Inui lleva una vida algo tediosa en la preparatoria, ya que, estando en una escuela de élite, entre tanta gente con dinero y de clase alta, él está totalmente al fondo del frasco, siendo discriminado por muchos.
Por otro lado, Koko lleva la mejor vi...
El partido de la escuela del Éste contra la escuela del Norte finalmente había terminado luego de unos largos ciento cinco minutos. La escuela del Éste se había llevado la victoria de ese partido, por lo que iban empapados en cuanto a partidos ganados.
Los del equipo de la escuela del Norte parecían ciertamente molestos, pues para ellos, era totalmente inaceptable que les ganara una escuela pública como la del Éste. Sus espectadores estaban tan molestos como los jugadores mientras veían a los otros festejar con risas, gritos y mucho ruido, pero lo bueno es que aún quedaban otros dos partidos.
Cuando todo acabó, todos los jugadores fueron a las duchas, donde hablaban de lo que había ocurrido y se quejaban del, según ellos, desastroso partido que habían hecho.
— Ese enano saltaba muy alto, ¡me hizo una falta y ni siquiera lo cobraron!— Exclamó uno de los chicos cerrando su casillero con fuerza.
— Lo sé, el capitán es un hijo de puta, encima llegó tarde.— Se quejó otro.
— Pero como es visitante no le dijeron nada, ¡vaya mierda!— Bufó quien era el arquero.
— Oigan, ustedes dos estaban hechos una mierda.— Kokonoi, que sólo se había quitado la camiseta mientas oía todo, interrumpió entre la charla.
Baji y Kazutora, que se estaban quitando la ropa, lo miraron sin comprender cuando recibieron la mirada de todos.
— No se hagan los desentendidos, saben de lo que hablo.— Koko se acercó a ellos, intimidandolos un poco.— El entrenador hace estrategias con ustedes dos en equipo porque son un buen dúo y todo lo que han hecho es cagarla.— Ambos tragaron salíba, sintiéndose avergonzados.— No sé qué problema tienen, tampoco pienso indagar en eso, pero resuelvanlo y jueguen bien, estamos a dos partidos de la final.— Baji fue el primero en irse a duchar una vez se quitó toda la ropa.— ¡y esto va para todos!— Gritó para que todos lo oyeran.— ¡dejen de quejarse! ¡"ay, que tal jugador hizo tal cosa"! ¡"que el capitán del equipo hizo no sé qué"! ¡dejen de quejarse como ñiñitas, porque la culpa de que hayamos perdido, fue nuestra! ¡así que si escucho una sola queja más, no jugarán en el próximo partido!— Exclamó totalmente enfadado.
Todos se quedaron en silencio, mirando a Koko entre sorprendidos y estupefactos, pues su capitán jamás les había gritado hasta ahora, mucho menos lo habian visto enfadado. Sintiendo frustrado, Hajime se terminó de desvestir para luego ir a las duchas. Necesitaba bañarse y echarse un buen polvo para quitarse la angustia de encima.
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Era casi de noche cuando todos finalmente se habían ido y la mayoría estaba dirigiéndose a sus habitación, pues el toque de queda empezaría pronto. Baji fue uno de esas excepciones, él y Chifuyu se encontraban caminando por el campus, cada uno con una malteada en la mano y caminando por el camino de asfalto que llevaba hacia las habitaciones.
— Entonces ¿no tienes hermanos?— Preguntó el pelinegro viendo como el contrario trataba de hacer equilibrio caminando por el delgado borde que separaba el camino de asfalto, del césped y árboles del alrededor.
