Capítulo 60: Una sorpresa.

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Estamos en la semana entre el Gran Premio de Le Mans, y del Gran Premio de Mugello. Marc está entrenando, y no va a venir. Ya me lo ha dicho. Así que voy a aprovechar para pasar el día tranquila. Si Axel me deja, claro. Últimamente no para quieto y no hay quien descanse de esa manera. Parece que se parece a su padre, que no puede dejarme en paz tampoco.

El día de relax se convierte en el ratito de relax. No sé si ha llegado a pasar una hora desde que he decidido pasarme el día haciendo absolutamente nada cuando suena el timbre en casa. Sinceramente no sé porque me decido a responder, pero bueno. Al menos no era nadie que no quisiera que molestase. Vale, no quería que nadie me molestase. Pero de molestar... Hay quien no molestaría tanto. Y es una de esas personas. O más bien dos. Porque cuando abro la puerta no solo me encuentro a Àlex, sino también a Leti.

-Hola, pasad.

Dejo pasar a mis dos visitas y aunque me muero de ganas de preguntar qué hacen los dos, juntos, en mi casa a la vez. Vamos que si ha sido coincidencia o han venido juntos por algo en especial. Pero no puedo soltar la pregunta así tal cual nada más llegar.

-¿Cómo está mi pequeño sobrino?
-Axel está bien. No deja descansar a mami, pero está perfecto.
-¿Axel?
-Veo que Marc no te ha dicho el nombre que hemos elegido.
-¿Habéis elegido? ¿Los dos? ¿Juntos? ¿De acuerdo mutuo?
-Sí. Costó un poco, pero al final dijimos ese a la vez y bueno, así se llamará el pequeño.
-Pues una cosa menos.
-Sii.

Leti no ha dicho ni una palabra. Creo que tiene miedo a soltar algo que no sabe si puede soltar todavía. No deja de mover el pie y no ha dicho ni mu sobre el nombre del niño.

-¿No te gusta el nombre del bebé Leti?
-¿Qué? Sí, sí. Es muy bonito.
-¿Y cómo se llama mi hijo?
-Pues...
-No te has enterado de nada. ¿Hay algo que quieras contar, Leti?
-No. Lo siento. Estoy con la cabeza en las nubes.
-Ya.

No insisto. Pero es muy raro tener a esos dos en casa con cara de circunstancias. ¿A qué han venido? Porque sé que han venido para algo. Y ahora sí sé que han venido juntos a propósito.

Àlex podría engañarme. Se preocupa por Axel y pregunta por cosas del pequeño y sobre mí. Si no fuera por Leti quizás hasta me olvidaría de la sensación de que han venido a soltarme una bomba. Pero está Leti. Tiesa y muy nerviosa. Y aunque Àlex me hace olvidarme de eso, basta con mirarla un instante para volver a mis sospechas.

-Hermanito, me encanta que quieras cuidarme. Saber sobre tu sobrino y preguntarme por todo lo que me falta para el cuarto del niño. Pero aquí pasa algo y no me quedo tranquila hasta que lo sepa. ¿A que habéis venido?
-No sé de qué hablas, hermanita.
-Àlex... No me infravalores.

Esos dos se miran entre sí. Àlex se acerca a Leti. Se sienta en el otro sofá junto a ella. Los dos enfrente de mí. Se miran una y otra vez. Luego me miran a mí. Se vuelven a mirar. Y así un rato largo. Hasta que me canso de tonterías y meto un grito.

-Vale. Ya basta. ¿Me lo vais a contar?

Y entonces lo sé. No responden. Y hacen poco más que mirarse antes de empezar a dudar antes de hablar. Pero en todo ese momento pasa algo que me desvela lo que han venido a contar. Se han cogido de la mano, que bien podría ser como muestra de apoyo para ayudarse a hablar. Pero no creo que sea solo eso.

-¿Estáis saliendo?- les pregunto sin dejar de mirar sus manos enlazadas.
-¿Qué? ¡No!- responde Leti, y luego suelta a Àlex.

Y si tenía alguna duda todavía, la mirada de Àlex hacia Leti me lo confirma. Están saliendo y han venido a decírmelo. Y que lo niegue le ha dolido fuertemente a mi hermanito. El cual no sabía que fuera bisexual.

-Leti. ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de que no acepte que estás con él? ¿Alguno de los dos se cree que me voy a volver loca y os voy a dejar de dirigir la palabra por estar saliendo juntos? A saber, desde cuanto tiempo atrás... Eso sí.
-¿No te parece mal?
-¿Que salgas con Àlex? ¿Y por qué me lo tiene que parecer? ¿Os hacéis daño el uno al otro? No, no quiero saber lo que hacéis en la cama, antes de que respondáis. No me puedo creer que pensarais otra cosa que no fuera que me iba a alegrar por vosotros.

Empiezo a cabrearme. Y no porque no acepte que esos dos me han ocultado durante mucho tiempo que estaban juntos. Es cosa suya decidir cuándo quieren contarlo. Sino por pensar que me iba a sentar mal la noticia. Son mis mejores amigos. Como mis hermanos. ¿Por qué cojones no iba a querer que fueran felices juntos?

-Me has defraudado Leti. Yo te he tratado como a una hermana. Te he apoyado en todo. Y tú ahora piensas que no quiero que seas feliz. Más allá de que cuando se entere la prensa os van a volver locos. Pero eso ya no es cosa mía. Bastante tengo yo ya con que me sigan a mí.
-Tenía miedo de que te enfadaras con nosotros. De que pensaras que te lo estaba robando.
-¿Qué me lo estabas robando? ¿Pero de qué...? Has hablado con Marc.
-Sí. Aunque él todavía no sabe que salimos juntos.
-Leti... No sé qué te habrá dicho Marc, pero ya se lo dije a él hace años. Creí estar enamorada de Àlex. Me jodió saber que era gay y que estaba saliendo con mi hermano, pero luego me di cuenta que solo le quería como a mí hermano y que al que amaba era a Marc. Solo a Marc. Y nadie más que Marc. Así que no. No estoy enfadada porque me robes a Àlex. No se lo estás robando a nadie. Es mi hermanito, y quiero que sea feliz. Y si va a ser feliz contigo, pues adelante. Yo me empeño en volver con Marc y siempre acabo peor que al principio. ¿Así que porque iba a negaros estar juntos? Por mucha envidia que me dé veros así de bien juntitos.

No responden. Solo se levantan y me abrazan, cómo les es posible. Me están abrazando los dos a la vez, y Axel ya no ocupa poco. Así que es un abrazo raro y complicado.

Más tarde después de soltar las lágrimas y los reproches. Me cuentan que llevan meses saliendo. Que al principio estaban desconcertados porque se gustaran, sobre todo Àlex que nunca había estado con una chica. Pero sin duda se atraen y se quieren. Así que soy feliz por ellos. A ver si a mí me llega esa felicidad en algún momento. Supongo que de momento me tendré que conforman con el pequeño que crece en mi interior. Esa es toda la felicidad que voy a tener por un tiempo. Y no me quejo. Va a ser duro, pero el poder tenerle en brazos valdrá toda la pena.

Márquez² (TM 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora