Capítulo 16: Invitaciones y grabaciones.

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La grabación ha ido genial. Hemos tenido unos problemas por la mañana, pero luego los hemos solucionado y hemos podido grabar todos los singles uno tras otro. Se me ha hecho difícil por momentos cantar las letras. No son unas letras cualesquiera. Son unas sacadas del dolor que verme abandonada por Marc tras algo que no era culpa de ninguno. Aunque he de reconocer que los dos nos gritamos cosas que quizás no debimos. Hubiera estado mejor estando en Cervera con él y Àlex. Pero no fue culpa suya perder al bebé. Con o sin Marc a mi lado si estaba de pasar iba a pasar de todas formas.

De momento estoy libre unas semanas hasta que decidan la fecha de lanzamiento del disco. Entonces empezarán el rodaje de los videoclips, y las entrevistas. Por no hablar del lanzamiento, y de la gira que habrá tras él.

Estoy recogiendo mis cosas en el hotel cuando suena el teléfono. Me iré mañana por la mañana a Almería. Pero quiero tener todo ordenado ya. Solo dejar el pijama y la muda de mañana para poder salir tras el desayuno.

Miro el teléfono y veo que es Àlex. Respondo cómo puedo antes de que acabe la llamada y saber qué quiere decirme.

-¡Hola hermanito!
-Hola, loca.
-¿Yo? ¡Loco tú!
-Te noto animada. ¿Va bien la grabación?
-¡Sí! Ya hemos acabado hace un rato. Esperaba haciendo la maleta para volver mañana a Almería.
-Perfecto para lo que proponía pedirte.
-¿Qué estás orquestando ahora? ¡Tú céntrate en la carrera!
-Xenia. Por favor. Antes de que me digas que no, prométeme pensarlo antes de decirme nada.
-¿Qué pasa?
-Ven a Mojácar la próxima semana.
-¿Va a estar Marc?
-Claro.
-Puff. Sabes que el año pasado me fui a Madrid con tal de no tentarme a ir.
-Te prometo que Marc no va a ser ninguna molestia. Por favor. Quiero pasar unos días con mi hermanita.
-Te digo el fin de semana. Pero no te hagas ilusiones.
-¡Gracias!

Àlex cuelga y yo niego con la cabeza. No tengo mucho que pensar. No puedo evitar a Marc eternamente. Y yo también quiero pasar unos días con Àlex. Además, no va a pasar nada ¿no?

Tengo la cabeza dividida ahora mismo. No de forma literal, entonces ya estaría muerta y dudo que pudiera pensar en nada. Por un lado, me apetece muchísimo ir. Estar con Àlex, disfrutar de unas vacaciones, aunque apenas acabo de empezar a trabajar ahora. Disfrutar de la piscina y hacer el tonto con Àlex. Pero por otra parte no quiero ir. No quiero ver a Marc. Y menos en bañador, metido en la piscina o ya fuera tras darse un baño. Eso es una tortura andante. No. No va a ser fácil de llevar ver a Marc por todas partes y no querer olvidarme de todo y tirarme a sus brazos una tercera vez. Dicen que a la tercera va la vencida, pero también que no hay dos sin tres. Y con Marc me parece que no hay límite de veces para que no encajemos del todo nunca y siempre acabe sufriendo por él.

Lo que siento y la atracción que siento por él no creo que desaparezca nunca. Pero no pienso esperar a que Marc cambie. No creo que lo haga nunca. Siempre verá a Àlex como una amenaza, y si volviera a quedarme embarazada, quién sabe lo que podría volver a pasar.

Termino de preparar la maleta para mañana y salgo de la habitación para ir al restaurante del hotel a cenar. No acabo comiendo mucho. Tengo más cansancio que hambre. Y pensar que la próxima semana es posible que pase unos días con Àlex, pero también con Marc. Me quita también parte de la poca hambre que tenía ya.

Subo a la habitación de nuevo e intento dormir. Dejarme aconsejar por la almohada. Pero no sé si tomarme el sueño que tengo como una señal para ir o para no ir. Nuevamente Marc protagoniza mis sueños. Y la verdad es que no me siento mal. No sé si es porque me voy acostumbrando a verle y saber de él. O porque los únicos sueños que me afectan con él son en los que sale también el bebé que íbamos a tener.

Meto el pijama en la maleta. Salgo a desayunar y una vez he desayunado, vuelvo a por la maleta. Hago el checkout en recepción y me voy a por mi coche. Me quedan 8 horas de carretera hasta llegar a casa. Y tengo muchas ganas de llegar. Mañana ya he quedado con María para ver los FP1 y FP2. Sí, me estoy volviendo a aficionar a ver los GP. He dejado de vernos mucho tiempo por culpa de Marc. Ahora no me va a pasar de nuevo. No voy a volver a perderme una sola carrera más por no ver a Marc. Si se cae me voy a preocupar, no soy de piedra. Pero las veré.

Las horas en carretera se me pasan volando. Se nota que voy de camino a casa, y no al revés. Se me pasa mucho más rápido cuando no voy de camino a una reunión, a una grabación o a una entrevista. Y sí de vuelta a casa.

Finalmente llego por fin a Almería. Algo cansada aunque se me haya pasado rápido el trayecto. Al fin y al cabo, son 8 horas de conducción sin parar. Las piernas y los brazos me agradecen que salga del coche. Ya estaba molida no, lo siguiente. Pero nada que no se arregle con una ducha y quedarme estirada en la cama el resto del día.

Subo a casa con la maleta. La deshago, pongo todo en una lavadora y mientras se lava me doy una ducha tibia. No me va la de abrazarme de calor, pero algo de calorcito si les vendrá bien a mis músculos engarrotados de 8 horas de viaje en carretera.

Duchada, peinada, con un pijama limpio, y a la espera de que se acabe la lavadora me estiro en la cama. Tengo muchas cosas que pensar antes de que llegue el domingo. Además, me merezco un momento de no hacer absolutamente nada. Ni siquiera voy a cocinar. Pediré algo a domicilio. Aunque no sé todavía por qué decantarme. ¿Pizza? ¿Sushi? ¿Un bocata? Ya lo veré. No hay prisa. Todavía no me ha entrado hambre.

Márquez² (TM 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora