Capítulo 31

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Lena quería hacerle varias cosas a Kara, y no precisamente algo bueno. Se sentía impotente y ofendida, la rubia tenía la razón pero se sintió estúpida por la pregunta que había hecho. Su molestia, su curiosidad y sus ce... Impulsos le jugaron en contra. Ahora se daba cuenta que la rubia no era del todo santa como había dicho Sam, era una mujer mentirosa, calculadora, avispada a la hora de zafarse de una situación.

-Tienes razón.- Sonrió Lena haciendo que Kara borrara la sonrisa de victoria.- Tenía que intentarlo pero había olvidado esa regla para usarla y tomar decisiones como tu capitana.- Se excusó.

Kara frunció el ceño ante esas palabras. Quería creer que era una excusa barata y que en verdad a Lena le había molestado lo que vió, pero no deseaba engañarse así misma además era algo inútil.

-Lamento que su técnica no haya funcionado.- Dijo alejándose de ella y volviendo al mismo lugar anterior.- ¿Iba a hablarme de mi destino?

-Sí. Me sorprendió que me hayan respondido rápidamente la solicitud.- Decía lo más calmada posible.- Te necesitan en otra estación.- La rubia tragó al escuchar eso.- Pero supe que en aquel lugar se encuentra aquel bombero que te había insultado cuando vino a ayudarnos, así que les mandé aquella observación y también que tú nos servirás más aquí porque la zona es bastante caótica y necesitamos a un bombero más.

La rubia abrió un poco más los ojos ante aquellas palabras que le ocasionaba una gran ilusión de haber conseguido que se quedara.

-¿Entonces...?- Trataba de no verse emocionada ya que no quería que su capitana lo mal interpretara.

A pesar que la ojiverde la había escuchado decir que no quería irse porque se sentía aceptada, era conciente que sin necesidad de que lo diga, la rubia era feliz aquí y estaba cómoda eso se notaba. Además era de gran ayuda, sus conocimientos y entrenamiento militar complementaba muchísimo a su trabajo. Y por otra parte, muy pero muy escondida y quizás evitando reconocerlo, no quería que se fuera, deseaba tenerla cerca.

-Te quedas Zor-El.- La ojiverde sonrió por dentro y se sintió orgullosa de haber logrado que Kara se quedara sin embargo, la expresión que tenía en estos momentos era seria.

-¿De verdad?- La ojiverde sintió ablandarse su corazón ya que vio a la rubia abrir los ojos demostrando un brillo de emoción por oír aquellas palabras.

-Sí.

-¿Cuándo lo supo?- Frunció el ceño pero también tenía una sonrisa.

-La vi antes de que James se fuera.

La rubia disminuyó aquella sonrisa pero aún sentía felicidad.

-Gracias por haber hecho posible que me quedara.- Asintió algo ansiosa ya que quería contarle a sus amigos.

Y como si fuera que Lena la conociera de toda la vida le dijo lo siguiente.

-Ya puedes ir a darles la noticia.- Su corazón latía fuertemente ya que sentía felicidad a pesar de su enojo, pero ver a la rubia con esa expresión alegre lo otro quedaba en segundo plano.

-¡Gracias!- Dijo y casi se cae al darse la vuelta para abrir la puerta. Lena simplemente contuvo la risa. Kara se sonrojó pero siguió hasta salir de su oficina.

-Eres adorablemente un desastre Kara Zor-El.- Susurró mientras soltó el aire que había acumulado.

La rubia no encontró a Lucy en su puesto, asi que imaginó que estaba en la cocina y lo confirmó cuando escuchó voces pero se limitó a quedarse cerca de la puerta ya que escuchó llantos.

-Cálmate Lucy, la capitana no puede echar a Zor-El por una estupidez además de ser así también tendrías que irte.- Explicaba William.

-No lo sé, pero estaba muy molesta y todo por la culpa de la idiota de Zor-El que fue a molestarme.

Entre Llamas 1ª ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora