Parte 10

418 18 2
                                    

Elain

Al final por la mañana vino Rhys y me llevó a regañadientes hasta la casa del viento. Apenas hablamos por el camino y al despedirnos...
-Feyre quiere que te diga que es por tu bien.
-No empieces.
Aparecieron Nesta y Cassian.
-Elain-chilló Nesta a la vez que me abrazaba.
-No soy una niña-dije entre sus brazos. Me sacaba una cabeza y ellos tres...
-Eres tan mona...pero tienes igual de mala leche que tus hermanas - dijo Cassian, tanto Nesta como yo lo miramos mal.
-Bueno, yo debo ir ya hacia casa. Nyx hoy estaba muy intranquilo.
-¿Y eso hermano? ¿Todo bien?
-Le estarán saliendo los dientes hermano, no creo que sea nada de que preocuparse pero Feyre estaba sacada de quicio de tanta llorera y me toca intentar calmar a la bestia.
-¿A Nyx? - dijo Nesta.
-A tu hermana - dijo Rhys echando a volar y haciendo que Nesta soltara una carcajada a la vez que me dejaba ir de sus brazos.
-No tiene gracia-dije seria.
-Un poquito sí-dijo Cassian mientras veíamos como el alto Lord desaparecía entre las nubes mañaneras.
-¿Lista para empezar el entreno? - dijo el comandante de los Ilyrios.
-Sí. Si me dejas ir a cambiarme... - dije a la vez que los dos me miraban por primera vez bien.
-¿Saliste así ayer? - dijo mi hermana con desaprobación.
-Tu ibas mil veces peor cuándo salías. - espeté yendo hacia la puerta para entrar.
-Pareces Mor-dijo divertido Cassian.
-A callar - soltó Nesta mientras yo entraba riéndome. Una vez en mi cuarto me duché el cuerpo deprisa y me enfundé en un traje de cuero Ilyrio. Era más corto que la última vez pues hacía mucho más calor.
Salí decidida hacia el campo de entreno y lo di todo.
-Eso a estado genial Elain. - dijo Cassian.
-Estoy tan orgullosa-decía Nesta.
-Creo que estáis exagerando... - dije yo roja intentando pasar de las miradas de las otras sacerdotisas.
-Por cierto el viernes iremos a casa de Feyre a comer. - dijo Nesta bebiendo agua.
-¿Yo también? - dije mirando de reojo.
-Te vendrá bien salir un poco-dijo Cassian.
-Me apetece... Podría hacer un pastel allí si os apetece.-dije roja.
-Sí, definitivamente sí-dijeron a la vez.
Nos reímos los tres.
Los días pasaban rápido entre entrenos, leer, limpiar un poco ya que los otros dos inquilinos hacían lo justo y no veía justo que la casa lo hiciera todo. Creo que me había convertido en su favorita pues me ponía más ración de comida, me ofrecía más libros que a Nesta y yo encantada.
Me había acostumbrado a no ver a Azriel... Me había acostumbrado a no pensar casi en él... Hice una idiotez... Hice caso a Nuala y me intenté tocar pensando en él. Joder uno que no llegué a nada y dos menos mal que nadie lo sabría jamás...
Tampoco quedaba tantos días para vernos... Seguro que su relación se había afianzado y ya estaban súper enamorados...
Estaba en la cama pensando en mis tonterías cuándo me empecé a encontrar mal... Náuseas, sudores fríos... No entendía nada... Quería levantarme para avisar a Nesta pero no tenía ni fuerzas... La casa avisó por mi, pues en menos de 5 minutos estaban los dos en mi cuarto.
-¿Qué te pasa pequeña? - decía Cassian.
-Estoy... - intenté incorporarme pero la cabeza se me fue y me desmallé al momento. Aparecí en un pasillo... No acababa de entender mucho dónde estaba.
En el lado dónde yo estaba habían rosas, rojas, rosas, blancas y una puerta dorada, era precioso y si mirabas hacia el fondo... Se juntaban las luces con sombras y al final de esas sombras asomaba una puerta negra. Muy elegante. No entendía nada, avancé hacia la puerta. Conforme me acercaba hacía más frío. Respiraba intranquila cuándo puse una mano encima de la puerta... Estaba helada... Iba a separarme cuándo escuché una voz al otro lado... Una voz que conocía a la perfección... Una voz que me atormentaba en mis sueños más íntimos... Azriel... Tragué duro y acerqué la oreja.
-Eres lo que siempre había buscado-respiré profundo-nunca había conocido a nadie cómo tu...
-Des de que me rescataste de aquel infierno... Sabía que estábamos destinados...-una lágrima empezó a caer por mi rostro al entender dónde estaba... Eso era el vínculo... Y solo yo lo tenía despierto... Se me rompió el corazón al escuchar.
-Estoy lista amor...
-Si te duele me lo dices y pararé... - se escuchó su voz en un susurro y yo solo pude decir.
-Por favor no... Por favor para... - se me caían las lágrimas pero nadie me escuchaba... Nada iba a funcionar... Él no me iba a escuchar... Y cuándo escuché cómo la chica gemía... Me aparté llorando hacia mi lado... Y sin saber como al llegar a la puerta dorada me desperté en el cuarto llorando...
-¿Amor? - Nesta me miraba preocupada des de la silla que había puesto al lado de mi cama.
-Yo... Sí-me sequé las lágrimas y le sonreí.-creo que he pasado fiebre.
-Has estado 5 horas sin consciencia... Estaba asustada...
-¿Tanto rato? - suspiré-me encuentro mejor debería ir a - intenté levantarme pero me vino un mareo y volví a caer en la cama.
-Mejor descansa...en nada estará la cena... - negué.
-No por favor... No quiero dormir por favor... - levantó una ceja.
-¿Seguro que estás bien? - asentí.
-Estoy bien... Tráeme un libro por favor.
Se fué preocupada y yo solo quería estar despierta para no volver a ese pasillo... Ese vínculo en un único sentido... Y esa maldita puerta que me dejaba escuchar cosas que deseaba que no pasaran...
No se cuánto tardó Nesta en volver porqué cuándo me desperté ya era de día... Quizás vino y me vio dormida y no quiso molestar... Por suerte no volví al pasillo. Me levanté más animada para hacer ejercicio, pero cada dos por tres me venían sus voces a la cabeza...
Empecé a darle más fuerte al saco.
-¿Todo bien pequeña fiera? - dijo Cassian cogiendo el saco para que yo siguiera golpeando.
-Me preparo por si pasa algo.
-Esa es la actitud.
Le había convencido. Me pasé los días antes de ir a casa de Feyre entrenando cómo una loca y hablando lo justo con los que se me cruzaban.
-Estás más rarita... - me dijo Nesta cuándo esperábamos a que viniera Rhys para llevarme a mi y Cassian a ella.
-Deja ya de decir eso, me estas poniendo nerviosa-apenas acabé la frese apareció Rhys de la nada haciendo que las dos nos calláramos de golpe.
-¿Todo bien? - dijo con una sonrisa de las que derretian a cualquiera. Nesta bufó de desagrado a la vez que buscaba a a Cas con la mirada.
-Todo genial - dije yo disimulando. Lo cierto era que me imponía aún después de todo este tiempo. Supongo que si el quisiera yo no pintaría nada en esta corte... Tragué duro pensando en ello.
-¿Vamos? - dijo sacándome de mis pensamientos. Cogí la mano que me ofrecía y en menos de un segundo ya volávamos los cuatro hacia la casa del rio.
El viento de la mañana apaciguaba el dolor de cabeza con el que me había levantado.
Me estaba dando un poco de angustia... Pues me recordaba a la sensación que tenía cuándo tenía una premonición...
Una vez en casa saludamos a Feyre y a un Nyx bastante llorón.
-¿Sigue igual? - dijo Nesta.
-Es un niño es normal - lo defendió Feyre.
-Le están saliendo los dientes es normal - dijo Rhys.
-Mi pequeña piraña-dijo Cas cogiendo al niño y sacando una sonrisa a todos los presentes.
-Con vuestro permiso me voy hacer un pastelito para el postre.
-Pensaba que nunca lo dirías - dijo Feyre con una sonrisa.
Me fui a la cocina un poco mareada. Estaba ya con todo preparado para empezar. Mezclaba en un bol de cristal la masa cuándo de golpe se me cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos.
-¿Estás bien? - escuché de lejos la voz de Feyre, un chillido y un - Elain, Elain, venid por favor.
Empecé a decir en voz alta la predicción.
-La chica con cabellos de fuego vendrá para llevarse a la que todo lo ve. Solo en su mundo podrá esconderse del monstruo al que todos temen. - después de decir eso caí en el suelo inconsciente.
Me desperté en el cuarto que tenía en casa de Feyre. Iba a incorporarme cuándo una mano en mi hombro me lo impidió.
-No te muevas-abrí y cerré los ojos con cuidado.-¿te ha estado doliendo la cabeza y no has dicho nada? - tragué duro.
-Lo siento... Pensaba que no era eso... Solo que tenía unos días raros...
-Nesta me ha dicho que llevas días así... Sin hablar... Haciendo mucho ejercicio sin hablar casi...
-Feyre enserio... No es cómo cuándo me transformé en Fae... Es...
-Están analizando lo que has predicho... Ya viene para aquí Lucien... - levanté una ceja.
-¿Y eso por qué? - mascullé.
-Dijiste algo de una chica con pelo de fuego. Creemos que tiene que ver con Vassa.
-Yo... Me tienes que decir que dije pues no recuerdo nada...
-Ahora descansa. También vienen para aquí Mor y los demás. - me levanté de golpe.-¿Pero que haces? - volvió a tumbarme.
-¿Por qué vienen?
-Es un asunto importante cariño...
-Estoy bien... Todo está bien no hace falta que venga nadie
... Por favor...
-¿Qué sucede? - dijo. Sabía que sospechaba algo.
-No es solo que... No quiero que por esta tontería todo el mundo deje sus misiones por mi... No he tenido una visión en meses... Quién sabe si es cierta... ¿Sabes?
-Todos se han preocupado... - me puse roja-y quieren ver que estás bien...
-Lo dudo... - susurré. Ella me sonreía, se levantó y me dio un beso en la frente.
-Créeme. Voy a bajar un rato y luego vengo por favor descansa. - asentí. Mierda... Todos iban a adelantar su vuelta por mi culpa... Estaba segura que Lucien estaría contento de volver pero los demás...
Aún me venían las palabras de Azriel a la cabeza hacia Gwyn y las lágrimas acudían a mis ojos.
Respiré hondo,me levanté como pude y iba a ir hacia la puerta cuándo se abrió de repente.
-¿Estás bien? - sonreí al ver al pelirrojo.
-¿Cómo has llegado tan rápido?
-Hace un día que ya venía... Notaba algo raro por el vínculo. - tragué duro. Le cogí de la mano y le hice entrar. Lo conduje a la cama para que se sentara a mi lado.
-Quiero preguntarte una cosa...
-Lo que necesites-dijo serio.
-En... Nuestro vínculo... ¿Alguna vez has visto algo?...
-¿Ver?... Bueno... Es como un pasillo que tiene dos puertas...la tuya dorada y la mía granate - me puse blanca.
-Dime que no has escuchado nada a través de esa puerta-dije tensa.
-Jajajajajaja - le salió una carcajada y yo le miré mal.
-Es enserio-le di un golpe en el hombro justo cuándo se abría la puerta. Nos giramos los dos riéndonos y nos encontramos en la puerta a Nesta con Mor y Azriel.
-Parece que está perfectamente - soltó seco el chico y desapareció sin más.
-Gracias por adelantar la vuelta por mi....y lo siento muchísimo.
-No te preocupes corazón - dijo Mor a la vez que se acercaba y me daba un beso en la frente.
Siempre me había tratado cómo si fuese su prima o una sobrina...
-Me sabe fatal... Mira cómo se ha puesto Azriel.
-Está amargado todo el año, no es algo fuera de lo normal - lo dijo tan natural que los tres nos pusimos a reír.
-Bueno creo que alguien necesita descansar-Nesta estaba en el marco de la puerta esperando con un poco de agua y un trozo de pan con queso.
-Estoy bien... Y no tengo hambre - dije cogiendo a Lucien de la muñeca cuándo se levantaba para irse.
-Estaré abajo... - me puse roja cuándo bajó a mi altura y me dio un beso en la mejilla. Se paró en mi oído antes de enderezarse y dijo-siempre he intentado no escuchar... Pero si alguna vez te has portado mal... - tragué duro - quizás... - se levantó con una sonrisa pícara. Negué a la vez que me tumbaba para no mirarle. Intenté dormirme pero era misión imposible... Estaban los dos ahí abajo... Hablando de mi... Azriel estaba tan guapo... Y parecía que estaba... ¿celoso?... Imposible, serían imaginaciones mías...
Se volvió abrir la puerta y alguien se coló en la oscuridad de la habitación.
-¿Quién hay? - dije levantándome un poco y entonces una mano en mi boca.
-No quiero que sepan que estoy aquí - la voz del cantor... Asentí y me soltó.
-¿Está tu chica abajo? - susurré.
-Sí. ¿Llevas días mal? - dijo sin más.
-¿Y ya vais muy enserio? - suspiró.
-Elain, ¿llevas días mal?
-Sí-dije sin más volviendo a tumbarme para pasar de él.
-¿Por qué no has avisado a nadie?
-Porqué no entendía que me pasaba.
-Ya habías tenido otras veces visiones... - dijo con recelo.
-No ha sido como otras veces... Hace dos días tuve sensaciones raras que nunca había tenido. - noté que se tensaba.-¿tu sabes algo? - dije volviendo a incorporarme, se levantó de golpe nervioso.
-Debo bajar ya-me levanté y me puse entre la puerta y él.
-¡¿Qué pasa Azriel?! - negó.
-Mira no quiero problemas con mi pareja, aparta de la puerta.
-¿Y si no quiero? - le dije a la defensiva sin intención de moverme.
-Te moveré yo... - susurró acercándose a mi rostro y haciendo que me temblara todo... Recordé lo que escuché a través del vínculo y me hizo coger fuerzas.
-Mejor vete. Mi pareja podría enfadarse - puso cara de asco al escuchar eso y pasó por mi lado soltando un.
-Veo que sigues queriendo jugar... Y yo ya estoy cansado de tus gilipolleces.
Me quedé quieta viendo como pasaba por mi lado y se iba cerrando de un portazo. Me apoyé en la puerta y me deslicé hasta el suelo con lágrimas en los ojos...
Me iba a permitir unos minutos a solas desahogándome... Luego bajaría con todos y averiguaría que predije...
Continuará
🦇💙🌹 Espero que os esté gustando amores.
Mientras esperáis al siguiente cap os aconsejo leer La perdición de Caranthir 😍 engancha

Una corte de luz y oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora