La Flor Negra® [+21]

🌹Capítulo 67🌹

E L   C O N D E

Narrador Omnisciente

Cuatro días después...

Giselle amaneció con una tranquilidad curiosa. Era un fin de semana, poco más de las diez de la mañana y esta joven se acercaba para abrir las cortinas y apreciar el día aparentemente soleado desde su ventana.

A los minutos tocaron a su puerta. La nana Margarita y mujer de servicio de los Rousseau se dio paso al cuarto con el desayuno para Giselle, detrás de ésta también entró su abuela Bianca.

— Gracias Margarita, eres la mejor — agradecía Giselle dándole un beso en la mejilla a la sirvienta, poco después esta misma se retiró.

— Me alegra verte repuesta querida nieta — Bianca se sentó con ella al borde de su cama — Estos días fueron nublados tras la muerte de tu madre. Y aunque hoy ha salido el sol, algunos aún no desean ver esa luz.

— ¿Cómo siguen los demás?

— Tu hermana Adeline, destrozada. Y la comprendo, ella era la más apegada a Wanda.

— Porque mamá la eligió como su favorita — Giselle se cruzó de brazos seria.

— A ver mi ángel, se que es así, pero creo que ya no podemos reclamar sobre alguien que ya no está con nosotros.

La abuela la hizo serenarse — Tienes razón. Y ¿Cómo está papá?

— Tu padre está más tranquilo, quiere mostrar fuerza ante Adeline y ante ti, no lo culpo. Él amó mucho a tu...a Wanda — la señora Bianca trataba de no usar el término "madre" con Giselle, pues el día de la tragedia todos se enteraron que Giselle no era una auténtica Rousseau — George las quiere mucho a ustedes, son sus pequeñas.

— Es el mejor padre — Giselle sonreía orgullosa del papá que tenía, sin imaginar que no era su progenitor.

— Bueno mi niña, vine a verte también para avisarte que hoy tendremos una visita especial — entonó Bianca y Giselle prestaba atención — Tu padre y el abuelo de Nicholas, Giosué, han tomado la decisión de contar con un nuevo accionista para la lideración de mis hoteles. Resulta que ese tercer accionista es un Conde.

Giselle abrió los ojos como plato — ¿Un conde? Es de la realeza — medio sonrió.

— Algo parecido. Tu padre y Giosué se van a reunir esta tarde con él, en esta misma casa — decretó la abuela — Será un compartir de bienvenida y toda nuestra familia debe estar presente en el comedor para recibirlo.

— Entiendo abuelita. Entonces hay que ir alistándonos desde ya — compartió sonrisas con su mayor — Para tener un título así debe tratarse de alguien muy importante.

— Por eso hay que hacer que tu padre y tu abuelo político queden bien ante él — Bianca le guiñó el ojo — Así podrán cerrar trato sin inseguridades.