Márquez² (TM 2)

Capítulo 18: Mojácar.

¿Me puedo arrepentir de algo cuando todavía no he terminado de hacerlo? Y con eso me refiero a si me puedo arrepentir de ir a Mojácar cuando todavía no he llegado. Todavía no los he visto y ya estoy queriendo dar media vuelta y volver a casa. Quiero ver a Àlex, quiero felicitarle por la victoria en Sachsenring. Quiero pasar unos días con él. Disfrutar sin pensar en nada más. Pero es que Marc también va a estar. Y no sé cómo va a salir esto con Marc de por medio. Y más cuando no ha ganado y era el único favorito a ganar. Habría sido la 12ª seguida. Pero al menos ha quedado 2°.

Aunque las ganas de dar las vueltas son muchas, no lo hago. Sigo hasta Mojácar y los espero allí. Ellos no saben que me he ido ya. Me he quedado tan emocionada al ver ganar a Àlex, que no he podido contenerme a venir. Y eso no es nada a favor de que no salten chispas cuando Marc me vea aquí. Al menos espero que sepa que iba a venir, aunque no fuera hoy. Se suponía que yo saldría mañana por la mañana de casa y vendría a Mojácar. No sabía a qué hora podían llegar ellos hoy aquí tampoco.

Llego y me quedo en el coche. No sé qué hacer ahora. ¿Tendré que esperar por Àlex para instalarme? Creo que no he pensado muy bien esto de venir corriendo a recibirle. Con lo fácil que era venir mañana directamente. Ahora no puedo avisar a nadie. No sé dónde están. Si están volando, si ya han llegado o qué. Además de que me fastidiaría la sorpresa.

Al final me pego unas buenas horas en el coche hasta que me canso y salgo en busca de algo que hacer para no engarrotarme yo sola esperando en un coche por esos dos. Solo espero que nadie que esté pasando por aquí me reconozca y se lie una buena.

Sé a dónde tengo que ir. Vine aquí hace 4 años, y de nuevo hace 3. Y el año pasado no vine porque no me veía con ganas de ver a Marc. Que no es que ahora mismo esté yo mucho más animada por verle.

Pruebo a llamar a Àlex, esperaba que no diera tono o que no me lo cogiera la verdad. Pero sí me responde.

-¡Hola!
-Hola. ¿Sabes a qué hora llegas a Mojácar?
-Pues...
-¿Sí?

Estoy esperando una respuesta de Àlex cuando notó una mano en la espalda. Me doy media vuelta decidida a darle a quien sea, a menos que sea un fan no muy pesado. Pero me quedo en blanco cuando veo quién es. Ya han llegado.

-¡Por fin! Llevo horas dando vueltas sin saber qué hacer.
-Pues ya estamos aquí.
-¡Sii!

Estoy abrazando a Àlex cuando noto la mirada de Marc. Que va de uno al otro. Y parece cabreado. Muy cabreado.

-¿Mal día, Marc?
-¿Qué haces aquí?
-Bueno, he decidido venir hoy en vez de mañana. Pero no creo que sea para tanto, ¿no?
-¿A qué has venido?
-¿A pasar unos días de vacaciones?
-¿Te vas a quedar?
-Sí.

Marc no dice nada más. Nos adelanta y se va solo dentro. No entiendo nada. ¿No quiere que me quede? Sé que no somos los mejores amigos ni mucho menos. Pero... ¿Por qué le molesta que venga un día antes? Son apenas unas horas más.

-Lo siento. No le dije que te había invitado.
-¿Por qué? ¿Por qué lo has hecho, Àlex? ¿No sabes cómo se pone Marc?
-No quería que cancelara las vacaciones.
-Bien podría hacerlo ahora también.
-Estará de morros, pero no se irá a casa. Vamos dentro.

Àlex y yo seguimos los pasos de Marc y nos instalamos antes de ir a cenar y poco más. Si ellos quieren salir de fiesta o algo, que lo hagan. A mí no me van esas cosas.

La mañana siguiente empieza tranquila. Me despierto y en lo que espero a que se despierte Àlex, voy a la piscina. Un bañito de primera hora no me vendrá nada mal. Aunque cuando llego a la piscina ya no pienso lo mismo. No estoy sola, hay otra persona ya dentro de la piscina. Y no una cualquiera.

Doy media vuelta para irme de nuevo a la habitación, pero no llego a dar un paso antes de que me hable.

-No tienes que irte. La piscina es bastante grande, y vamos a estar toda una semana aquí. Será mejor que nos aguantemos, por el bien de mi hermano.
-Si hubiera sabido que no lo sabías no habría aceptado la invitación de Àlex.
-No importa.

Asiento e intentando hacer caso omiso a la presencia de Marc, me quito la ropa y me zambullo en la piscina. Al principio el agua está helada, pero no tardo en acostumbrarme a ella.

Cada uno se va a una parte de la piscina. Una cosa es intentar no matarnos, y otra distinta jugar juntos en la piscina como si fuéramos dos niños de 10 años sin ningún pasado en común.

Marc no tarda en salir del agua un rato más tarde. Y no puedo evitar mirar hacia él mientras lo hace. Aunque acabo metiéndome por completo en el agua antes de que pueda notar como me miro.

Esta semana va a ser una tortura. Y apenas acaba de empezar. Aprovecho que ahora tengo la piscina para mí sola y me pongo a hacer largos de una punta a otra. Aunque de vez en cuando la vista se me va a Marc que está sentado en una tumbona, todavía chorreando agua. Intento que no me pille mirándole. Pero es algo difícil porque parece que él también tiende a mirarme a mí. No hacemos más que coincidir las miradas.

Salgo de la piscina sin prisa. Sé que Marc me está mirando. Pero no le hago caso. Llego a la tumbona de su lado, cojo la toalla me la froto un poco por el pelo para que no gotee demasiado y me decido a entrar de nuevo.

-¿No te quedas?
-No. Voy a quitarme el cloro de encima, y luego iré a despertar a tu hermano para desayunar. Si te quieres apuntar te esperamos en media hora en el comedor.
-Creo que me voy a quedar aquí.

Y tras escucharle y seguir caminando oigo el agua. Se ha tirado de nuevo a la piscina.

Cómo le he dicho a Marc, me doy una ducha. Me peino y visto, y luego voy a tocarle a la puerta a Àlex. Empiezo a tener hambre.

Marc no se nos une al desayuno, como ya ha dicho. Y cuando Àlex decide ir a la zona de la piscina. Yo vuelvo a mi habitación. Marc debe seguir allí. Y ya he tenido bastantes vistas de su cuerpo por ahora. No quiero acabar en su habitación al final de la semana. No soy de piedra, y esa tentación es demasiado superior a mí. Será mejor estar alejada de él.