Mike soltó a Tanner y las cadenas doradas enseguida sostuvieron cada una de las patas de Tanner, el lobo cayó sentado al suelo gruñendo, intentó masticar las cadenas pero estas no cedieron.
-tenemos que darle algo, para que se calme- dije respirando hondo.
-no tenemos nada que darle- dijo Kat- los vampiros no se quieren arriesgar a dar sangre.
-okey, no importa… pensaremos en algo- asentí.
-deberíamos hablar con los brujos, ¿no?- siguió Kat- salir de aquí ya, porque no estamos haciendo ninguna mejoría.
-no creo que sea tan sencillo- inquirió Chris- si todos son tan obstinados como Caleb aquí nos va a llevar tiempo hacer algo con ellos.
-¿Qué esperas que hagamos entonces?- pregunté gruñendo.
-ya te dije mi solución.
-¡No vamos a torturar a nadie!- grité.
-¡da una solución tu entonces si te la das de lista!
-será mejor que te apartes antes de que…
-¿de qué?- gritó colocándose frente a mí- a mí también me estás empezando a cansar.
-¡bueno basta!- Kat nos empujó a ambos- están actuando como niños.
-hablaremos con los brujos en la noche- dije abriendo los puños.
-lo que diga la señorita- suspiró Chris volteando los ojos.
Tensé la mandíbula.
-entonces… bien, no me siento muy bien…-Kyle cayó al suelo de inmediato con una mueca de dolor.
-¡Kat!- grité.
-oye… oye… ¿Qué te pasa?- Kat se arrodilló a su lado, Kyle no dejaba de gruñir.
-¿una herida debería tener eso?- Chris se arrodilló cerca de la pierna de Kyle.
Al volverme, la mordida en su pierna se había vuelto negra y las venas a su alrededor se tornaban oscuras.
-¡Kyle!- gritó Kat mirándolo a los ojos.
Kyle alzó la mirada, los ojos se le pusieron vidriosos de repente y quedaron quietos en un solo lugar.
-¡Kyle!
Abrí los ojos de par en par.
-¿Qué demonios le hicieron a mi hermano?- me volví hacia Tanner, se había vuelto humano y nos miraba a todos con rabia- ¡Kyle, hermano!