Capítulo 68

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Al día siguiente se despertó con un amanecer que no merecía. Permaneciendo perfectamente quieta, miró al techo, pintado de violeta por la luz que entraba desde la tranquila calle más allá de la ventana. Se examinó a sí misma en busca de signos de dolor, del inevitable dolor de cabeza por el exceso de alcohol, del escozor en los pies que las drogas y la aguja adormecedora habían desterrado ayer. Todo parecía tranquilo y un poco apagado, un efecto de algodón se apoderaba de su forma perezosa mientras parpadeaba lentamente, todavía medio dormida y persistiendo en la lúgubre felicidad de un sueño.

ㅤ⠀ㅤRespirando más profundamente, Lena preparó su cuerpo para incorporarse, el techo transformándose lentamente en un suave rubor rosado. Parecía que iba a ser un buen día, del tipo claro, con un viento fresco de la bahía y las colinas visibles a través de la tenue niebla de smog que envolvía la ciudad. Era el tipo de día que habría pasado con Kara, haciendo senderismo en medio del calor y volviendo a casa para cenar en la parte de atrás y tomar cócteles con azúcar, con el olor a coco del protector solar pegado a la piel mientras las cigarras zumbaban a su alrededor.

ㅤ⠀ㅤEn lugar de ello, salió de la cama y se duchó, vistiéndose con una fina ropa de recreo, el color de la avena lavando su pálida piel, y bajó las escaleras. Preparando una taza de café, se quedó en la puerta trasera abierta y observó a Atenea olfateando a su alrededor, el día ya era cálido y se acercaba a la primavera. Parecía tranquilo, aunque pesado, y escuchó el sonido de los coches que pasaban y el de una aspiradora apagada mientras sorbía su café, Kelly se preparaba el desayuno en la cocina mientras se movía en silencio.

ㅤ⠀ㅤEl sonido de los pasos que retumbaban en el piso de abajo perturbó la paz un momento después y Lena frunció el ceño al darse la vuelta en el umbral de la puerta, encontrándose con los ojos de Kelly que alzaba las cejas con escepticismo, con el cuchillo levantado desde donde estaba untando aguacate sobre una tostada. Alex respiraba con dificultad cuando entró corriendo en la habitación, pálida y con los ojos muy abiertos, con un aspecto salvaje y enjaulado mientras caminaba hacia ellas, abriendo y cerrando la boca sin palabras.

ㅤ⠀ㅤ—Yo... la han encontrado.

ㅤ⠀ㅤLena se estremeció y se dio la vuelta, con los hombros tensos mientras apretaba los labios. Sintió unas ligeras náuseas al pensar en los restos que habían encontrado: ¿cuánto de ella habían dejado para que la encontraran? ¿Cómo de pequeños eran los trozos? El ataúd vacío parecía más fácil que enterrar los restos.

ㅤ⠀ㅤ—Yo... no quiero saberlo —contestó Lena con suavidad, negando con la cabeza mientras levantaba su taza a los labios con una mano temblorosa y tomaba un sorbo—. No me digas cuánto...

ㅤ⠀ㅤAlex soltó una risa ahogada de euforia, el sonido sin aliento y ligero mientras se abalanzaba sobre Lena y la agarraba por el hombro, dándole la vuelta y ahuecando su cara entre las manos. La sacudió mientras reía, con los ojos marrones llenos de lágrimas, y Alex sonrió ampliamente.

ㅤ⠀ㅤ—Está viva, Lena. La han encontrado viva.

ㅤ⠀ㅤLiberándose y tropezando hacia atrás, hacia la cubierta, Lena palideció mientras su estómago se retorcía y sus ojos se llenaban de lágrimas. Se sintió invadida por la ira cuando se dio la vuelta, temblando por completo mientras cerraba los ojos y apretaba los dientes.

ㅤ⠀ㅤ—No, basta. No es justo. Ella se ha ido, Alex.

ㅤ⠀ㅤ—No se ha ido. Acaban de llamar a mi madre; ella intentó llamarte pero no contestaste. Dicen que es ella; tenemos que ir a confirmarlo.

ㅤ⠀ㅤLa taza de café se le cayó de los dedos y se estrelló contra el suelo, salpicando sus pantalones mientras se volvía hacia Alex, con la cara desencajada por la incredulidad, mientras un renuente núcleo de esperanza se encendía en su pecho.

Espera que vuelva a casa [Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora