio a Marc y que no estamos juntos. Tenerle a mi lado y mirándome como me está mirando me ha freído las neuronas y por poco no me tiro a besarle ahora mismo.

Así que me levanto y me aparto lo máximo que puedo. Antes de que la idea de aceptar la propuesta de Marc de hace unos meses anide más en mi cabeza. No la de matrimonio, sino la de volver a estar juntos. Esto deben ser solo las hormonas y las horas que llevo con él sentado a mi lado hasta encontrar un nombre para el bebé.

-Por cierto, ¿tú no deberías estar entrenando?
-Axel necesitaba un nombre, y por un día que no vaya a entrenar no va pasar nada, ¿no?
-Yo diría que sí. Dudo que Àlex haya dejado de ir porque tú no. O Quartararo, por ejemplo.

Y sé que la he cagado al nombrar a Fabio porque el buen humor de Marc y el buen ambiente entre ambos se acaban. No me dice mucho más y se larga diciendo que sí que debería intentar hacer algo antes de que se haga muy tarde. Y hasta aquí el momento tan agradable que estábamos teniendo. Y mis ganas de volver con él. Sí se pone así por decirle que otro piloto no va a dejar de entrenar porque él no lo haga. ¿Cómo no se pondría por cualquier cosa peor? A Marc es mejor tenerle lejos.