Capítulo 52: Mirando.

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Sé que es demasiado pronto. Lo sé muy bien. Demasiado bien. Pero no tengo nada mejor que hacer. Y si me pongo a pensar en que todavía hay posibilidades de que vuelva a pasar lo mismo que con el otro... Pues no miraré cosas para el bebé hasta que lo tenga en los brazos.

No, no estoy mirando cunas. Ni cochecitos, sillitas y demás mobiliario y vehículos para el bebé. Solo estoy mirando ropa. Mucha ropita muy pequeñita que me hace morir de amor.

No pienso comprar nada. Pero no sé. Me he levantado esta mañana, me sentía agobiada en casa, y aburrida. Así que he salido a dar una vuelta con el coche. He llegado al centro comercial y sin darme cuenta me he metido en una tienda de ropa de bebé. Y ya no hay quien me saque de aquí. Todo es tan bonito y adorable. Y sólo pensar en ponérselo a mi bebé hace que me caiga la baba, y me den ganas de llorar de emoción.

Hay absolutamente de todo. Camisetitas de todos los colores y estampados. Mini chaquetitas de cuero o más bien serán de polipiel. Bodys y pelelitos de todos los colores y formas. Zapatitos tan pequeñitos que no sé a quién podrían caber. Y en la sección de niña unos bodys con tutú que me hacen hasta replantearme a mí la idea de la ropa de niña. Que nunca me ha gustado. Pero ahora que la estoy mirando pensando en una pequeña niña a la que ponérsela no puedo más que morir de amor.

Aunque no me apetece salir de aquí me decido a hacerlo. No puedo comprar nada todavía. No sé lo que puede pasar en los próximos meses. Pero por mirar no va a pasar nada. Aunque esté queriendo llevarme media tienda ahora mismo.

Salgo de la tienda y doy un paseo por el centro comercial. Antes de ir al coche y volver a casa de nuevo. Será mejor que vuelva al piso ya. No quiero cansarme demasiado. Ni que me pille alguien en una tienda de bebés. Aunque eso ya puede haber ocurrido sin que me diera cuenta. Iba tan en las nubes que a saber si alguien no me ha grabado o sacado una foto mientras miraba con ojos de corderito toda la tienda. Solo espero que no. No me apetece nada que la prensa se meta en mi vida ahora mismo. Aunque tarde o temprano descubrirán que voy a tener un bebé. No es algo que pueda ocultar para siempre. Se va a notar. Y ya está empezando a notarse, además.

Llego a casa. Y casi se me sale el corazón del pecho al ver lo que me espera por fuera de mi puerta. ¿Es que la gente no sabe llamar? Vaya susto me he dado.

-¿Ha muerto alguien?
-No. ¿Por?- responde Àlex.
-Normalmente no aparecéis todos juntos. Así que tiene que pasar algo fuerte.
-Ehh, no. La verdad es que cada uno ha venido por su parte.- responde Leti.
-¿Los tres?
-Sí.- responde Marc.

¿Me creen tan imbécil como para creerme que esos tres no han venido todos juntos por algo en concreto? Supongo que sí.

Cómo no me viene bien enfadarme. Hago como que les creo y abro la puerta dejándoles pasar antes de entrar yo también y cerrar de nuevo. Voy hasta el sofá mientras esos tres dan vueltas por el salón. Que no han venido por nada, dicen. Y no pueden estarse quietos ahora.

-¿Me lo vais a contar u os vais a quedar ahí dando vueltas por mi salón? Solo por saber si vais a seguir así mucho más. Que os pongo algo en los pies y así ya me limpiáis el suelo.

Los tres se miran entre sí, pero finalmente solo niegan. Y siguen dando vueltas por el salón. Están empezando a ponerme histérica.

-Àlex.
-¿Si, hermanita?
-Si no quieres que me sienta idiota o que me entere de cualquier otra manera, decidme ya lo que pasa.

Àlex mira a Leti, y luego se acerca poco a poco a dónde estoy. Y los otros poco a poco también.

-¡Soltadlo ya! Me estáis poniendo muy nerviosa. Y creo que los cuatro sabemos que es mejor que esté lo más calmada posible.
-Es que esto no te va a dejar tranquila.- dice Leti.
-¿Qué ha pasado? Decirlo y ya está. No le deis más vueltas.

Àlex y Leti se sientan a cada uno de mis lados. Y Marc se queda más allá. No cabe el sofá, y supongo que también quiere dejarme espacio. Leti y Àlex son más de mi confianza.

-La prensa ha sacado una noticia nueva esta mañana sobre ti.- me dice Leti.
-¿Cuál?
-En resumen. Que estás embarazada o te has metido un atracón últimamente.- responde Àlex.
-Bueno. En algún momento tenían que enterarse, ¿no?
-Sí, pero es que me han nombrado a mí también.- dice Marc.

Y entonces sí que se me revolucionan las pulsaciones. Si han nombrado a Marc esto es más serio. Una cosa es que sepan que estoy embarazada, era algo inevitable. Pero no tenía ninguna intención de decir de quién era y ahora ya lo sabe todo el mundo. Tampoco es que hubiera que ser un detective para descubrirlo, pero la prensa es incapaz de callarse nada. Suman dos más dos y aunque no sepan si es verdad realmente o no, ellos lo publican. Ole la prensa. Métanse dónde les llamen. 

Intento calmarme antes de que Àlex y, sobre todo, Marc se alarmen. Y entonces caigo en un detalle importante. ¡MARC ESTÁ EN MI CASA! No es que no hubiera dado cuenta hasta ahora. Si no que no me parece el mejor movimiento después de que digan que es posible que esté embarazada y sobre todo, que sea suyo en bebé.

-¡¿Y TÚ QUÉ HACES AQUI?!
-Quería asegurarme de que estabas bien.
-Y yo te dije que te avisaría de todo. Pero eres un cabezota y no sabes hacerme caso aunque sepas que es verdad e importante lo que te digo.- le responde Àlex.
-Marc... Enserio. Me alegra que te preocupes por mí. O por el bebé. Pero no creo que sea buena idea que hayas aparecido aquí después de que suelten una noticia así. ¿Y si os seguido? Ahora sí pueden darlo por confirmado. ¿Qué coño voy a hacer ahora?
-Cálmate, hermanita. Ya iremos pensando algo. Y ahora creo que es mejor que nos vayamos y te dejemos en calma. Vamos Marc.
-¿Quieres que nos vayamos todos, Xenia?
-No. ¿Puedes quedarte tú, Leti?
-Claro.
-Pues nosotros sí nos vamos. Descansa y no te alteres. Te llamo más tarde, hermanita. 

Asiento, y los veo irse. Me voy calmando poco a poco. Al menos en el ritmo cardiaco. Porque mi mente va a 10.000 por hora. Pensando en todo lo que puede pasar a continuación. Aunque Àlex tiene razón. Ya iremos pensando a medida que vayan surgiendo más noticias. Ahora mismo no sabemos que saben y que no. Toca que me calme y que me olvide de nada que no sea yo y mi bebé. Y Leti me ayudará mientras se quede aquí conmigo.

Márquez² (TM 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora