🌹Capítulo 51🌹

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E L   T R I B U N A L

"El rencor pilota tu alma... cuando se impone ante el perdón".

Narrador Omnisciente

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Narrador Omnisciente

... Giselle en el estrado...

Frente a todos los presentes en la sala del tribunal. Con una imponente mirada hacia todos... pero en especial... hacia Owen.

Unos ojos siniestros en aquella joven, querían asesinar a flechazos al hombre que la sucumbió en el dolor y el resentimiento. Sin piedad alguna.

— Juro ante este tribunal que diré mi verdad. — concretó Giselle para luego tomar asiento en el estrado, a un lado de la señora jueza quien no la perdía de vista ni por un segundo.

— ¡Infamia! — una voz de mujer se oyó adentro de la sala, proveniente del lado del demandado. Era Florencia, la tía de Owen — ¡Esto es una payasada! ¡¿Qué es lo que tratas de hacer?! Tú no te llamas Dycentra, ¡Reconócelo en este juzgado!

Florencia retaba a Giselle en todo momento, poniéndose de pie y enfrentándola desde su posición a gritos.

— ¡Silencio! ¡Orden en la sala! — la jueza golpeó el mazo tres veces de forma autoritaria. Su expresión molesta causaba nervios en el tribunal.

Evan siguió tomando la palabra después de que el silencio reinó en el lugar — Con su respeto señora jueza y de este tribunal, yo reitero y doy fe en que la señorita que está sentada en el estrado es Dycentra.

Florencia volvió a levantarse — ¡Eso es mentira! Esa mujer tiene que ser una usurpadora.

— ¡Esa señora está injuriando a mi representada, señora jueza! ¡Exijo una sanción para ella! — Evan la señaló con firmeza.

— ¡Ese abogado está mintiendo! — contraatacaba Florencia.

— ¡El único mentiroso es Owen! — el padre de Giselle, George, se levantó de su asiento para alzar su voz y defender a su hija — Ese muchacho le tendió trampas a mi hija para desprestigiarla, ¡Jugó con ella!

— ¡Tú hija preparó esto para hundir a mi sobrino! ¡Le pagaste a este abogaducho para que defendiera sus mentiras! — Florencia no se quedaba tranquila, su hermana Lorraine, la mamá de Owen trataba de tranquilizarla y que volviera a sentarse.

La señora jueza se levantó de su asiento mientras volvió a dar un golpe con su mazo en el estrado — ¡Silencio! O voy a tener que suspender esta sesión. Exijo que la parte acusadora aclare la identidad de la joven aquí presente.

Mientras Giselle permanecía inerte en su asiento, sus ojos por breves segundos se desviaban hacia Owen quién, la miraba detenidamente, con unos ojos llorozos pero con una cierta mirada de desprecio. Owen Stewart, no podía ni quería creer que la mujer quien lo había llevado a juicio fuera precisamente la chica a la que amaba, le parecía totalmente sorprendente.

La Flor Negra® [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora