Inui lleva una vida algo tediosa en la preparatoria, ya que, estando en una escuela de élite, entre tanta gente con dinero y de clase alta, él está totalmente al fondo del frasco, siendo discriminado por muchos.
Por otro lado, Koko lleva la mejor vi...
El ambiente quedó en un silencio frío y tenso, incómodo para todos en el salón, excepto para uno de ellos, el más bajo de todos, quien miraba a los tres chicos frente a la ventana con una sonrisa, esperando a que dijeran algo.
Kazutora aún miraba al chico pelinegro como si fuera un fantasma, su cara estaba pálida y sus ojos ampliamente abiertos, se había quedado sin palabras, todas se habían atorado en el fondo de su garganta y una presión en el pecho parecía que le impedía respirar, el aire apenas pasaba a sus pulmones, se había quedado sin aliento.
— Bueno... creo que si no dirán nada, será mejor que me vaya.— Dijo el chico pelinegro encogiéndose de hombros.
— Tú... eres el chico con el que me crucé la semana pasada.— Fue lo que Chifuyu dijo para detenerlo, recordando cuando tropezó con él en el pasillo.
— ¡Oh! Así que te acuerdas de mi.— Sonrió.— Soy Naoto, perdón por no decirlo.— Chifuyu apretó sus labios. Lo que le había contado Kazutora de él seguía rondando en su mente.
¿Ese era el chico que había amado?
— Siento haber interrumpido tu momento con ellos, este chico te buscaba.— Señaló a Ryusei parado detrás de él.
La verde mirada de Chifuyu se dirigió a él, quien lo miraba entre confundido y decepcionado, su pecho dolió cuando Ryusei apartó la mirada, siendo que sabía que a él le gustaba observarlo. Pero claro, en esa situación, ¿a quien le gustaría verlo?
— No, está bien, esto...— Chifuyu se apartó de ambos, acomodándose su ropa y pasando su mano por sus labios para quitar cualquier rastro de algún beso.— Esto estuvo mal...— Murmuró mirando a Baji y Kazutora.
— Si tú lo dices, aunque admito que hacerlo en un salón de clases está feo.— Su tono inocente y su forma de tratar la situación como si no fuera nada le parecía sumamente extraño a todos.— Bueno, mejor me retiro, ya hice mi labor.— Dijo dándose la vuelta.
Fue en ese momento, que Kazutora finalmente pudo salir de su transe.
— ¡Naoto!— Lo llamó, pero el chico no se detuvo.— Mierda...— Murmuró siguiendo al chico fuera del salón.
Chifuyu quiso detenerlo, decirle algo, pero las palabras no salieron cuando abrió la boca, se quedó allí, viendo a Kazutora irse tras ese chico pelinegro de su pasado y Chifuyu no pudo sentir peor ese sentimiento dentro de su pecho.
— Chifuyu...— El nombrado se dio la vuelta cuando fue nombrado por Baji, quien lo miró esperando a que le dijera algo.
— Chifuyu.— Pero Ryusei también lo llamó, algo más firme que Baji, haciendo que apartara la mirada de él y mirara a Ryusei.
— Uhm... hay que ir al entrenamiento ¿no es así?— Fue todo lo que se le ocurrió decir en esa situación, lo único que quería era irse de allí y escapar de todo eso.
Ryusei lo observó por unos segundos, tratando de descifrar a Chifuyu, pero él apartó la mirada por vergüenza, por pena de que Ryusei lo siga viendo en esa situación.
— Si... es verdad.— Murmuró mirando a Baji por unos segundo.
Chifuyu asintió y se dirigió a la puerta para salir, pero antes de hacerlo, le dirigió una mirada a Baji, quien susurró un "luego te veo" antes de que Chifuyu saliera del salón. El rubio no dijo ni hizo nada y finalmente salió, siendo seguido por Ryusei, quien le dirigió una molesta mirada a Baji antes de salir.
Un largo y pesado suspiro salió de los labios del pelinegro, pensando en lo malditamente mal que había terminado toda esa jodida situación.
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