La Flor Negra® [+21]

🌺Capítulo 32🌺

T A N    C E R C A

🦋Tan cerca... y a la vez tan lejos🦋

Narradora - Giselle Rousseau

El brillo de las luces resaltaba mi rostro de exuberante y misterioso maquillaje que portaba. Las aclamaciones agregándose al silencio hicieron que mis oídos se deleitaran con el entusiasmo del público que me veía y prestaba atención en cada paso que daba por la pasarela.

Me sentía tenue, en calma, podía percibir a mis tacones resonar en la plataforma aunque hubiese un gran ruido, podía percibir algo inexplicable apoderándose de mi ser.

Seguí mi camino hasta estar enfrente, cara a cara, con la mesa de aquellos tres jueces que traían puesta su mirada en mí, miradas que sentía que no tendrían contemplaciones a la hora de calificar tanto al atuendo como a mí.

Esparcí miradas frívolas a las cámaras, desventurándome con mi vestido, sabiéndolo llevar de varias formas posibles. En segundos, Harry Styles vino cantando hacia mí, mientras el público lo acompañaba en el coro de la canción que acontecía en ese momento, él me tomó de una mano y me paseó por una pasarela circular, yo no perdía la fe en mi talento, así que no dejaba pasar la oportunidad de seguir brillando ante todos.

Me di una vuelta completa y luego comencé a regresar por la pasarela, viendo a mi familia entre tanta gente, a Ansel quien siempre mostraba su hermosa sonrisa.

Destilaba aires de grandeza... hasta que mi seguridad a la que mi cuerpo se había aferrado concluyó cuando vi a Nicholas. Al lado de mi familia se encontraba, mirándome atentamente con una media sonrisa y con una ceja erguida, sus ojos avellana me tensaron por un segundo, percibiendo una agonía en mi pecho que empezaba a crecer.

Terminé mi turno en esta primera ronda y me dirigí a la sala de espejos detrás del telón, para estar sola, solo conmigo misma. Me divisaba con preocupación en cada espejo, mi alrededor estaba repleto de mí. Comencé a respirar de manera agitada, el haber visto a Nicholas de alguna manera la cual yo desconocía me hacía sentir desprotegida y en peligro nuevamente.

Escuché los pasos de alguien acercándose a mi sitio y fue cuando di media vuelta y me encontré a la señora Verónica. Por un momento pensé que alguien más estaba detrás de mí.

La señora Verónica había venido a felicitarme, para ella lo hice genial.

— Estuviste hermosa allá afuera — manifestó.

Pero yo solo podía estar concentrada en lo que mis ojos apreciaban ahora, mi yo en el espejo, esa mujer quien veía ahí, era yo pero... ya no me sentía como antes, y eso me asustaba un poco.

— No se quien es esa mujer que veo en el espejo — hablaba yo, algo atemorizada y con un serio desconcierto.

— Eres tú Giselle — dijo la señora Verónica cerca de mi oído y tomándome de mis brazos con el calor de sus manos — Eres tú.