Inui lleva una vida algo tediosa en la preparatoria, ya que, estando en una escuela de élite, entre tanta gente con dinero y de clase alta, él está totalmente al fondo del frasco, siendo discriminado por muchos.
Por otro lado, Koko lleva la mejor vi...
El fin de semana había pasado finalmente, un nuevo lunes se asomaba en la mañana de Kanto, junto con los alumnos que asistían a una nueva semana de clases. Como todo lunes, nadie se salvaba de algún suspiro de resignación por asistir a las aburridas clases, y para la clase 3-A, era aun peor, pues tenían trabajos los cuales entregar.
— Bueno alumnos, pueden dejar sus trabajos sobre mi escritorio. Los que sean de menos de dos hojas o tengan letra ilegible, los devolveré.— Amenazó mirando a todos mientras tomaba asiento en su escritorio.
Muchos alumnos se pusieron de pie con un par de hojas entre sus manos, Ryusei fue uno, también Koko, quien fue mirado por muchos mientras caminaba por el pasillo entre los estudiantes sentados, no sólo por algunos rumores que se esparcieron sobre él como era de esperarse, sino porque muchos creyeron que ese trabajo no se realizaría ya que "la dupla homosexual" –como muchos habían empezado a llamarlo a él y Seishu– tendían que trabajar juntos, y era muy notoria la tensión entre ellos, incluso para sus compañeros.
Al final del salón, Baji observaba a todos levantarse sin entender porqué, él no recordaba ningún trabajo, y si había que hacer alguno, no lo hizo, así que se giró hacia Kazutora, quien parecía perdido en alguna parte de la ventana.
— Oye, Kazutora.— Lo llamó, pero parecía que el pelinegro de mechas rubias no lo había oído.— ¡Kazutora!— Volvió a llamarlo.
— ¿Mmm?— Finalmente, el chico dirigió su mirada hacia él.
— ¿Qué trabajo había que hacer? No recuerdo nada de eso.— Por primera vez, Kazutora vio a todos sus compañeros levantándose para entregar algo al profesor sobre su escritorio.
— Oh... el trabajo de historia.— Respondió sin mucho interés.— No lo sé, no lo hice.— Dijo encogiéndose de hombros para seguir mirando por la ventana.
— Oye ¿qué te ocurre? ¿En qué piensas?— Indagó Baji al ver a su amigo bastante hundido en sus pensamientos, lo cual era raro en él y sabía que no estaba drogado.
— Uhm... nada, sólo... en alguien.— Respondió tratando de evitar el tema.
— ¿Eeh? ¿Acaso no será en Chifuyu?— Preguntó con cierto tono burlesco.
Kazutora no respondió a la pregunta, ni siquiera miró a Baji, pero esa expresión afligida fue suficiente respuesta. Baji no sabía lo que cruzaba por la mente de Kazutora, tampoco le volvería a preguntar, pero de algo estaba seguro: Chifuyu no era la persona que ocupaba sus pensamientos ahora, y eso llegaba a preocuparle.
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Las clases transcurrieron luego de eso y a la hora del almuerzo, todos salieron de sus salones para comer o hacer algún recado. El grupo de Seishu salió del salón, pero cada quien tomó su camino: Seishu debía ver a Ryuguji, Takemichi dijo que almorzaría con Mikey en la azotea y Chifuyu y Ryusei fueron a una cafetería fuera de la escuela para almorzar, pues allí era más tranquilo a esa hora.
