No es que necesitaba de alguien para tener la certeza de que quería divorciarse sino que antes no pensaba, ni imaginaba sentir algo fuerte por una mujer lo que antes pensó que había sentido por Imra, incluso no recordaba sentirse así con nadie. De hecho, lo que le unía a su esposa era la vivencia, los momentos compartidos, el conocerse mutuamente y aceptarse, sin embargo era conciente que la llama del amor se había apagado, al menos por su parte y sería injusto para ambas seguir de esa manera, ya que si solo estaba por costumbre o porque les une un papel, no habría avance y el tema de tener hijos era uno de ellos. Al formar una pareja no era sinónimo de que por ende debías tener hijos, sin embargo era lo que las dos querían pero en el fondo dudaban querer tenerlo entre las dos. De por sí eso quería decir mucho, ¿cómo deseas tener hijos pero dudas tenerlos con tu propia esposa? Es que algo anda mal, tampoco es normal que no quieras contarle tus cosas, de compartir tu día a día, de no planear algo entre las dos y de aquellos detalles que parecen insignificante pero valen mucho. Es lo que su tía, Nia, y Alex trataban de hacerle entender. Lo entendía pero no tenía aspiraciones, se conformaba llevar una vida simple y lineal, no le encontraba sentido cambiar nada, sin embargo ahora pensaba distinto.
Lena quedó en silencio. No sabía como tomar aquello, ni siquiera imaginó que la rubia diría algo así. ¿Qué le quería decir con eso? ¿Cómo podía interpretarlo?
-De hecho, era algo que siempre rondaba en mi cabeza pero no hacía caso, no porque no quisiera divorciarme sino que me conformaba vivir así. Sé que suena cruel, no digo que la paso mal tampoco pero siento que siempre me ha faltado algo, he vivido con un sentimiento de vacío.- Explicaba poniendo su mano en su pecho la que anteriormente estaba acariciando la mejilla de Lena.
La ojiverde la observaba atentamente, trataba de encontrar alguna pista en aquella expresión donde solo veía sinceridad acompañada de una mirada de tristeza. Eso la tenía más intrigada que nunca, quizás su amiga tiene razón, hay algo que impulsa a Kara a actuar de manera errónea, aún así esa no era excusa.
-Lo siento si fui impulsiva pero es algo que he guardado desde que te conocí.
-No te preocupes.- La rubia negó con una sonrisa pero de tristeza.- Si ya no quieres comer la pizza te ayudaré a guardarla, después la llevaré a mi apartamento.- Decía mientras recogía las servilletas y acomodaba la única caja que sobraba poniendo otra rebanada más en él, ni se había dado cuenta que Lena ni siquiera respondió respecto a si quería o no seguir comiendo. Estaba nerviosa, sentía vergüenza, tenía miedo de decepcionar a la ojiverde sin tener oportunidad de demostrar que con ella sería diferente, de hecho ya podía presentir arrepentimiento por más que la ojiverde no lo aceptara.
-Kara.- Trató de llamar su atención pero no lo lograba, entonces se levantó y sostuvo la muñeca de la rubia quien esta vez si la miró.- Para. No te estoy echando, tú misma me dijiste que no me contenga y ahora me siento mejor de haberte dicho. Soy alguien que dice las cosas de frente y espero que sepas sobrellevarlo. Ahora deja eso.- Le señaló por el cartón que tenía en la mano, así que le hizo caso y lo dejó en la mesita.- A pesar de que me habías hecho odiar tus acciones, no puedo odiarte a ti. Siento que hay algo especial, puro y único en ese hermoso cuerpo atlético promiscuo.- La rubia rió un poco y por fin se sintió más relajada.
-Soy afortunada por haberte conocido Lena Luthor.- Dijo exhalando el aire que había retenido para luego abrazar a la ojiverde quien también sintió alivio por sacarse las molestias, aún la sentía pero no como al principio.- Hasta tus abrazos me hacen sentir especial.- Susurró Kara relajando su cuerpo ante la de Lena quién inhaló el fresco aroma de la rubia.
-Kara, no te duermas. Pesas mucho.- Decía con gracia al sentir poco a poco que la rubia se dejaba caer en sus brazos.
-Lo siento, es que... das abrazos muy arrulladores.- Dijo soltándose lentamente.
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Entre Llamas 1ª Parte
ActionLena es la capitana de la estación treinta y ocho, con sus veinticinco años ha logrado estar en un puesto importante sin embargo Kara Zor-El es transferida a esa misma estación, había sido elegida para reemplazar a un bombero pero eso no quita que e...