Entre Llamas 1ª Parte

Capítulo 15

Kara puso su mano en la mejilla afectada por la cachetada, no era la primera vez que recibía una pero independientemente de eso siempre dolía y no precisamente era un dolor físico.

Zor-El evitó mirar a sus compañeros y sobre todo, a ella. Se limitó a observar nuevamente a Lucy quien tenía los ojos algo rojos con lágrimas acumuladas por la rabia que sentía.

-¡Eres una imbécil!- Susurró fuertemente y la empujó por el hombro.- Ahora entiendo muchas cosas. ¡Qué estúpida fui!

-Lane...- Kara trató de explicarle pero la castaña no le permitió.

-Ahorra tus explicaciones Zor-El. Vete a la mierda.- La empujó nuevamente pero esta vez para marcharse.

La rubia cerró por unos segundos los ojos y suspiró.
Lucy tampoco es que le iba a dar explicaciones del porqué se siente de la mierda pero agradecía que la había decepcionado antes de que el sentimiento creciera.

Sus compañeros se dispersaron después de aquel momento. Alex quería acercarse junto a la rubia pero la que más le necesitaba era su amiga Lucy así que fue tras ella, además también debía explicarle el porqué no le había advertido.
Lena cruzó la calle para dirigirse a su coche mientras que Sam se acercó a la rubia quien estaba mirando al suelo con las manos en la cintura.

-Ojalá que ese tono rosado se te quite.- La castaña hizo una mueca y la rubia levantó la vista sonriendo.

Lena se quedó estática en su asiento viendo aquella escena.

¿De qué me perdí? Se preguntó.

No podía creer que su amiga hablara con la rubia ya que cuando se habían enterado de la noticia ella estaba molesta. Imaginaba que quizás Sam si le gustaba y no Lucy. Seguramente hablaron de camino a la estación y que Sam haya aceptado ser la amante de Kara pero eso sería demasiado, a pesar que su amiga había sido amante de hombres casados esto le preocupaba ya que con los otros tenía la certeza que Arias no sentía cosas por ellos en cambio con la rubia era algo diferente.

-Ojalá porque no quiero recibir otra cachetada por haber recibido una cachetada.

Sam soltó una pequeña risa y negó con la cabeza.

-Apuesto que estás tan acostumbrada que sonríes como si nada.

-Oh me descubriste.- La rubia se hizo la sorprendida poniendo una mano sobre su pecho.

-Boba.- Rio nuevamente.

-Gracias Sam.- Dijo la rubia dedicando una medía sonrisa.

-¿Por qué?- La castaña frunció el ceño.

-Por estar aquí, conmigo. Ya sabes... Podrías haberme...

-Tranquila, me caes bien aunque seas una imbécil.

-Oh gracias.- Rio un poco luego hizo una mueca. ¿Ya se me pasó lo rosadito?- Preguntó haciendo un pequeño puchero.

Sam rio un poco y se acercó más para tocar su mejilla.

-Sí, está mejor además se irá quitando en el camino, pon aire acondicionado el frío te hará bien.

-Cierto. Gracias.

-Cuídate Zor-El.

-Igualmente Arias.

Se despidieron con beso en la mejilla luego Sam se fue del lugar. La rubia miró hacia el auto de Lena quien ya tenía el motor encendido y aceleró notoriamente haciendo que sus ruedas hicieran un chillido.

En el camino Kara pensaba en todo lo sucedido. Especialmente en el momento donde su esposa se interpuso cuando se dirigía hacia la mujer que la había salvado. También en aquella escena cuando el novio se despidió de ella cariñosamente, por inercia apretó el volante al recordarlo.
Llevaba más de cinco años casada y no estaba arrepentida de haberlo hecho a pesar de todo pero en estos momentos... Más bien hace días atrás estaba dudando de eso.