🌹Capítulo 11🌹

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L O   Q U E   D E S E O   A H O R A

— Adeline por favor, dime... ¿Sabes algo de Owen? — la curiosidad me mataba por dentro, no podía controlar mis emociones...

Poco a poco me di cuenta de que me estaba interesando mucho por él.

— No te diré nada — idiota... Mala hermana, quería gritarle e insultarla por burlarse de mí... ¿Cómo pude pensar que me lo diría?

— ¿Ya ves cómo eres? Si no vas a decirme mejor salte de mi cuarto.

— Ay hermanita, pobre de ti. Te aconsejo que te olvides de Owen.

— ¿Por qué te empeñas en que me aleje de él? ¿Acaso sigues enamorada de tu ex? — le pregunté con tono de fatiga, ya estaba aburrida cada vez que venía a molestarme.

— No seas imbécil, claro que no estoy enamorada de Owen, lo que yo dejo no lo vuelvo a recoger — me respondió tajante, sin embargo, una sutil voz de mi subconsciente sembraba la semilla de la duda en mi cabeza.

Adeline siempre ha sido una chica muy persuasiva; capaz de valerse de cualquier cosa, sea real o falsa para convencerte de cada argumento suyo.

— Pero que segura estás de ti misma Adeline.

— Sí, algo que tú nunca tendrás, eres tan carente de autoestima hermanita.

En ese momento, nuestro padre entró a la habitación.

— Buenos días chicas madrugadoras — sólo le sonreímos, él siempre con sus ocurrencias.

— También te levantaste temprano papá — dije acercándome a él para abrazarlo.

— Bueno cómo veo que se levantaron temprano en domingo, quiero que me acompañen a jugar golf ¿Qué dicen?

— ¡Enseguida voy! — mi hermana salió cómo un rayo a alistarse.

— Sí papá, me haría bien relajarme un poco.

— ¿Por qué dices eso Giselle?

— No te preocupes, la universidad no es lo mismo que el colegio y por eso estoy adaptándome poco a poco — y en serio, tenía que adaptarme a este nuevo mundo, no sólo por la exigencia, sino por los problemas emocionales.

Se que me han entendido, adolescentes cómo yo hemos llegado a una etapa difícil, dónde nuestros cambios de emociones eran instantáneos, y a veces podía llegar a frustrarnos.

Me puse ropa deportiva y bajé al comedor junto con mi hermana para desayunar. Cómo siempre saludé a mi nana "Margarita", constantemente me preparaba tocinetas con huevo y un rico jugo de naranja, la adoraba.

— ¿Por qué saludas a una criada? — frunció el ceño Adeline, incomodando a Margarita quién regresó a la cocina cabizbaja.

— Hija, por favor. Respeta a los trabajadores, ellos se ganan la vida humildemente — me encantaría que alguna vez Adeline aprendiera de mi papá. Ella y mamá eran "igualitas" fijándose en las clases sociales.

En fin, minutos después, salimos en el auto de papá hacia el club de golf.

Narrador Omnisciente

Apenas George y sus hijas salieron de la mansión, Bianca se dirigió al estudio donde se encontraba Wanda, atendiendo llamadas de sus amistades.

— ¿Podemos hablar un momento? — Bianca esperaba mientras Wanda terminaba de organizar planes con sus amigas. Al colgar el teléfono, esta fijó la mirada en ella.

La Flor Negra® [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora