🌹Capítulo 25🌹

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S T A R B U C K S

Narrador Omnisciente 🔞

Para ninguno era un secreto que las hermanas Rousseau, Adeline y Giselle, eran afortunadas de encontrarse en el camino a hombres guapos, no cualquiera tenía esa suerte. ¿Pero acaso deberíamos llamarle a eso "Suerte"? El estar frente a un bonito físico, un rostro angelical, no te podía descifrar el interior de aquella figura.

Cuándo la tormenta arrasaba contigo, cuándo la neblina se disipaba de tus ojos dejándote visualizar el camino, sólo así podrías ver lo verdadero de aquel ser. Era más que evidente, la manera en que el ser humano confundía el amor con la atracción, Giselle estaba en pleno aprendizaje de sus erradas decisiones, sin embargo, todavía le faltaba un largo camino por recorrer con apenas 18 años.

Por otro lado, Adeline, vivía el día a día con la idea de ser la chica de un famoso artista, aunque fuera por una sola noche. Hoy tuvo a su objetivo en la mira "Harry Styles", pensando en acapararlo para ella sola antes de que la noche acabara. Pero ni ella esperaba que sus planes cambiarían de rumbo hacia otro sujeto... "Aaron Johnson"

Era imposible afirmar que lo que sintieron estos dos individuos al verse de frente, Aaron y Adeline, fuese un amor a primera vista. Deberíamos llamarlo Atracción inmediata. El deseo y la lujuria podía llevarte a puntos ilimitados, infinitos, pero ninguna atracción se compararía con la que se proyectó entre ellos dos.

Siendo las 10:00pm, las jóvenes salían de la empresa de moda debido a que las clases habían finalizado hoy. Giselle se detuvo y comenzó a buscar con la mirada al chófer que las llevaría a ella y a su hermana de regreso a la universidad, pero por algún percance no estaba. Adeline vió salir a Aaron de la empresa, con sus tenis blancos, blue jeans, su camiseta y chaqueta de cuero de un negro azabache. Con la simple pose de aquel chico mirando su celular, despertó en Adeline un apetito insaciable y lujurioso.

Ella se precipitó a su lugar y él se detuvo a verla. Adeline posó su mano derecha en el hombro de Aaron y empezó a masajearlo —¿Te gustaría, caminar un momento? — dió paso a su pregunta con voz seductora.

— Eh... bien — asintió Aaron con una inefable sonrisa — Por supuesto.

Mientras Giselle se quedó esperando a que el chófer decidiese aparecer, Adeline capturó la atención del joven, llevándoselo a varios metros lejanos. En ambos penaba un inmortal silencio a lo cual Adeline no tuvo otra opción que adelantar sus pasos y mostrar su sensual caminar, su devorador físico a Aaron. Él no hacía más que visualizar detenidamente su espalda, sus curvas, sus torneadas piernas. La falda que poseía Adeline era tentadora para él, sus venas comenzaban a sobresalir por el apretón de manos que realizaba, Aaron estaba conteniendo las ganas placenteras que tenía por dentro.

Pero, ¿Para que se contenía si aquí la sensual mujer lo invitaba a tocarla? Adeline se percató de lo fallido con este intento de persuasión y coqueteo, que retrocedió hasta estar a la par con él. Caminando sin rumbo en la oscura noche, ella desabrochó dos botones de su blusa, exponiendo gran parte de sus pechos abultados para que Aaron clavara su mirada en ellos, y así fue. Él por segundos la contemplaba de reojo, relamiendo sus labios, además desabotonó un poco su camisa debido a que su cuerpo había entrado en calentura.

Una gota de sudor se desplazó por la frente de este chico quien se encontraba suspirando, tratando de no desviar su inmoral visión hacia Adeline. El caer en tentación no era algo que Adeline pudiese sacar de cualquier chico, al menos no de Aaron, con simples cosas no lo lograría. Sin intercambiar ni un solo diálogo, sin pensarlo dos veces, ella lo empujó contra la pared de un edificio cercano a ellos, se acercó sin dejar un mínimo centímetro de espacio entre sus cuerpos, respirando encima de él, sin despegar la mirada.

La Flor Negra® [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora