Capítulo 23: Hundido en la tentación

392 52 39
                                    

Las escaleras al segundo piso lo cansaron, su respiración era agitada. El otro chico tuvo que ayudarlo bastante, pues sus pasos eran algo erráticos y torpes, además de que sus pies se arrastraban por el suelo. Por suerte una mano lo sostenía por la cintura, ayudándolo a caminar por el pasillo hasta llegar a una habitación a la cual entraron.

Chifuyu inmediatamente corrió hacia la cama y allí se desplomó, sintiéndose cansado de repente. Oyó la puerta ser cerrada con traba y luego unos pasos acercándose. Se removió entre las mantas que cubrían la cama, sintiéndose acalorado, por lo que rápidamente descartó su suéter, quedando sólo con una larga camiseta negra que llevaba puesta debajo.

— No me mires así.— Murmuró pasando sus dedos entre su cabello, incluso su cara se sentía extremadamente caliente.

— ¿así como?— Preguntó el otro chico acercándose hasta el punto de sentir una mano en su mejilla y unos ojos color miel sobre su caliente rostro.

— Así... como si quisieras... no lo sé, comerme.— Una pequeña risa tonta salió de sus labios luego de eso, como si le hiciera gracia.

— ¿habría algún problema si quisiera hacerlo?— Preguntó con una sonrisa, de esas que reflejaban pura lujuria.

— No... estoy esperando a que lo hagas.— La voz de Chifuyu era baja y algo ronca por el alcohol, Kazutora se preguntaba aún qué mierda estaba haciendo.

Sus rostros estaban considerablemente cerca, sus dedos parecían quemar bajo la lisa, suave y blanca piel ajena, como si quisiera pasar su mano no sólo por la mejilla de Chifuyu, sino por cada maldito rincón de su cuerpo. Era tan malditamente lindo y caliente: sus mejillas rojas, sus labios rojos, carnosos y antreabietos, soltando leves suspiros. Era un chico, si, Kazutora era consciente, pero era el chico más hermoso que jamás había visto.

Apretando sus labios se acercó aún más al rostro de Chifuyu, viendo como éste cerraba sus ojos cuando un suspiro que salió inconscientemente de sus labios, soplando los rubios cabellos de su frente. Kazutora miró las largas pestañas castañas cuando Chifuyu cerró sus ojos, dejando un pequeño beso sobre uno de sus ojos, luego sobre el otro, después en la frente, en cada una de sus mejillas y finalmente se separó, admirando un segundo más la tranquila cara del chico.

Kazutora dejó un lento beso en la comisura de sus labios, disfrutando de la calidez que emanaba el cuerpo de Chifuyu y como pequeñas risas escapaban de sus labios con cada beso. Mierda, esto era malditamente cursi y empalagoso. Él no era así, jamás lo fue aún cuando tuvo infinitud de novias. Jamás fue el tipo de chico romántico y dulce, él era el chico frío que con un par de coqueteos tenía a la chica que quería a sus pies. Esto era una mierda, ese chico lo volvía una mierda.

Kazutora se hubiera seguido dando la cabeza contra la pared, pero los golpes en la puerta lo detuvieron.

— Mierda.— Murmuró alejándose del chico.

— ¿quien es?— Preguntó el rubio abriendo los ojos y mirando hacia la puerta.

Kazutora no respondió, sólo se dirigió hacia la puerta, sacando su teléfono para desbloquearlo y entrar a un chat en específico, el último al que le había escrito. El mensaje había sido leído, pero la otra persona no respondió.

— ¿quien?— Preguntó cerca de la puerta, tomando la perilla.

— Soy yo, imbécil, abre.— Exigió la persona del otro lado.

Kazutora reconoció la voz, así que inmediatamente quitó la traba y abrió, dejando ver a su mejor amigo del otro lado y también escuchado la fuerte música que venía de abajo. Baji parecía tener una mirada entre confundida y algo molesta, seguramente Kazutora había interrumpido algo, pero poco le importaba.

Porquería Adolescente // KokonuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora