Inui lleva una vida algo tediosa en la preparatoria, ya que, estando en una escuela de élite, entre tanta gente con dinero y de clase alta, él está totalmente al fondo del frasco, siendo discriminado por muchos.
Por otro lado, Koko lleva la mejor vi...
Unos días pasaron, en los que la vida de Inui fue como siempre, siguiendo esa aburrida rutina de todos los días. En general, su vida en la preparatoria no era muy entretenida, solía hacer lo mismo cada día: levantarse temprano, ir a clases, almorzar con sus amigos y si no habían más clases después, simplemente iba a su habitación a dormir. En el campus había miles de clubes y actividades para hacer, pero a Inui simplemente no le importaba.
Ahora, estaba clases, mirando su celular, donde en la barra de notificaciones se reflejaban dos mensajes que llevaba un par de horas sin responder.
El imbécil toca huevos:
• Ven a los vestidores en el receso • No tardes mil años como siempre.
Los había recibido hace ya un largo tiempo y por lo general él siempre le respondía los mensajes rápido a Koko, como un perrito faldero que iba tras su dueño. Ahora que lo pensaba bien, le repugnaba su propia actitud hacia Koko, como si fuera un adolescente estúpido desesperado por sexo... que si, puede que si lo sea, pero odiaba ser tan obvio. Por eso llevaba varias horas sin responder, hasta estaba dudando de ir a aquel lugar.
¿Qué pasaría si no iba? ¿Koko se molestaría? No, claro que no, le importaría una mierda. Seguramente llame a alguna chica en su lugar y se la termine cogiendo sin remordimientos, porque así era Kokonoi, no le importaba una mierda remplazar a una persona con otra y más si la persona que tenía que reemplazar, era Inui.
— Inui Seishu.— Su nombre resonó en todo el salón, sorprendiendo y asustando al rubio.— No puede usar el celular en horas de clases, démelo.— Exigió el profesor extendiéndole la mano para que se lo diera.
Todos estaban mirándolo, incluso otros ya empezaban a susurrar alguna de sus mierdas. Odiaba a sus compañeros. Inui bufó, no podía oponerse, así que apagó su celular y se lo entregó al profesor, cruzándose de brazos cuando se dio la vuelta para seguir con la clase. Se oyeron algunas risas y burlas, pero simplemente las ignoró.
Al parecer, no podría responder esos mensajes por algunas horas más.
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La hora del almuerzo llegó luego de largas horas de clase. Inui se juntó con sus amigos que habían estado en otras clases, para así ir los tres juntos a la cafetería. Hicieron la larga fila para comprar su almuerzo, hablando de cualquier cosa mientras esperaban, pero claro, a Inui poco le importaba, ya que los temas que hablaban Chifuyu y Takemichi, Seishu no sabía mucho al respecto, así que sólo se quedó a un lado, simplemente escuchando.
— He leído un nuevo manga.— Comentó Chifuyu.— Me llamó la atención la portada, creí que sería de suspenso o terror... pero resulta que no fue así.— Su cara expresaba una mueca algo extraña.
— ¿de qué trataba?— Preguntó Takemichi avanzando un poco en la fila.
— Pues... sonará extraño, pero era de dos chicos y una chica, como romance, pero no era un triángulo amoroso.— Explicó. Era un tanto extraño que Chifuyu dijera eso, pues el género de romance no era algo que leía mucho.— Iban a la universidad, ella era nueva y la rechazaban mucho, los chicos eran del equipo de baloncesto de la escuela.— Siguió contando, avanzando otro paso más.— Y pues de alguna forma se conocen y terminan teniendo relaciones.— Sus mejillas estaban rojas al contar aquello y las de Hanagaki no fueron menos.— Pero a ella le provocaba placer el dolor, descubrí que a eso se le llama masoquismo.— Inui quiso reír al oír eso. Sus amigos eran tan inocentes.
