-¿sabes quiénes eran?
Recordé los ojos... una y otra vez...
-no- negué con la cabeza.
Seguí conduciendo hasta recorrer muchos
kilómetros, me detuve luego al lado de un motel, mirando solo hacia delante.
-¿Qué hacemos aquí?
-siento que mi garganta me está ardiendo y mi estómago grita de dolor... necesito comida-
dije abriendo la puerta y cerrándola tras de mi con un portazo
-deja...- se bajó y salió corriendo hacia mí- deja que yo busque a alguien, no me hagas
pasar por lo mismo dos veces.
-voy a ir-dije empezando a caminar.
-no- suspiró.
Alargó una mano y la puerta del auto de abrió y a su vez yo salí disparada hacia atrás cayendo
sentada frente al volante, la puerta volvió a cerrarse y el seguro se cerró.
-¡Nix!- gruñí- ¡Phoenix!
-pasé por una pelea hace una horas... me hiciste desgastar energía que no puedo gastar ¡por
que muero!- gritó cerrando las manos en puños, me miró molesta, luego suspiró y
se volvió a verme con más dulzura- no quiero oscurecer y está claro que elegí a
la persona más propensa a accidentes como acompañante, así que... esperarás aquí
y te traeré a alguien y luego nos iremos.
Me le quedé viendo, y en ese momento desapareció.
Miré hacia los lados, coloqué las manos en el volante y suspiré.
Todo estaba en silencio, no podía soportar aquello, miré hacia mis lados.
¿Quién era Kat?
Ese nombre me sonaba de algo, quizá y antes de volverme vampiro, si creo que sí, o no...
Un golpe en el vidrio me hizo voltear.
Había una chica en el suelo desmayada.
-¿Cómo?
-fácil, al ver a un fantasma, pues se espantan y se desmayan.
Me dejó salir por fin y arrastré a la chica por uno de los pasillos en la calle
abandonado.
-¿quieres verlo?- pregunté mirando a Nix.
-si, tengo que ser... fuerte- musitó.
Me encogí de hombros y sin pensarlo dos veces empecé a beber, esta chica estaba llena de
antidepresivos, era tan extraño, bajé una mano a sus muñecas y sentí los cortes
en ellas.
Me separé suspirando.
-¿en qué piensas?- Nix me miraba casi con asco.
-en los sentimientos... ¿Cómo serán?- suspiré- ¿Qué estará sintiendo ella como para hacer
esto?
-¿te lo digo?- me sonrió.
-no... ¿Puedes curarla?
-¿curarla?
-sí, quítale los problemas, las cicatrices, todo...
-podría pero mi cuerpo...
-conduciré mucho más rápido- dije