Porquería Adolescente // Kokonui

Capítulo 62: Hace dos años (parte 5)

— ¿Te gustaría que volvieramos a vernos?

Había hecho aquella pregunta sin pensar, realmente trató de detenerse mentalmente cuando la idea pasó por su cabeza, pero no pudo hacerlo, simplemente se lo había preguntado por pura inercia.

¿Quiso maldecirse en mil idiomas? Si. ¿Podía arrepentirse ahora? Claro que no. Lo hecho, hecho estaba.

— ¿Por qué querrías involucrarte conmigo otra vez?— Le preguntó el rubio frunciendo el ceño.

Koko no puso responder aquello con exactitud, pues ni siquiera él sabía la respuesta exacta ¿era porque se sentía aliviado de ser él mismo con ese chico? No pensó en eso en aquel momento, pero ahora, que estaba recostado en su cama pensando, podía verlo como una posibilidad.

— ¡Oye, deja de molestar!— Los gritos desde afuera lo sacaron de sus pensamientos, así que se levantó de la cama y caminó fuera de su habitación.

— Deja de ocupar todo el espacio en la mesa, es molesto ver todos tus estúpidos libros.— Koko observó como Sanzu tiraba todos los libros sobre la mesa al suelo.

— Ahg ¿¡por qué eres así!? ¡Usa la mesa de la cocina!— Exclamó el chico rubio.

— ¡No quiero! ¡Quiero usar esta mesa!— A Hajime llegaba a darle jaqueca por oír los caprichos de Sanzu, pero escucharlos a ambos ya era insoportable.

— ¡Sanzu! ¡deja de molestarlo!— Se metió Hajime a la discusión, ya lo tenían harto.— Sólo usa la mesa de la cocina.— Dijo acercándose a ellos.

— ¡Que molesto es este niño!— Exclamó dando un golpe a la mesa para luego darse la vuelta e irse.

— Uhg, lo siento por eso, Chifuyu.— Se disculpó tocando su frente, sintiéndose cansado.

— Suele ser muy molesto...— Murmuró mirando como Haruchiyo entraba a la cocina.

Tú también lo eres. Pensó Koko por dentro.

— No sé cómo aún lo aguantas, a mi suele cansarme a veces.— Suspiró Hajime.

— Me gustaría no tener que hacerlo en realidad, no sé cuanto tiempo más podré aguantarlo.— Dijo haciendo algunos garabatos en su cuaderno.

— Estoy pensando en pedir un cambio de habitación.— Recordó lo que le había dicho aquel chico esa tarde.

— ¿Sabes? Un...— Hajime pensó por un momento como llamar a aquél chico ¿qué eran exactamente?— Uhm... ¿conocido?— Completó la frase algo dudativo.— Va a pedir que lo cambien de habitación, al parecer es posible.— Comentó encogiéndose de hombros.

— ¿En serio? Pensé que no se podía hacer eso.— La verde mirada de Chifuyu fue hasta la de Koko.

— Bueno, supongo que tendrías que hacer un largo discurso acerca de porqué quieres cambiarte de habitación, pero no quiero que estés en un lugar en el que te sientas incómodo.— Una mano se apoyó en el hombro de Chifuyu.— Sé lo pesado que es Sanzu y no tienes porqué tolerarlo, si quieres cambiar de habitación para estar más tranquilo, yo te apoyo.— Una dulce y falsa sonrisa se dibujó en sus labios.

— ¿En serio?— Preguntó ilusionado. Hajime asintió.— Gracias, Koko, escribiré una carta con las razones por las que quiero cambiarme de habitación.— Dijo tomando un lápiz.— Uhm... si me voy, quiero que sepas que no es por ti, me haces sentir bien, te lo agradezco mucho.— Sonrió el rubio.

— No es nada, puedo ayudarte en lo que sea que necesites.— Sonrió de igual forma Hajime.

Chifuyu lo miraba con ilusión, sintiendo apoyado y querido, cosa que poca gente le había logrado transmitir. Lástima que todo eso, era la pura falsedad de Hajime, manipulando a Chifuyu para que se fuera de una maldita vez y tener un problema menos en su camino.