🌹Capítulo 46🌹

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D E S D É N

Narrador Omnisciente

William había acordado verse con Mirella. Procedieron a encontrarse en un punto para poder estar juntos y disfrutar del deseo y la pasión que ambos se tenían.

Lograron verse a unos cuantos metros en una calle, puesto que una autopista los separaba. El semáforo estaba en rojo y debían esperar a que la luz cambiase para que Mirella pudiera cruzar.

Mientras tanto, una fan distrajo a William, ésta le pidió un autógrafo porque admiraba sus películas.

Después de que William terminase de firmar el autógrafo a su fanática, regresó su mirada al frente para mirar a Mirella quien se encontraba varios metros, al otro lado de la autopista... y fue ahí cuando palideció. William vio a su esposa al costado de su amante pero ninguna de ellas se percataba de que estaban juntas.

Los escalofríos surgieron de manera espeluznante en el cuerpo de este hombre que estaba a punto de ser descubierto. Las manos sosteniendo el ramo le sudaban y su color de piel se hizo más blanca de lo normal, el miedo abundaba en su interior. Quería avisarle a Mirella con señas, pero le fue imposible porque justo en ese instante el semáforo cambió su luz a verde... y tanto Mirella como Aurora se dispusieron a avanzar.

Esposa y amante caminaban a la par, sin darse cuenta que una permanecía al lado de la otra. William sintió que se le venía una gran ola de tragedias encima, se sentía y se veía perdido. Mirella seguía teniendo la mirada fija en él, embobada con una sonrisa. Aurora terminó de revisar su celular y procedió a guardar este en su bolso, fue ahí cuando regresó su mirada al frente... e inmediatamente reconoció a su marido quien estaba quieto mirándola a unos pocos metros.

William Blake observaba a Aurora y también se detenía a mirar a Mirella, como si estaba decidiendo que hacer. Estas mujeres se acercaban cada vez más, Aurora captó que su marido traía un ramo de flores y de inmediato supuso que eran para ella, lo que conllevó a que Aurora le sonriera mientras seguía cruzando la pista para llegar hasta su esposo. Lo que no sabía era que al lado de ella estaba la amante, chocando hombro con hombro, caminando también hacia William; las dos no hacían sino mirarlo a él con esas miradas de amor y deseo; casi terminando de cruzar la autopista.

William seguía mudo, sin parpadear, sin mover ni un músculo. En el último trayecto, Mirella empezó a caminar más rápido, estaba impaciente por besar a William, y sin darse cuenta dejaba atrás a Aurora quien seguía el mismo camino de una forma más tranquila. Y esto solo complicó aún más las cosas para William...

Pues si la amante llegaba antes que la esposa, sería su fin...

Mirella ya iba llegando, solo estaba a un par de pasos... y entonces...

— ¡Aurora! — exclamó William, fue una señal para Mirella de que la esposa estaba al costado suyo.

Sin pensarlo dos veces y de forma abrupta, Mirella se dio media vuelta a tiempo y, mientras ésta giró rápido, Aurora pasó por su costado con tan solo un roce de hombro, sin embargo la esposa no se dio cuenta de nada.

Estuvieron tan cerca de ser descubiertos esta vez.

Aurora finalmente estaba frente a su marido quien aún no podía controlar sus nervios, pues su secreto pendía de un hilo muy delgado. Mirella seguía ahí pero de espaldas para que, Aurora no se diera cuenta que era ella, también estaba asustada porque que no los hayan descubierto ahora...fue solo suerte.

— ¿William, tú por aquí? — Aurora se mostraba confusa.

— Sí... — titubeó un poco éste — Venía de una grabación y ahora iba a reunirme con unos compañeros.

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