🌺Capítulo 29🌺

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L A   C I T A

Dedicado a: a_evans16

Narrador Omnisciente

William se encontraba súpito por lo que sus ojos contemplaban. Su esposa y su amante en el mismo lugar, frente a él. Y para colmo ahora estarían más cerca que nunca, situación que era de alto riesgo para el propio William.

— A partir de mañana, la joven Mirella trabajará como maquillista en esta empresa — proclamó Aurora.

— Ah, ¿Sí? — William seguía anonadado.

— Mirella, él es mi esposo, William Blake — la señora Blake se lo presentó.

Si supiera que ya se conocían bastante bien...

— Un placer, Mirella Wood — esta le extendió su mano a William y él correspondió al saludo.

— El placer es mío — expresó este hombre, con total seriedad — Cariño... — se dirigió a su esposa — Te esperaré abajo para irnos.

— Está bien. Bajo en unos minutos amor — respondió su mujer.

William salió de la oficina de su esposa. Caminaba por los pasillos sintiendo una gran ansiedad y desesperación, un terror estremecedor que lo hacía sudar frío. Se refregaba en seco el rostro con sus manos, se tomó fuerte de los cabellos proporcionándose un leve dolor. Estaba asustado por lo que podía pasar si su traición llegase a descubrirse.

Esperó casi escondido a que Mirella saliera de la oficina de Aurora para exigirle una explicación.

— Entonces, la veo mañana señora Aurora — se despidió Mirella amablemente.

— Sí, hasta mañana, un gusto haberte conocido.

Esta joven dió media vuelta y salió de la oficina con un poco de nerviosismo en su interior, ella tampoco esperaba a que William entrara por esa puerta, fue un momento de infarto para ambos.

Al cabo de unos segundos, Mirella se adentró al ascensor para ir a planta baja. Las puertas del elevador se cerraban y de caso inesperado William entró de lado antes de que se cerraran completamente.

— ¡William! Me asustaste.

Ya en el ascensor a solas, William la tomó de los brazos con un poco de impetuosidad — ¡¿Qué rayos estabas haciendo con mi esposa?! ¡Qué pretendes!

— ¡Primero cálmate! — Mirella se zafó de su agarre como pudo — No me trates así. Yo no sabía que te encontraría hoy aquí.

— ¡¿Y cómo no si es el trabajo de mi mujer?! Ella es la dueña de esta empresa y puedo venir las veces que se me antoje — decía entre gruñidos, enfurecido con su amante — ¿Qué hacías con mi esposa?

— Sólo le pedí trabajo. Ella aceptó, además tú sabes que estaré necesitada dentro de poco.

— De todos los lugares para pedir empleo, ¿Se te ocurre pedírselo a mi esposa? ¡Es un riesgo muy grande! — William golpeó la pared metálica del elevador mientras este seguía descendiendo — Además, te dije que no te preocuparas por el dinero que yo te lo iba a dar.

Una vena se marcaba en la frente de él, estaba rojo del coraje y el susto que Mirella le había hecho pasar.

— ¿Y cómo justifico el dinero que tú me das? Los directores de la universidad, mis amigas se extrañarían de ver tanto dinero en mis manos sin trabajar. Si los voy a engañar lo tengo que hacer bien, ¡Sin ningún error! Entiéndelo William.

La Flor Negra® [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora