Kara había recogido a Imra del hospital, y camino al apartamento esta se había quedado dormida. La rubia estaba preocupada por la salud de la ojiverde que tuvo que hablar con su madre respecto a eso, quería que se le hiciera unos chequeos para evitar problemas futuros. La ayudó llegar hasta la cama ya que iba somnolienta incluso estuvo así mientras subían en el ascensor. Estaba dudando en ir a trabajar porque no quería dejarla sola pero su madre dijo que se encargará de la ojiverde.
Durante el camino a la estación su mente experimentaba una ensalada de pensamientos ya que no evitaba pensar en Lena y en su esposa. Seguía molesta por lo del tal Roz y por la interrupción de la llamada, además esos sentimientos que estaba teniendo hacia su capitana le generaba miedo. Porque no era algo insignificante, no era normal molestarse por esas cosas viniendo de una persona ajena a ella, sin embargo no podía evitar sentirse así.
Llegó a la estación y fue a prepararse el desayuno después de haberse puesto el uniforme. No había podido comer algo antes porque estaba pendiente de su esposa y a la llegada de su mamá al apartamento. Estaba tan ida en sus pensamientos que no había captado la presencia de Lena.
-Buenos días.- Dijo entrando a la cocina haciendo que la rubia no pudiera disimular el susto.
-Buenos días capitana.- Respondió viendo a Lena acercarse a los estantes para preparar su desayuno.
Lo que Kara no notó fue la molestia de esta, ya que pensaba que ahora que no eran amantes la rubia ya no sería atenta con ella. Claro, ahora ya no tiene nada que ofrecerle así que le daba igual si estaban bien o no. Pensaba la ojiverde.
Aunque le pareció extraño fue que la rubia estuviera muy callada y que le estuviera dando vueltas a su batido sin siquiera tomarlo. Sin embargo como era una Luthor, el orgullo no le podía faltar así que no le dijo nada durante todo el tiempo que estuvieron ahí, pero no evitó sentirse excluida, ignorada e insignificante.Kara estaba en un dilema de sentimientos, era irónico tener cerca a la mujer que ha robado sus pensamientos, sus sueños y fuertes latidos y no hacerle caso. Pero trataba de separar cada sentir para aclarar la mente, ya que pensaba en su relación y en los sentimientos que no debería tener hacia Lena.
-Buenos días.- Era Alex entrando seguida por Sam quien también saludó a ambas mujeres.
Kara estaba en automático, así que respondió por inercia mientras que por fin tomó un trago de su batido para luego volver a clavar su mirada en la mesada.
-¿Qué le pasa?- Susurró la castaña que se sentó a lado de la ojiverde quien supuestamente estaba leyendo.
-No lo sé.- Respondió demostrando desinterés.
Entonces Sam miró a la pelirroja haciendo un gesto e instando a que hable con Kara pero esta se negó, sabía que debía darle espacio a su amiga. Todos se dieron cuenta que Zor-El estaba en otro mundo por decirlo así, incluso Max trató de bromear con ella pero lo único que consiguió fue que la rubia saliera y fuera a la sala.
-¿A quién tenemos que golpear?- Decía Queen referente a lo que le pasaba a su compañera, estaba buscando al o a la causante de su estado.
-No quise hablarle, necesita espacio.- Decía Alex.
-Ver a Zor-El así es como un día nublado y frío.- Decía Sam desanimada.
-Tiene un mal día como todos, denle espacio.- Decía Lena levantándose para lavar su taza. Estaba enojada con la rubia, por todo. No paraba de pensar en que Kara siempre tiene una manera de llamar la atención y por eso se salía con la suya, pero pase lo que pase siempre elegirá a su esposa, eso estaba claro. Y lo peor es que teniendo esta actitud molesta se estaba dando cuenta y aceptaba poco a poco que tenía sentimientos hacia Kara y eso le ocasionaba una presión en el pecho porque podía cambiar todo respecto a su vida. Había luchado tanto para no fijarse en personas como ella y no encontraba la razón y el porqué le pasaba esto, quizás era un castigo por ser mala novia, por no seguir los pasos que sus padres querían. Salió de la cocina después de terminar de lavar dejando a todos desconcertados.
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Entre Llamas 1ª Parte
ActionLena es la capitana de la estación treinta y ocho, con sus veinticinco años ha logrado estar en un puesto importante sin embargo Kara Zor-El es transferida a esa misma estación, había sido elegida para reemplazar a un bombero pero eso no quita que e...