Capítulo 64: Vuelta.

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(Marc)
Mi hermano ya volvió de las vacaciones, y a ambos se nos han acabado los días de relax. Porque ya estamos en Silverstone.

La semana con Xenia han sido una maravilla. Aunque la primera noche tuve que despertarla de una pesadilla. Y dormir con ella. No porque yo me aprovechase de la situación, sino porque ella me lo pidió. No le pregunté por la pesadilla, pero estaba tan mal que imagino que tenía que ver con Axel o con su hermano que perdimos. Así que el resto de noches dormimos juntos. Y no hubo ni una sola pesadilla más.

Despertarme y verla a mi lado en la cama. Con nuestro hijo en su interior. Ojalá poder despertarme así siempre. Pero ya ha sido suficiente. Ella no va a querer que vuelva a pasar. Esto ha sido una gran excepción. Y no volverá a pasar. Lo sé.

Los primeros libres del fin de semana son mañana viernes. Y espero poder concentrarme en ellos. Tener en Barcelona a Xenia con 35 semanas de embarazo no es que me ayude a concentrarme mucho que digamos. Sí, faltan 5 semanas todavía, pero se puede adelantar perfectamente. Y yo aquí en Londres. ¿Cómo podría perderme el nacimiento de Axel? Eso sería imperdonable. Necesito coger en mis brazos a mi hijo nada más nacer. Necesito tenerle en mis brazos y decirle que su padre estará con él siempre. Bueno, siempre que pueda. No puedo dejar el Mundial sin terminar.

-¿En qué piensas?- pregunta Àlex que se habrá dado cuenta de que no estoy presente.
-En nada.
-¿Acaso me estabas escuchando?
-Ehh... No. Lo siento. ¿Qué me has dicho?
-Xenia...- no lo dejo terminar.

Corro a por la maleta sin terminar de escuchar lo que dice Àlex. Solo escuchar el nombre de Xenia me hace pensar en buscar un vuelo ahora mismo para ir a Barcelona. Necesito conocer a mi hijo antes que nadie.

-¡Marc!
-Tengo que irme. Necesito conocer a Axel.
-¡¡MARC!!
-¿Qué? No me digas que ya ha nacido. Por favor, dime que no.
-No. No ha nacido. Y no creo que nazca en las próximas 24 horas. O en los próximos 3 días. Relájate y escucha antes de que te pongas a hacer la maleta.
-¿Les ha pasado algo? ¿Está ingresada? ¿Cree que va a tenerlo pronto?
-¿Acaso hablo chino? Te he dicho que Axel no viene en camino. Todavía.
-¿Qué significa todavía?
-¿Te vas a calmar hasta que acabe de hablar?
-Lo intentaré.

Intento escuchar a mí hermano sin interrumpirle. Pero hay momentos en que no puedo evitar interrumpirle. ¿Cómo puede decirme tan tranquilamente que Xenia ha ido al hospital pensando que Axel venia ya y al final se ha quedado en nada?

-¿Y ya está? ¿Te parece poco? Me voy a Barcelona.
-Tú no vas a ninguna parte. Esto es muy común. Queda muy poco ya y es normal que tenga contracciones. Ha ido al hospital por si acaso, pero no han sido nada. Están perfectamente en casa. No va a hacer esfuerzos y estoy seguro de que mi sobrino se aguantará ahí dentro hasta que su padre esté de vuelta en casa. ¿De acuerdo?
-Vale. ¿Pero porque te ha avisado de eso a ti y no a mí?
-Porque estaba nerviosa y no quería preocuparte cuando no ha sido nada. Te conoce y no habrías leído más allá de hospital y parto.
-No soy un niño. Sé leer lo que me escriben.
-¿Enserio? Te he nombrado a Xenia. Solo he dicho su nombre. Y tú te has ido a hacer la maleta. ¿Crees que habrías leído a conciencia los mensajes? Yo creo que no.

Mi hermano tiene razón. No habría leído todo. Habría leído lo suficiente para querer salir corriendo de aquí. Sé que muchas veces hay falsas alarmas, pero no estando yo ahí eso también me preocupa. ¿Y si no hubiera sido nada? ¿Y si Axel estuviera a punto de nacer ahora mismo? Bueno, los partos suelen ser largos, ¿no? Quizás me diera tiempo a llegar. Quizás.

Al día siguiente consigo concentrarme en los entrenos. Pero cada vez que acaba el tiempo de FP corro a mirar el teléfono o a buscar a Àlex para que me avise si tiene alguna novedad sobre Xenia y/o Axel. Pero no. Àlex no tiene más mensajes por el estilo. Y yo tengo una videollamada por la noche de Xenia dónde me calma y me dice que están perfectamente. Además, Axel está moviéndose y me calma ver los movimientos de su vientre cuando lo enfoca al decirme que Axel me quiere saludar también. Estamos un buen rato hablando y viéndonos. Y aunque todavía no confío que dentro de unas horas o en cualquier momento del fin de semana no pueda pasar algo, me calma haber hablado con ella.

Àlex apenas habla del tema durante el resto del fin de semana. Y yo tampoco. No quiero pensar en estar a punto de salir a pista y que Xenia llame para que sepa que Axel está en proceso de salir a conocernos.

Y no negaré que el domingo estoy pendiente de la pizarra más de lo normal. Leti trabaja en el Mundial como periodista. Así que le he dejado dicho que si le avisa a ella de algo Xenia, que le diga a Santi que me ponga en la pizarra una palabra clave. Una que no sepa nadie más lo que significa. Pero la carrera acaba y la palabra no aparece en ningún momento. No acabo en podio. He tenido algunos problemas por falta de concentración. Pero Àlex si acaba en el podio. Pero ahora mismo me da igual. Necesito ir a ver si tengo algún mensaje de Xenia.

Desaparezco del box rápido y corro a mirar mi WhatsApp. Y sí que encuentro un mensaje de Xenia. Pero nada por lo que tenga que temer o salir corriendo al aeropuerto. Es una foto de su más que prominente vientre con el body que le traje hace semanas encima. Y debajo pone: "Mucha suerte para papi".

Muero de amor. Y cuando dejó de babear imaginándome a Axel con ese body puesto en poco tiempo, le doy las gracias a Xenia.

A la tarde, Àlex y yo nos vamos al aeropuerto y llegamos a Barcelona horas más tarde. Y aunque Àlex se va a casa, yo me paso por casa de Xenia. Después del susto del jueves necesito pasar un rato con ellos. Me recibe con mucho agrado, y me invita a quedarme a dormir. Supongo que ella también tiene miedo a lo que pueda pasar en breve.

Márquez² (TM 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora