Capítulo 24: El extraño sentimiento dentro de mi

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La fuerte música aún se oía inclusive afuera de la casa, cerca de la piscina que era el lugar más alejado, hasta las luces se veían desde allí. Seishu miraba las luces de colores en el cielo, como si fuera el evento más importante del año, aunque sólo fuese una simple fiesta. Juraba que ni los carnavales de fin de año eran tan llamativos como las fiestas que organizaban las personas que iban a su preparatoria.

Una vez más pensó: malditos niños ricos.

— Oye, ya lo tengo.— La voz de Izana lo sobresaltó un poco cuando lo oyó acercándose.

— Lo siento por hacerte buscar eso por mi.— Se disculpó acercándose al chico.— Me suele dar algo se ansiedad tener que hablar con alguien aunque sea para pedirle algo, más si es alguien de nuestra escuela.— Rió con algo de nervios, pasando su mano por la parte trasera de su cuello.

— No importa, haría lo que sea por ti.— La dulce sonrisa de Izana hizo que las mejillas de Seishu se tiñeran de rojo una vez más.— Ten, aquí tienes.— Izana le extendió la pequeña pastilla y un vaso de agua.

Seishu le sonrió antes de recibirlo. Primero puso la pastilla en su boca y luego la tragó junto con el agua. Estaba seguro de que no aguantaría mucho más el dolor de cabeza si seguía así, por eso Izana tuvo que ir a buscarle algo. Le dio algo de pena decirle, pero era mejor eso a que terminara desmayándose por el dolor.

Se quedaron en silencio un rato, mirando el estrellado cielo nocturno. Estaba algo frío, ya casi llegaban a mitad del año escolar, lo que significaba que ya era invierno, además de que también se avecinaban las vacaciones de invierno. A Seishu jamás le emocionó tanto, se la pasaba cada invierno adentro de su casa, tapado con mil cobijas y con su hermana molestándolo para que saliera de casa para jugar con ella en la nieve.

Akane ya tenía 21 años, pero hasta no hace mucho lo molestaba para salir a jugar afuera o hacer un muñeco de nieve. Lástima que Seishu odiaba el frío.

— Hace algo de frío ¿no crees?— La voz de Izana sonó suave, cálida entre el clima frío.

Un pequeño déja de la primera noche que conoció a Izana cruzó por la mente de Seishu. Ya había pasado bastante tiempo de esa vez.

— Si, aunque no hace tanto frío para mi en realidad.— Izana lo miró de reojo, dándose cuenta por primera vez que el suéter que llevaba Seishu, era el suyo.

— Oye ¿ese es el suéter que te presté?— Preguntó mirando lo adorable que se veía Seishu con él, igual a la primera vez que lo vio. Sus manos adentro de las largas y holgadas mangas.

— Oh, si, mis amigos vinieron con cosas de marca y muy bien vestidos, mientas que yo... bueno, lo único de marca que tenía era tu suéter.— Seishu rió, algo nervioso por no poder ser ni la mitad que todos allí.

Él no era de una familia adinerada como todos. Él no tenía una madre que lo malcriara como todos. Él no tenía a nadie que le comprara cosas caras como todos. Él no vivía en una lujosa mansión ociosamente gigante con una piscina exageradamente grande y un jardín trasero malditamente perfecto cómo todos. Él no tenía un nivel económico alto como todos. Él no podía comprarse cosas de marca y presumirlo en cada fiesta a la que iba como todos. Él no era como todos.

Ante el duro pensamiento, Seishu sacó un cigarrillo para empezar a fumar.

— Ahora que lo pienso, me pregunto donde estarán.— Murmuró sacando el mechero de su bolsillo mientras ponía el cigarrillo entre sus labios.

— ¿te preocupan?— Seishu se encogió de hombros con indiferencia. Por alguna razón, ahora empezaba a sentirse algo extraño.

— No del todo, deben estar juntos, cuidándose como siempre lo hacen. Parecen hermanos a decir verdad.— Dijo prendiendo la punta del cigarrillo.

Porquería Adolescente // KokonuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora