Capítulo 32

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-Lo siento.- Se apresuró a decir la rubia al darse cuenta de lo que había dicho.- Es que me sorprende como eres capaz de leerme con facilidad y me pareció tan lindo de tu parte que quieras complacerme además tienes todo el derecho de cocinar lo que tu quieras esta es tu casa, encima vengo sin avisar y no quiero cambiar el menú de tu cena...

Lena rió al notar el nerviosismo de la rubia haciendo que el suyo disminuyera.

Es que Kara no quería darle un concepto equivocado a la ojiverde y así asustarla.

-Tranquila, la idea es hacer que mi invitada se sienta a gusto, aquella pregunta lo tomaré como un "gracias"

La rubia suspiró y le dedicó una cálida sonrisa haciendo que Lena esté nuevamente nerviosa.

-Mi intención no es que gastes por mi pero olvidé mi billetera en mi apartamento.

-Deja de preocuparte. Ya hice el pedido así que te tocará recibirlo ya que yo haré para mi cena por si no termine cuando llegue.

-Puedo ayudar.

Lena levantó una ceja y luego se fijó en la mano vendada de Kara.

-Mala idea.- Respondió la rubia al recordar su vendaje.

-La intención es lo que cuenta.- Le sonrió mientras empezaba a picar las verduras.

-Puedo batir los huevos, eso sí lo puedo hacer, usaré la mano izquierda.

-No te preocupes Zor-El, siéntate y relájate.

La rubia estaba inquieta ya que si no tenía algo que hacer se perdería admirando la belleza de Lena y no quería verse como una acosadora, así que buscó un tema de conversación para así simplemente mirarla mientras le hablaba.

-¿Eres team gato o perro?

Que interesante pregunta Zor-El. Se reprochó así misma.

Kara era experta en hablar de cualquier cosa, por eso tenía la facilidad de llevarse bien con muchas personas. En cuanto a mujeres se trataba no tenía que hablar mucho porque ambas iban a lo que iban en bares y con las miradas junto con coqueteos ya era suficiente pero esta vez era distinto. No sabía si era bueno hablar con la ojiverde tocando temas personales ya sea de ella o suya. Eran amantes, no amigas.

La ojiverde puso las verduras en un bol y luego observó a Kara.

-Gato.

-Oh vamos ¿Por qué?- Dijo algo decepcionada haciendo que Lena alce una ceja.

-Perro es sinónimo de... Desastre, mucho ruido, ocupan espacios personales, debes estar atento a lo que hacen y comen mucho.

-¡Oye no soy un perro!

La ojiverde frunció el ceño y soltó una carcajada al notar el porqué de la queja de la rubia mientras que esta hacía un puchero.

La rubia dejó de hacerse la ofendida ya que se dedicó a mirar a la ojiverde reír sin parar cosa que nunca había visto, notó que en el borde de sus ojos se generaban pequeñas arrugas, resaltaba su perfecta mandíbula dándole un aire tierno pero a la vez sexy aunque el sonido de la risa en estos momentos no era ni tierna ni sexy. Se sintió orgullosa al ocasionar algo tan hermoso de ver y escuchar.

-Ay Dios me duele el estómago.- Decía la ojiverde mientras la rubia tenía una sonrisa en el rostro y la mirada perdida en ella.- Ahora sé porqué te gustan los perros.- Dijo mientras trataba de calmarse pero cuando se dió cuenta la manera en que la rubia la miraba se puso nerviosa y algo sonrojada.

-No es gracioso.- Trató de darle seriedad al asunto ya que Lena captó su mirada.

-A ver... Lo de que eres desastre Sam ya lo dijo durante el almuerzo, hablas mucho así que es sinónimo de ruido, te gusta invadir el espacio personal y no lo digo porque has venido a mi casa sino hablo la vez que entraste a mi oficina y a mi lugar de descanso sin avisar, debemos tenerte en la mira ya que haces cosas arriesgadas casi sin pensar y el último, el más importante, comes mucho. Así que sí, tienes la característica de un perro.- La rubia iba a protestar pero Lena se adelantó.- Tú misma lo confirmaste con tu queja.

Entre Llamas 1ª ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora