Capitulo 29

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La mente de la rubia había colapsado, no podía articular ni una sola palabra, estaba en automático. Su mente viajaba a mil por hora y más cuando la ojiverde estiró de su camisa llevándola hacia el sofá, la empujó para que cayera sentada. Vio aquellos ojos verdes penetrantes esos que al mirarlos ponía su cuerpo a su merced.

La ojiverde se sentía poderosa al ver así a Kara, tan embelesada mirándola. Quería creer que solo ella podía ocasionar eso en la ojiazul, solo ella y nadie más. Lena se sacó los zapatos en segundos luego se subió a horcajadas de la rubia que por fin pudo ver un gesto en ella y fué la sonrisa que le dedicó.

Kara salió de su trance para después acariciar las piernas de la ojiverde mientras que esta sostuvo su rostro y luego besarla con necesidad, con ganas. El beso era lento pero intenso haciendo que ambas soltaran leves gemidos. La rubia pensaba que besar a Lena era algo único, algo que no cualquiera debe ser digno de probar y que desde que tuvo la oportunidad de probarlos se sintió afortunada de disfrutar aquel roce exquisito, de esos que te encendían con a penas tener contacto. Llevó sus manos al bien formado trasero de Lena para apretarlos y empujarla más hacia su erección, quería sentirla.

Lena soltaba quejidos de exitación cuando la rubia ejercía presión en su trasero, le encantaba que la rubia enloqueciera tocándole. Sintió que una de las manos de Kara trataba de colarse debajo de su vestido, pensó que llegaría hasta su parte más sensible pero no fue así, para su tortura no llegaba en donde más lo necesitaba sino que acariciaba en los límites haciéndola desear más.

La rubia cortó el beso para mirar con intensidad a Lena y dar un vistazo de arriba hacia abajo luego mirarla a los ojos nuevamente.

-Estás hermosa como siempre, este vestido te queda jodidamente bien.- Lena sonrió ante las palabras agitadas de la rubia hasta la hizo sonrojar pero cuando iba a responder la Kara atacó su cuello.

-¡Ah!- Lena no se contuvo en gemir porque estaba en su casa, estaba segura y se sentía libre de expresar lo bien que le hacía sentir la rubia.

Sus besos eran cuidadosos, los movimientos no eran bruscos sino que con suaves roces de sus labios hacía maravillas. Casi enloquece al sentir la lengua de Kara sobre su piel. Tenía ganas de jalar su cabello pero no era buena idea por la herida que tenía en la cabeza, así que se desquitaba con el cuello de la camisa arrugando a su antojo o jalando cada vez que sentía la lengua de la rubia pasar por su zona erógena.

Kara sonrió al sentir que Lena estaba disfrutando de sus besos, le encendía que jugara con su ropa estirando y soltando gemidos, eso ocasionaba que no desprender su pantalón sea una tortura. Sus besos subieron a su lóbulo izquierdo haciendo temblar a la ojiverde, dejó rastros con besos húmedos hasta nuevamente besarla en los labios.

Lena no quería esperar más así que entre besos iba desabrochando la camisa de la ojiazul quien en estos momentos la recorría toda la espalda con suaves caricias. Ya que no llegaba a los demás botones de abajo, tuvo que separarse y para no desatender a la rubia fue su turno en atacar su cuello haciendo que Kara se recostara en el respaldo del sofá.

-¡Ah Lena!- Susurró la rubia quien sentía que se iba a venir con solo sentir los besos mojados de la ojiverde.

Al terminar de desabrochar los botones no dudó en llevar sus manos a los hombros de la rubia por debajo de la camisa haciendo que esta empezara a erizarce.

Kara cerró sus ojos para disfrutar lo maravilloso que se sentía ser acariciada por Lena. Esas manos cálidas y delicadas recorrían lentamente sus brazos haciéndola sentir corrientes en toda esa zona. Suspiró al sentir besos cortos en su cuello que se iba acercando a su hombro izquierdo.

Lena se sentía en plenitud al saborear la suave piel de Kara que estaba levemente bronceada. Sintió sus fuertes brazos y podía disfrutarlos a su manera, a medida que la acariciaba seguía con sus cortos besos sobre los hombros robándole suspiros a la rubia que se empezaba a inquietar, y como si Lena supiera el motivo... llevó sus manos sobre el botón del pantalón de la rubia mientras seguía besando pero esta vez en la zona baja de su cuello, bajó el cierre dejando así que sobresaliera más el miembro de Kara quien soltó un gemido ahogado cuando sintió la mano de Lena en él.

Entre Llamas 1ª ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora