La Flor Negra® [+21]

🌹Capítulo 44🌹

E L L O S

Narradora - Giselle Rousseau

El caos se había desatado con furia. No podía precisar el pavor que sentía mi corazón al haber sido testigo de un hecho tan escalofriante y violento como la pelea entre Ansel y Owen, y peor aún, no podía creer que este enfrentamiento se había originado a causa mía.

Todos los presentes en el patio de la entrada principal de la casa de Aurora, estaban infartados del susto, no comprendían tal escándalo que se manifestó hace segundos, no faltaba uno que otro paparazzi quien captó parte de lo ocurrido, y pensar que la señora Aurora podría estar molesta conmigo me hacía temblar, la prensa de seguro pondría esta fiesta en primera plana, donde este show sería el centro de atención.

— ¡Te voy partir esa cara de desgraciado que tienes! — se seguían escuchando los gritos de Owen, quien intentaba zafarse del agarre de Nicholas para golpear a Ansel.

— ¡No te permitiré que sigas lastimando a Giselle, infeliz! — Ansel también permanecía enfurecido, su padre el señor William lo sostenía para que no siguiera este conflicto.

— ¡Hijo cálmate, estás fuera de sí! — el señor William hacía entrar en razón a Ansel.

En esos precisos instantes, la señora Aurora hizo presente su voz, expresando severa molestia — ¡Basta! ¡Suficiente! No voy a permitir que mi casa se convierta en un ring de boxeo.

— Mamá, haz que saquen a este abusivo de aquí — la voz de Ansel se notaba ronca, mientras señalaba a Owen.

— Yo solo me iré de aquí de la mano de mi mujer... de Giselle — habló Owen fuerte y claro.

Pero yo estaba harta de ese tipo de posesiones y mandatos, tenía que ser valiente y empezar a defenderme por mí misma.

— ¡Ya basta! — manifesté, llamando la atención de todos en el lugar — Yo me iré de aquí, pero no contigo Owen — lo miré fijamente — Ni contigo Ansel — en sí, el menos culpable era Ansel, y quería evitarle otro problema, por eso decidí — Yo me voy... con Nicholas.

El oír de mi propia voz el nombre de Nicholas lo hizo poner en alerta. Este chico italiano y aún misterioso me observó detenidamente y yo correspondía a su mirada. Él se notaba algo confundido al principio, después de todas nuestras peleas anteriores, no se esperaba esto, mucho menos yo. Pero así lo quise y no cambiaría de opinión.

A los pocos segundos, Nicholas relució una media sonrisa y soltó a Owen para dirigir sus pasos hacia mí.

— ¿Yo? — se señaló asimismo y yo asentí con un leve nerviosismo — Con gusto, señorita Giselle — me dijo él, siguiendo la corriente y abrazándome de lado para darme protección.

— Giselle... tú debes irte conmigo — Owen insistía con esa orden — Eres mi novia.

No le respondí absolutamente nada. Mis ojos simplemente se concentraron en apreciar su rostro de frustración.