Capítulo 78 (T2): Incomodidad

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Todos creémos que no hay momentos más incómodos como subir a un elevador en completo silencio con una persona desconocida o esos silencios incómodos cuando no hay temas de conversación y nadie sabe qué decir, pero Seishu había comprobado de que podía ser peor, peor como estar sentado en una misma mesa con dos de las personas que peor les caía. En completo silencio.

— Ahg ¿no habíamos venido aquí para hacer un maldito proyecto o algo así?— Preguntó uno de ellos cruzándose de brazos mientras apoyaba su espalda en el respaldo de la silla.

— ¿Ya te vas?— Seishu ignoró al chico rubio y se dirigió a Chifuyu, el cual estaba guardando sus cosas en la sala.

— Sip, vamos a hacer el trabajo en el apartamento de Ryusei, así que regresaremos más tarde.— Respondió el rubio con una sonrisa.— ¿Estarán... bien?— Preguntó mirando a los otros dos chicos sentados con Seishu.

— Espero.— Respondió encogiéndose de hombros.— ¿Y Takemichi?

— Fue a la biblioteca por un libro para hacer el trabajo, yo iré con Ryusei ahora. Cualquier cosa mándanos un mensaje.—Dijo dirigiéndose a la puerta.— Adiós y suerte, creo que la necesitarás.— Si, Seishu también lo creía.

— Adiós.— Se despidió de igual forma mientras Chifuyu salía del apartamento.

Y finalmente, quedaron los tres solos.

Seishu dirigió su mirada hacia los dos chicos sentados en la mesa: Sanzu estaba sentado en la cabecera de la mesa, mirando su celular con desinterés y Koko estaba sentado frente a él, mirando sus manos sobre la mesa como si fueran la cosa más interesante que hubiera visto, aunque podía notar que lo miraba de reojo.

— Uhg, bien, empecemos con esto.— Dijo tomando sus cosas, donde había hecho algunas anotaciones respecto al trabajo.

— Bueno... estuve pensando un pequeño resumen y lo escribí.— Dijo Koko sacando una hoja de su cuaderno, la cual dejó sobre la mesa para que alguno la tomara.

Y estaba claro que Sanzu no lo haría.

Seishu tomó la hoja con algo de duda y empezó a leer, sin poder evitar pensar en lo hermosa que era la letra de Hajime: tan prolija, tan redonda, era perfectamente entendible, sus trazos eran perfectos, sin que pareciera que lo hubiera escrito sobre una superficie despareja como podría verse su letra, porque si, Seishu tenía una letra horrible –al menos según él–.

— Uhm... podemos poner algo de esto.— Otra vez, maldijo a Hajime en mil idiomas por no sólo tener una letra perfecta, sino también por escribir cosas tan entendibles y fáciles como lo era un maldito resumen de historia, mientras que a él le costaba tanto.

— Bien, entonces alguien debería escribir.— Interrumpido Sanzu dejando su celular apagado arriba de la mesa.— Y yo la verdad paso.— Seishu y Hajime fruncieron el ceño con molestia por ese comentario.

— Yo no pienso escribir, mi letra es horrible.— Se negó Seishu cruzándose de brazos.

— Bueno, amigo mío, te tocó hacerlo.— Sanzu puso una mano en el hombro de Hajime, pero él la tomó y apretó sus dedos, haciendo que Haruchiyo chille por el dolor.

— Yo hice un resumen, no pienso escribir una mierda.— Amenazó apretando aun más sus dedos.

— Maldita sea, suéltate.— Sanzu tiró y Hajime finalmente lo soltó. Mientras el rubio sobaba sus dedos, Seishu no pudo evitar reírse por lo bajo.— Oye, escribe tú, cucaracha, me da igual tu letra de mierda.— Ordenó Sanzu, molesto por escuchar esa estúpida risa.

— ¿Qué? ¿Por qué debería? Tú no haz hecho nada.— Se defendió Seishu.

— ¿Y acaso tú si?— Contradijo el más alto.

Porquería Adolescente // KokonuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora