Márquez² (TM 2)

Capítulo 25: Alcañiz.

Cuando vi acercarse el día de irme a Alcañiz empecé a dudar de nuevo. Una cosa fue el momento de valentía que tuve para hablar con Marc y otra es pensar ahora en tener que verle durante varios días. Porque dudo mucho que no nos veamos nunca. Sobre todo, porque para empezar voy a ir a Alcañiz con ellos. Àlex me ha insistido, y que decir, es verdad que no me apetecía irme yo solita en coche hasta Teruel.

He tenido que ir hasta Cervera, eso sí. Pero de Cervera a Alcañiz iré con Àlex. Y con Marc que viene con nosotros, claro.

El momento inicial no ha sido malo. Los chicos ya estaban esperando por mí con el coche fuera del garaje para meter el mío en su lugar. Y cuando he aparcado y salido con mi maleta ni me ha hablado. Ni siquiera me ha mirado en ningún momento. Parece que es verdad que no le soy ningún problema por estar por el circuito.

Marc se ha metido en la parte trasera sin decir nada. Y yo me he colocado en el puesto del copiloto al lado de Àlex. Y hemos pasado un trayecto maravilloso. Cómo si Marc no estuviera en la parte trasera. Porque si no fuera porque al mirar para atrás lo ves ni te das cuenta de que está. Incluso lo hemos intentado meter en la conversación, pero no ha querido. Supongo que el móvil estaba más interesante.

El momento de instalarse tampoco fue un problema. Y esa actitud de Marc empieza a molestarme. Una cosa es que intente que no nos matemos. Y otra muy distinta que pase de forma absoluta de mí. No soy transparente. Soy de carne y hueso y voy a pasar casi una semana aquí con él. Lo mínimo es dirigirme la palabra de vez en cuando.

-Este fin de semana va a ser muy largo.- digo en alto.
-Déjalo. Está raro desde hace días.- me dice Àlex.
-Será lo mejor.

Cómo he venido con ellos, he venido mucho antes de lo que lo habría hecho yo sola. Así que aprovecho para poder pasar tiempo con Àlex ahora que no está tan ocupado. Porque a partir del viernes lo voy a ver muy poco fuera de pista.

Cómo era de esperar. Desde el mismo jueves ya empiezan a pararme los periodistas que ya están por ahí para empezar a hacer entrevistas a los pilotos, a grabar reportajes con estos y a asistir a la rueda de prensa de MotoGP. Y cada vez que me paran ya sé que preguntas van a llegar en mayor medida. Sí he venido con Marc, si volvemos a hablarnos, o incluso a salir. Y demasiadas preguntas más por el estilo. No cambiarán nunca por lo visto.

El jueves da paso al viernes, el viernes al sábado, y el sábado al domingo. Vamos, el paso normal de los días. Pero me refiero a que los días pasan casi volando entre entrenos y entrevistas y apenas me doy cuenta de que ya hemos llegado al final de la semana cuando me doy cuenta de que ya va a ser la carrera.

Me he pasado todo el viernes y el sábado por el box de Àlex principalmente. Viendo cómo le iban en los entrenos y los Qually. Pero no todo ha sido estar en el box de LCR. Y no todo ha sido agradable. Ha habido momentos que han sido incómodos. Y bastante.

Àlex ha tenido buenas posiciones todo el fin de semana. Pero las Qually siguen sin ser su fuerte y no le ha salido una Q2 muy buena. Pero tampoco malísima. Sale 7°.

Respecto a los momentos incómodos son solo por culpa de Marc. Sigue en el mismo plan del miércoles. Y eso no me agrada. Una cosa es que no quiera hablar en exceso con él, pero que pase de mí como si no existiera o llevase la capa de invisibilidad de Harry Potter o Frodo Bolsón, pues no es lo mismo. Y es algo muy poco agradable. Pero es que cuando intento que me hable ya cansada de su actitud de niño pequeño lo único que hace es mirarme con mala cara y pasar de mí nuevamente. Supongo que ya se le pasará la pataleta.

No vuelvo a intentar interactuar con Marc. Pero si lo hago con algunos otros pilotos. Cuando estábamos juntos no tuve mucho tiempo para venir a Grandes Premios y menos para conocer a nadie. Pero ahora sí puedo aprovechar para conocer a más pilotos. Entre ellos Quartararo. Que me ha caído super bien. Está tan loco cómo estos dos. O puede que incluso más. Pero es un chico super majo y super divertido. Quién diría que tiene 4 años menos que yo. Y 6 menos que Marc. Sobre la pista nadie lo diría. Es el principal adversario de Marc. Porque Àlex para la mayoría no es nadie. Lo haga como lo haga es un 0 a la izquierda para todos.

El domingo me levanto temprano. Más temprano que los chicos y decido salir a dar una vuelta y coger aire.

Voy caminando sin rumbo y sin lugar preciso. Solo camino con la mente en blanco y sin darme cuenta de dónde piso o a dónde voy. Hasta que alguien me saca de mi ensueño. Y una sonrisa tonta se adueña de mi cara cuando veo quién me zarandea el hombro.

-Hola francesito.
-¿Aburrida Xenia?
-No. Solo quería dar una vuelta para no molestar a esos dos. Bueno, más bien a Àlex. Marc ni se inmuta conmigo.
-¿Es verdad lo que rula por ahí?
-¿Qué es mi ex y busco que se mate?
-No. Solo lo primero. No me creo que busques el mal de nadie.
-Quién sabe. No me conoces tanto.
-No pareces una ex vengativa.
-Ni tú un niño de 23.
-Solo tienes 4 años más que yo. No te pases.
-Esos 4 años son muchos depende del momento. Tú apenas has pasado los 20, y yo estoy a punto de los 30.
-Pero siguen siendo 4 no 10. Deja de pensar tanto y disfruta de lo que tienes delante.
-¿De ti?
-No. De mí no. Me refería... ¿Me estás tomando el pelo verdad?
-Un poquito. Pero no me importaría pasar un rato contigo.

Seguimos juntos dando un rodeo y luego nos separamos cuando Fabio tiene que irse a preparar. Aunque me acompaña hasta el Motorhome de Àlex y Marc. Justo en el mismo momento que oigo a Àlex desquiciado y veo a Marc en la puerta con intención de salir corriendo. Pero en cuanto me ha visto la cara de ha cambiado 20 veces. Alegría, alivio, sorpresa, una de cabreo cuando me ha visto con Fabio. Y luego ha vuelto a ser Marc el indiferente. Ha dado media vuelta y ha entrado dentro de nuevo.

El domingo pasó súper rápido como el resto de días. Y aunque no ganó ni quedó en los 3 primeros Àlex, Fabio si lo hizo y fui al corralito a ver si me dejaban saludarle. Por suerte me dejaron los de Yamaha, aunque Marc que estaba con una sonrisa de victoria, le desapareció en cuanto me vio con Fabio. Sí me ignoras no voy a ir a felicitarte por la victoria.