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La de ojos cafés tuvo que hacer una compresa de té tibio para bajar la hinchazón en el ojo derecho de Rusia y luego cubrirlo con gaza para que descansara un tiempo, tras ello se sentó en la cama junto al niño y acarició su cabello en silencio tratando de mantener a raya su preocupación de que tuviese un apego tan grande hacia un criminal intercontinental al cual llamaba tío, si bien este le enseñó a pintar y le obsequió cosas no dejaba de ser un individuo peligroso.

De igual manera ahora solo debía ocuparse en lo que le había dicho el rojiazul acerca de que los menores estaban diciendo cosas malas acerca de él, así que lo arrulló hasta que se quedó profundamente dormido y bajó a la oficina de su jefe a tocar despacio la puerta hasta que recibió el pase.

—Siento molestarlo, pero necesitaba hablar acerca de lo de hace un rato –Ella cerró la puerta con cuidado y se acercó hasta quedar frente al escritorio lleno de papeles y algunos portafolios en el suelo apilados—.

—¿Rusia se puso agresivo o le dijo algo indebido?.. –URSS suspiró quitándose los lentes y le hizo una seña a la menor para que se sentara pues seguramente sería un tema algo largo—.

—No, pero me dijo que Bielorrusia y Ucrania estaban hablando cosas malas sobre su pared y sobre el propósito de mi estadía aquí –La Kozlova entrelazó sus manos sobre sus muslos y respiró profundo antes de seguir con lo más importante a su parecer– También sobre.. su aparente simpatía con el guardián facista.

—.......¿Aún sigue diciendo que miento? –Con la mención del de esvástica le llegó el recuerdo de su hijo gritándole con los ojos llenos de lágrimas que era un mentiroso y no le creía que el otro les había traicionado—.

—Rusia dijo que "Su tío" no es alguien malo incluso si no sabe realmente por qué se están enfrentando en la guerra –Torció un poco los labios por la preocupación pero continuó hablando para saber si había alguna manera de solucionarlo como con el tema de su difunta madre– No quiso hablar más acerca del tema, pero me preocupa que los niños continúen enfrentándose por el tema.

—Yo hablaré con ellos, por favor trate de hacer que él se olvide nuevamente del asunto, puede llevarlo a caminar por ahí o comprarle algo que quiera –Dijo el más alto mientras buscaba su billetera entre sus bolsillos para darle una buena cantidad de rublos a la mujer—.

—Con todo respeto, no creo que el vacío de una explicación pueda ser llenado con cosas materiales.. –Esta lo detuvo al leer su intención, no le parecía correcto evitar los temas que luego podían volverse una gran bola de nieve en un futuro– Yo puedo ayudarlo a sentarse a hablar con Rusia, pero usted tiene que serle sincero para que entienda las razones. Rusia siente gran apego a este hombre porque al parecer le dio atención mientras estaba en su casa, así que tiene que tomarse el tiempo de hacer lo mismo, sé que está ocupado por la guerra... pero su hijo es más importante que eso.

El de hoz y martillo guardó silencio antes de asentir cerrando los ojos a lo que Anastasia se dio la pequeña libertad de darle ligeras palmadas a su gran mano.

—Rusia y yo almorzaremos en su habitación cuando despierte, pero quiero que suba a cenar con nosotros para poder hablar –Finalizó la de suéter levantándose de la silla para salir de la oficina a hacer algo sencillo de almuerzo—.

Entonces se retiró dejando solo y pensativo al carmesí respecto a que no pasaba tiempo de calidad con ninguno de los niños y mucho menos con su propio hijo que necesitaba mayor atención debido a su Sensación de Abandono como le llamó la humana.

Por su parte Nastya tomó todas las verduras que encontró incluyendo acelgas, ciertamente no era ético lo que iba a hacer... pero estaba bastante molesta, así que hizo un simple horneado de patatas con verduras gratinadas que no se veía muy apetitoso, sirvió todo en platos y solo a dos les colocó carne aderezada para subirlos rápido a la habitación tras deshacerse de la evidencia en la sartén y abrió la ventana de la cocina para que se fuese el olor rápido.

Los tres platos restantes los dejó en el horno para que no perdiese calor en hizo sonar la campanilla que había para notificarles que el almuerzo estaba listo, luego subió antes de que los mellizos salieran de sus habitaciones. Cerró la puerta y abrió un poco la ventana en la habitación de Rusia para que el olor a carne no se acumulara delatándolos.

—Despierta cariño, es hora de almorzar, te traje algo rico –Con la suavidad que acostumbraba lo hizo salir de las sábanas para sentarse bien en la cama y colocar el plato en una almohada sobre las piernas del menor para que estuviera a la altura correcta—.

—Gracias Ana.. –El de ojos cielo aún estaba algo triste pero el delicioso sabor de la carne con las patatas lo distrajo rápidamente pues tenía hambre y se concentró más en saborear—.

—Nos queda algo de pan de ayer, ¿Quieres ir a visitar a los peces para bajar un poco la comida al terminar? –Dijo la mayor antes de comenzar a masticar lo que se llevó en ese momento a la boca, recibiendo un asentimiento del niño que tenía la boca llena y un poco manchada por la salsa en sus comisuras así que lo limpió con cuidado usando una servilleta—.

Una madre para Rusia ||URSS × Reader||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora