Capítulo 35: Se acerca Navidad.

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(Marc)
Cada vez queda menos para Navidad. Muy poco en realidad. Y no tengo muchas ganas de celebraciones en familia ni nada de eso. Este año solo quiero pasar esos días con Àlex. Con mi hermano y ya está. No estoy del ánimo suficiente para que me pregunten que me pasa. O que hagan teorías por sí mismos como si no me tuvieran a unos metros de distancia. No. Quiero pasar unas Navidades con mi hermano y ya está. ¿Para qué más?

-Àlex, ven.
-Dime.
-He estado pensando mucho en las fiestas estos días y este año no quiero salir de aquí en Navidad. Si tú quieres puedes salir claro, pero yo me voy a quedar en casa el 24 y el 25. No me apetece estar rodeado de gente que me pregunte si me pasa algo. Son la familia, pero este año no puedo.
-A mí tampoco me apetece mucho, la verdad. Pero seguramente acabe yendo un rato. Sí me preguntan diré que crees que estás pillando algo y estás en cama.
-Tampoco exageres mucho.
-No. Aunque tengo que preguntarte si esto tiene que ver con alguien en especial.
-No. No tengo ningún problema con nadie de la familia.
-¿Y con Xenia?

Y ahí, ha dado en el clavo. Xenia si tiene que ver con todo esto. Intento cambiar de tema varias veces, pero Àlex no lo deja pasar. No hay manera.

-Àlex, por favor. No me hagas decirlo. Ya sabes muy bien que no estoy bien con Xenia. Ni bien ni mal. No estoy directamente.
-¿Y no vas a intentar arreglarlo de alguna manera?
-¿No fuiste tú el que me grito que la dejase en paz?
-Sí. Pero...
-Pero nada, Àlex. La dejaré en paz y listo. Sí ella quiere que me acerque que me lo diga. No voy a arriesgarme a cagarla aún más.
-Vaale. Lo que quieras Marc.

Àlex no vuelve a insistir. Al menos por el momento. Y yo solo pienso en las pacíficas Navidades que quiero pasar. Yo, Àlex y los perros. Listo. Nadie más. Ni nuestra familia, ni nadie. Y si Àlex no quiere quedarse conmigo, pues pasaré Navidad con Stich y Shira. Mejor compañía imposible. Esos dos sobrinos perrunos que tengo son mejor que cualquier otra persona con la que pudiera pasar estas señaladas fiestas. Al menos a ellos sé que les importo. Y ellos a mí, claro. Que no digo que no le importe a mí familia. Pero no quiero que les importe más todavía mi estado civil.

(Xenia)
Seguimos provincia a provincia. Y diciembre va pasando entre escenarios y hoteles. Pronto llegará Navidad y la verdad es que no sé dónde voy a pasarlas. En principio no tengo ningún concierto en esas semanas, y el siguiente desde de Reyes es en Barcelona, así que lo más seguro sería que las pase en casa. Aunque si Leti no va a hacer nada... Quizás me vaya a Madrid unos días. No me apetece estar sola en esos días. Siempre son deprimentes.

Ya sólo me queda pasar por Aragón antes de parar para Navidad y volver después de las fiestas en Catalunya. Y no sé si lo voy a pasar muy bien sabiendo que voy a estar a tan poca distancia de Cervera. No es poca, pero cuando los chicos van a Teruel están más cerca que de Montmeló. Así que pasar por Aragón no me trae buenas vibras. Marc podría en cualquier momento venir y liármela. O quizás no. Quizás estoy yo obsesionada con Marc y con lo que puede hacerme. Que no sería ninguna locura tampoco. Últimamente la cabeza no me va muy bien que digamos. Ni la cabeza ni nada. Últimamente no sé si es por pensar tanto en Marc, o porque, pero no estoy bien. Seguramente sea de tanto trabajar. Supongo que las vacaciones no me vendrán del todo mal.

Hoy es el último día que estamos en Logroño. Mañana nos vamos a Huesca y allí estaremos toda la semana. Bueno, no en Huesca, en Aragón. Pasaremos por las tres provincias de norte a sur. Huesca, Zaragoza y Teruel. Y luego ya veré hacía donde tiro. Debería ir a casa, pero no estoy segura de que sea lo mejor.

El día se va entre unas cosas y otras que ya forman parte de mi rutina de las últimas semanas. Ensayo, más ensayo. Y poco más. Desde que empezaron los conciertos, y desde de lo que pasó tras el de Madrid, pues solo ensayo y actúo. Principalmente para no pensar en Marc. Pero también para poder hacerlo lo mejor posible para toda esa gente que me sigue y va a cada concierto. Se los debo, son mi principal fuente de ingresos para no morirme de hambre y en la calle. O lo hago bien, o dejarán de comprar los discos, de ir a los conciertos y de seguirme en general.

Tras salir del escenario y luego llegar al hotel miro el teléfono encontrándome una llamada de Àlex. No sé si debería devolvérsela ahora mismo, pero es lo que hago. Necesito a mi hermanito postizo ahora. Aunque si fuera en persona mucho mejor.

-Buenas noches, Xenia.
-Buenas noches, Àlex. ¿Querías hablar de algo?
-No, no. Sólo quería hablar un rato. Pero supongo que te pille en medio de un concierto.
-Sí. El de Logroño. Mañana nos vamos a Huesca.
-Te vas acercando a casa.
-Sí. Poco a poco.
-No te noto convencida.
-No sé si quiero volver a casa. Las Navidades son muy deprimentes y más estando sola.
-¿Y por qué me parece que hay algo más?
-Aragón está cerca de allí. Y estar dos semanas en casa tampoco me anima mucho.
-Marc no se va a mover a ninguna parte y no piensa molestarte. Se lo he dejado bastante claro.
-Bueno, Marc nunca es muy...
-No hará nada. Yo me encargaré de que no lo haga.
-No. No quiero que estés pendiente de nadie. Y menos de Marc. No eres su canguro.
-Entendido. Entonces dejaré que se fugue a Teruel cuando vayas a estar allí de concierto.
-Podrías venir tú también. Me encantaría tenerte por aquí.
-Quizás te tome la palabra.

Sigo hablando un poco más con Àlex y luego me acuesto. Mañana nos vamos a Huesca. No hay concierto, pero es un viajecito importante.

Márquez² (TM 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora