Capítulo 26

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Lena dió pasos apresurados hacia el pequeño cuarto y cerró la puerta detrás de ella apoyándose por la dura superficie. Trató de calmarse y no arrepentirse de lo que había hecho. Pensó que iba a caer nuevamente, que iba a cometer otra locura, ya estaba al borde de voltear a la rubia y lanzarse a sus brazos pero... La poca conciencia que le quedaba la hizo reaccionar.
No podía hacerlo ahí en su lugar de trabajo, alguien las hubiera escuchado, no quería reprimirse al dejarse llevar por el placer y por último y el motivo más importante es que... Kara estaba casada.
No se dió ni cuenta que en aquella lista ni siquiera entró su novio, se había quedado con alto grado de exitación que debía volver a la ducha si era necesario para que se le pasara.

-Maldición Luthor.- Susurró Kara dirigiéndose al lugar en donde se encontraba los camiones a descargar su molestia y de paso que su amigo se calmara.- Eres malvada, eres una calienta bóxer, eres como CW, nos calientan la cabeza y luego nos dejan a la deriva.

La rubia hizo un gesto de dolor ya que le dolía un poco su amiguito.

-Y tú ya duérmete que no vamos a hacer nada.- Dijo agachándose para hablarle a su miembro.- Carajo.

Suspiró una y otra vez para apaciguar su molestia, no era la primera vez que la rechazaban y más tratándose de Lena, sin embargo era la primera vez que le hacían ese tipo de cosas, calentarla demasiado y luego simplemente ser rechazada. Esta vez le habían herido el orgullo hasta el fondo.
Una vez que bajó su excitación caminó con pasos firmes con su camisa en la mano apretándola con fuerza. Llegó al salón del gimnasio y tiró su camisa sobre una de las máquinas y dobló las mangas de su playera. Calentó un poco moviendo sus brazos y pies, cuando empezó a sentir algo de calor cerró la puerta para no molestar con los ruidos que ocasionaría. Agarró los guantes de boxeo y empezó a golpear aquella bolsa para descargarse, daba gracias a Dios que lo tenían en la estación.
La rubia tenía técnicas en sus movimientos ya que los había aprendido, golpeaba una y otra vez después de una pequeña pausa, luego empezó golpear con los pies con fuerza y así iba intercalando los golpes.
Pensaba que quizás la ojiverde no gustaba de ella como pensaba y que haber estado una vez juntas le bastó para satisfacerse, que simplemente estaba jugando con ella por haber sido atrevida. No solo le dieron en su ego y en su orgullo, sino que fue más que eso pero no iba a admitirlo. Estaba entendiendo que ya no iba a pasar más allá que solo ser un recuerdo, un desliz para ambas. Quizás leyó mal las señales cuando creyó que sentía que la ojiverde gustaba de ella, su deseo de tenerla le dieron falsas conclusiones pero ya no iba a dejar que jugara con ella, odiaba quedarse a medias y para Kara fue una humillación lo que le había hecho la ojiverde. Si no quería nada le hubiera dicho sin hacer todo lo demás, sin necesidad de calentarla y tirarla como si fuera nada. Quizás en estos momentos su capitana se estaba riendo de ella o seguramente pensaba en acelerar su transferencia para así deshacerse de su presencia.

Kara estaba lejos de imaginar que Lena estaba haciendo todo lo contrario a lo que estaba pensando.

La ojiverde nuevamente se desvistió y entró bajo la ducha. De la única cosa que se arrepentía era de que no iba a poder satisfacerse como deseaba pero con la rubia, admitía que la necesitaba pero no iba a entregarse con facilidad y menos estando en sus cincos sentidos, trataría de evitar problemas futuros. Pero en estos momentos se estaba dejando llevar por la imaginación, se encontraba apoyada por la pared del baño mientras con una mano estimulaba su parte íntima y con la otra se acariciaba imaginando que eran las manos fuertes de Kara recorriendo todo su cuerpo, el ruido del agua cayendo amortiguan sus leves gemidos junto con el ruido que ocasionaba los toques en su intimidad.

-Ey ¿Qué haces?- Era Alex entrando al salón y cerrando la puerta.

-No quiero hablar.- Decía con la voz agitada mientras seguía golpeando.

Entre Llamas 1ª ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora