Capítulo 41: Alta.

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Estoy esperando el alta. No me queda de otra. No puedo hacer nada más que esperar a que me suelten y luego intentar irme a mi casa sin que me vea nadie. No necesito preguntar para saber que la prensa ya habrá aparecido en la puerta del hospital esperando saber porque me he caído redonda en el escenario. Y eso no es bueno. Porque como se enteren ahora de que estoy embarazada, voy a tener dos problemas. A la discográfica llamándome hasta fundirme el teléfono. Y a Marc queriendo fundirme el telefonillo para que le abra y le explique si lo que está diciendo la prensa es verdad o no. Y no estoy ahora mismo para tratar con ninguno de los dos. Demasiadas vueltas me da la cabeza ahora mismo.

La enfermera aparece más tarde y me quita las vías. Pero no me trae el alta firmada por la doctora. Tengo que seguir esperando a que venga ella directamente.

Perfectamente podría ser ya el día siguiente por la mañana cuando por fin viene. Revisa que pueda irme por mi propio pie, y entonces me firma el alta y me acompaña a la salida del parking. Sabe perfectamente quien soy, y me ha hecho el favor de no tener que salir por una de las puertas principales por dónde está la prensa esperando a que salga por alguna se ellas. O eso pensaba que era todo hasta que veo a alguien conocido por fuera de un Honda que conozco muy bien. No se está quieto, no hasta que me ve. Y entonces corro yo hasta sus brazos.

-¡Àlex!
-¿Estás bien?
-Bueno... En casa te cuento todo. Te quedarás en casa conmigo, ¿no?
-Claro. Sube al coche, estarás agotada.
-Un poco.

Subo al coche de Àlex y me relajo al instante. Estar con mi hermanito es lo mejor que podría pasar ahora. Al menos no voy a estar sola en casa dándole vueltas al embarazo. Àlex me ayudará a aclararme. Y a no volverme loca.

El trayecto no es largo. Pero me da igual. Estoy con Àlex. Aparca en mi plaza de garaje. Mi coche debe estar todavía por fuera del Palau Sant Jordi. Ya iré a por él en otro momento. Ahora no quiero conducir. Solo quiero subir a casa y contarle a Àlex que su hermano me ha dejado embarazada.

Subimos en el ascensor. Llegamos a la planta, abro la puerta de casa, y nada más entrar y cerrar la puerta lo suelto. No he podido aguantarlo más.

-Estoy embarazada.

La cara de Àlex cambia muchas veces. De sorpresa a pensativo. Luego a sorpresa otra vez. Y a pensativo de vuelta. Y por último se echa a reír.

-Muy buena, hermanita.
-No... No bromeo.- digo a las puertas del llanto.

Si Àlex no me va a creer vamos a empezar mal. Muy mal. Àlex me mira, se me acerca poco a poco y acaba abrazándome. Luego me arrastra poco a poco entre sus brazos todavía hasta el sofá. Dónde se sienta y me obliga a apoyarme en él.

-¿Embarazada?
-Aja.
-¿Y cuando me ibas a decir que tenías nuevo novio?
-Esto... Es que no lo tengo.
-¿Entonces?
-Bueno... En Madrid... Yo y... No sé cómo ha pasado, Àlex.
-Espera. ¿Me estás diciendo...?
-Aja.
-Pero...
-Àlex...
-Estoy seguro de que estoy entendiendo todo mal.
-No lo creo.
-¿Me estás diciendo que es mi sobrino? ¿Es...? ¿Es de...?
-De Marc. Sí, de Marc. No me he acostado con nadie más, así que solo puede ser suyo. Ya está. Odio a tu hermano y el karma me da un hijo suyo creciendo en mi vientre.

Àlex niega. Pero me pega más todavía a él. Me no me suelta. Sé que no es la idea de ser tío lo que no le gusta. Además, sé que ese último negamiento ha sido a lo que he dicho del karma. Es solo que mi destino está siempre ligado a Marc. De una manera u otra. Y ya con esto es el remate total.

-¿Se lo vas a contar?- me pregunta Àlex.
-No podré ocultárselo para siempre... Pero por ahora no voy a decirle nada. Lo que me corre más prisa es que lo sepa la discográfica. No voy a poder seguir con la gira tal como está.
-Puedo quedarme aquí unos días si lo necesitas.
-No quiero molestar Àlex. Bastante tienes con... ¿Pero tú no estabas cojo? No te he visto quejarte del pie en todo el tiempo que llevamos aquí.
-Ehhh... Puedo explicarlo.
-Àlex si tenías una cita con alguien o algo no tenías que mentirme. Puedo soportar que no vengas a mi concierto porque tengas otros planes más interesantes.
-Lo siento. Te había prometido ir y no quería decepcionarte. Al menos si estaba un poquito lesionado...
-Por favor. No me vuelvas a mentir con algo así.
-Vale. Tranquila. No lo volveré a hacer.

Nos quedamos así bastante tiempo. Quién nos vea desde fuera se pensaría que somos una pareja de enamorados pasando un momento en parejita en el sofá. Pero los dos solo nos vemos cómo hermanos. Àlex solo es mi hermano pequeño, o mi hermano mayor a veces. La edad entre nosotros es lo de menos. Por eso hay momentos en el que mayor es él y hay veces en que no soy yo. Aunque con todo lo que me pasa últimamente voy a ser yo la hermana pequeña toda la vida.

-¿Qué le digo a Marc? Te ha visto desmayarte y está muy preocupado.
-Dile que se me ha bajado la tensión. O la azúcar. Yo qué sé. Lo que sea. Pero no la verdad. Necesito tiempo para decírselo.
-El que necesites, pero no tardes demasiado. Lo va a acabar sabiendo por ti o por la prensa cuando ya no lo puedas ocultar más.
-Lo sé Àlex. Sé que no tengo todo el tiempo del mundo. Pero ahora no.
-¿Me quedo aquí unos días?
-Estaría bien.
-Pues me quedo.

Àlex se queda en casa. Y me aprovecho de tito Àlex todo lo que puedo. He descubierto que cuando lo llamo tito Àlex se le ilumina la mirada. No fui la única que sufrió hace 3 años cuando perdí al bebé. Àlex moría por ver a su sobrino, y Marc a su hijo. Y el destino nos ha devuelto la oportunidad de conocerle. Aunque para Marc no lo veo tan claro. No me hace ninguna gracia que forme parte de mi vida, y menos de la de mi hijo.

Márquez² (TM 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora