Inui lleva una vida algo tediosa en la preparatoria, ya que, estando en una escuela de élite, entre tanta gente con dinero y de clase alta, él está totalmente al fondo del frasco, siendo discriminado por muchos.
Por otro lado, Koko lleva la mejor vi...
La campana que indicaba la hora del almuerzo sonó, terminando el horario de clases hasta un poco más tarde. Apenas dieron las 12:00, Seishu guardó sus cosas rápidamente y salió del salón casi corriendo, ignorando a sus amigos que quisieron detenerlo, pero no pudieron.
Mirando al suelo caminó rápido por los pasillos, escuchando a algunas personas salir de los salones para dirigirse a la cafetería. Algunos susurros y risas llegaron a sus oídos, sabía que era para él, que muchos lo señalaban y se burlaban, era tan frustrante. Se sintió pequeño otra vez, indefenso en medio de una selva llena de depredadores hambrientos por verlo sentirse mal para ellos sentirse bien.
Seishu empezó a sentir sus ojos picar, pero se quería negar a llorar, así que no levantó la mirada del suelo para que nadie pudiera ver su dolor.
Hasta que chocó con alguien.
— Mierda.— Murmuró levantando la mirada.— Lo sien...— Sus ojos volvieron a encontrarse con otros de un color negro profundo. Por suerte, esta vez no sintió la presión en su pecho, al menos no tan notable como la vez anterior.
— Fíjate por donde caminas.— Dijo el rubio, su tono frío y tosco.
— Lo siento...— Murmuró bajando la mirada otra vez.
— ¡Seishu!— Detrás de él, oyó a alguien llamándolo.
Seishu se dio la vuelta, sólo para encontrarse a Chifuyu y Takemichi caminando rápidamente hacia él, seguramente buscando una explicación para todo lo que sucedía. Apretando los labios pasó por un lado del chico y siguió su camino, caminando rápido para volver a perder a Chifuyu y Takemichi.
Ambos rubios empezaron a caminar más lento a medida que Seishu se alejaba más y más, no iban a poder seguirle el pasó, no cuando un paso de Seishu eran cinco de ellos, problemas de tener un amigo alto. Suspirando se resignaron, quedando frente al chico con el que Seishu se había tropezado hace un momento.
— Oh, es el chico de ayer.— Dijo Chifuyu cuando lo reconoció. El chico de ojos oscuros analizó a los dos rubios frente a él.
— Tu conoces a Seishu ¿no?— Preguntó Takemichi. El chico lo analizó con detenimiento.
— No exactamente.— Respondió apartando la mirada.
— ¿Es tu amigo?— La pregunta de Chifuyu era un tanto tonta considerando como ese chico había tratado a Seishu ayer.
— No, jamás lo será. Ese imbécil me quitó a quien más quería.— Respondió cruzándose de brazos. Chifuyu y Takemichi cruzaron miradas.
— Soy Takemichi, él es Chifuyu.— Dijo Takemichi con una suave sonrisa.— ¿te importaría contarnos sobre tú y Seishu?— El chico frunció el ceño con molestia.
— Yo no me haré amigo de los estúpidos amigos de Seishu.— Fue lo que respondió antes de pasar entre medio de los dos chicos, empujándolos, para irse.
— Ouch... que rudo.— Takemichi tocó su hombro, donde le dolía un poco por el golpe.
Miró la espalda del chico alejándose, sintiendo una atrayente curiosidad hacia él.
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