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URSS suspiró profundamente cubriéndose el rostro por unos momentos en que ambos permanecieron en silencio, luego asintió un par de veces, si era necesario para que su hijo avanzara estaba dispuesto a soltar la información.

—Su madre fue una mujer muy inteligente que trabajaba como asistente de enfermería en el Kremlin, pasaron algunas cosas y acabamos saliendo, somos adultos así que no voy a hacerme el quisquilloso para decir que nos acostamos un par de veces sin ser nada oficial, simplemente no podía serlo. –Su vista pasó de sus manos hacia la humana de rojos cafés que con serenidad escuchaba atentamente sin interrumpir, como si convirtiese todo en las piezas de un rompecabezas– Un día ella simplemente se apareció luego de casi un año con una cesta en brazos, allí estaba Rusia y lo dejó en la enfermería donde nos conocimos..

—Entonces ella.. –La menor murmuró pensando que simplemente se había desprendido del bebé así como así y su corazón sintió una punzada que seguro el rojiazul también experimentó—.

—Algo así, en la carta decía que era mucha la presión de criar a alguien como nosotros y prefería dejarlo en manos capaces pero simplemente no podía verme a la cara para hacerlo. –Hizo una mueca con los labios y con un suspiro nasal calmado terminó de contar la historia de su breve romance que le había dejado a lo más importante de su vida– Cuando Rusia tenía cuatro años.. me enteré que ella murió de cáncer pocos meses atrás, así que pensé que sería inútil contarle que realmente era mi hijo, pero ahora sé que se enteró de la peor manera..

—Entiendo.. ¿Me permitiría explicarle esto a Rusia?, tal vez si sabe la versión completa pueda dejar de pensar que fue abandonado solo porque no lo querían... –Nastya jugó un poco con sus manos mientras hablaba, debía tratar el tema con pinzas para no agravar la situación del niño y para no enojar al padre por inmiscuirse en su vida personal– Él siente mucho dolor en su corazón y eso se convierte en resentimiento que demuestra como agresividad y alejándose de todos, pero aún es pequeño así que hay manera de que vuelva a ser un niño bueno.

—Rusia ha avanzado pasos agigantados desde que usted llegó, en estos años creí que no tenía remedio y solo era grosero, ahora sé que fue por descuido mío de no darle la atención necesaria... Así que lo dejo totalmente en sus manos y por favor, no dude en decirme si él tiene más dudas e inquietudes –El de mirada celeste tomó las delicadas manos ajenas con agradecimiento, aún habían muchas cosas por hacer con Rusia pero no podía evitar estar emocionado de verlo salir de su habitación e incluso saludarle, que no lo había hecho en años—.

—Ah.. no se preocupe señor, para mí es un gusto trabajar con Rusia porque es un niño extraordinario y muy talentoso para el arte –La castaña sonrió tímidamente, cuando llegó a pesar de todos esos comentarios malos sobre el niño no pensó que realmente podría conectar tan bien con él—.

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Para la mañana el clima perfecto y sin demasiado sol para fastidiar sus miradas, así que al terminar de hacer el desayuno dejó todo listo en la isla incluso antes de que su jefe se despertara y fue a la habitación del de ojos cielo que abrió despacio teniendo el permiso de este para hacerlo, se acercó hasta su cama y le dio caricias delicadas en la cabeza.

—Ya es hora de despertar, tenemos que ir al bosque para alimentar a los peces y buscar unas setas –Murmuró despacio a la par en que su diestra acomodaba el cabello revuelto del menor que bostezó encogiéndose y asintió soñoliento– Muy bien, traeré tu desayuno mientras te vistes y comerás un poco antes de irnos.

Entonces se irguió y dio la vuelta para cerrar la habitación y bajar a la cocina a acomodar todo en la charola usual que ahora tenía pequeños dibujos de peces pintados, en está colocó un plato con sándwiches de mermelada de naranja, manzana picada y un vaso con jugo de naranja ligeramente frío para contrastar con el calor exterior. Pasado ese tiempo de organización volvió a subir esta vez tocando la puerta y al recibir el sonido de afirmación entró cuidando no dejar caer nada, dejó la comida en el escritorio del menor y en lo que este bostezando se sentaba a comer ella aprovechó el tiempo para mover las cortinas abriendo la ventana dejando entrar la luz solar, sacudir un poco la cama y tenderla. Era lo único por hacer en la impecable habitación del menor cuyo único desorden era su escritorio pero ese espacio jamás se debía tocar de un artista ya que estos tenían su propio sistema de encontrar las cosas.

—Ya terminé.. –Dijo el de ropa ligera y pies descalzos levantándose de la silla para estirarse un poco teniendo el estómago lleno y bien hidratado—.

—Perfecto, entonces bajemos, ¿Crees que necesitemos una sombrilla para el sol? –Ella miró hacia afuera las sombras poco marcadas de los árboles, seguro que hacía mucho calor—.

—Así está bien –Negó tranquilo olfateando a través de la ventana su clima tan amado, luego girándose a la cuidadora para murmurar respecto a la comida– ....Gracias..

—No hay de qué, dulzura –La Kozlov le sonrió tranquila y así se dispusieron a salir de la casa con una bolsa de pan y una de tela para las setas que se usarían para la comida de hoy—.

Una madre para Rusia ||URSS × Reader||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora