🌹Capítulo 50🌹

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O S C U R O S


Narrador Omnisciente

— Lo único que tengo claro... es que después de todo... ya no habrá nada que me una a Owen. Absolutamente nada.

El estado de mudez tardó unos segundos después de esa última manifestación que Giselle le hizo a Nicholas. Ella caminaba hacia la puerta para salir de la habitación... cuando de pronto...

Sintió que la cabeza le daba severas vueltas y perdió el control de sí misma...

Su cuerpo se desplomó en el suelo, quedando inconsciente...

— ¡Giselle! — exclamó Nicholas sorprendido y mortificado.

Éste de inmediato la sostuvo entre sus brazos y la llevó de prisa a la cama, el cuerpo de Giselle estaba como muerto, como si su alma hubiera querido desfallecer de una vez y por todas.

...

—¡Giselle! ¿Me oyes? — se captaba una voz lejana de hombre, haciendo ecos precipitadamente.

El sentido del oído de Giselle se comenzaba a activar mientras que Nicholas no paraba de mencionar su nombre una y otra vez. El olfato de esta joven seguidamente captó un olor fuerte como el alcohol empapado en un algodón y que, estaba paseando alrededor de su nariz para hacerla reaccionar.

Giselle poco a poco fue abriendo sus ojos, haciendo esfuerzo de sus párpados los cuales habían quedado paralizados y luchaban por levantarse junto con ella.

Al principio, ella vio una imagen borrosa de Nicholas después del exabrupto que sufrió, por lo general, tardaba unos segundos a que el cuerpo de aquella chica se compusiera. Giselle sentía una presión horripilante en su cerebro, lo que provocaba un fuerte dolor de cabeza.

— Nick... — ella le susurró, aún recuperándose mientras reposaba en la cama de la habitación.

Nicholas suspiró aliviado, soltando una media sonrisa — Giselle... estás bien. Ahora sí estás bien.

Giselle quiso levantarse de la cama, pero apenas su cabeza se despegaba de la almohada, un mareo turbio invadía su interior y sus ojos hasta veían doble.

— No no, mala idea — le dijo Nicholas, ayudándola a regresar su cabeza sobre la almohada — Sufriste un desmayo, tendrás que quedarte en reposo un poco más.

— Ay no, primero fueron las náuseas y luego terminé en esto, como es posible que...

— Shh — Nick puso su dedo índice en los labios de Giselle — Tienes que descansar, además, es de noche, aprovecha de dormir de una vez. Mañana amanecerás mejor, ya lo verás.

Por un breve momento, él quedó mirándola detenidamente...

Una mirada que casi se convertía en una mirada perpetua e intensa. Su mano derecha se apresuró a acariciar su mejilla y a quitar algunos mechones de cabello que querían ocultar el rostro de Giselle.

— Desde que subí al yate me sentí mal — decía mientras abría paso a un ligero bostezo.

— ¡Sí! ¿Ya ves? Te lo dije — la presencia de Leena tomó lugar en la habitación en la que se encontraba — Giselle me comentó que sentía mareos debido a los fuertes movimientos en el yate — se cruzó de brazos.

— Así es. Lo más probable es que haya sido eso — Giselle lo reafirmó.

De pronto, Theo entró a la habitación para sumarse a la plática — ¿Será necesario llevarla a un hospital o comentárselo a su papá?

La Flor Negra® [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora